san cristóbal
La familia Santos de Jesús pende de un hilo sin su sostén principal
“Tuve que entrar a la morgue y reconocerlo y decir que sí, que ese era él”, aseguró agitada, destacando que lo reconoció debido a que no se encontraba tan quemado como otros cuerpos y su rostro aún era enteramente el suyo.
Santo Manuel De Jesús era el motorista de confianza de la gente de Barrio Nuevo, en San Cristóbal. De realizar los mandados de sus vecinos, como pagos o llevadas de paquetes, mantenía a su hija menor de solo siete años y a su esposa, Massiel Rosot.
El pasado lunes, De Jesús había salido alrededor de las tres de la tarde para hacer uno de esos servicios, sin contar con que precisamente ese sería el último.
“El me dijo que iba a ir a llevar una persona por la Mercedes, a la iglesia, salió de la casa y esa fue la última vez que lo vi”, relató la viuda, quien todavía a las siete de la noche, la hora de llegada acostumbrada de Santo, esperaba junto a su hija que el hombre irrumpiera en su humilde hogar.
Trabajador, honesto, familiar y entregado. Nunca tenía un no como respuesta, un hombre que siempre encontraba el momento para visitar a los suyos; así era visto Santo Manuel De Jesús por toda su familia.
En el caso particular de su esposa, quien reside junto a su hija en una pequeña casa de zinc que no se encuentra en las mejores condiciones, siempre lo verá como “un hombre bueno que la trataba bien”; sin embargo, la mujer no ha encontrado momento para pensar de que les tocará vivir a las dos si era él quien les suplía.
“No he tenido tiempo con todo esto de pensar de que vamos a vivir ahora, que voy hacer para salir a trabajar ni nada. Por el momento, vamos a resolver con lo que nos ha dado el gobierno y lo que nos han prometido”, confesó la joven de 28 años que enterró al padre de su hija el pasado jueves.
Entre las cosas que le fueron prometidas, está el traslado de recinto escolar de la menor, que estudiaba en un sector aledaño, pero era su papá quien la llevaba diariamente y ya no encontrarán cómo llegar.
“Vinieron y nos prometieron ayuda para todo aquello que sea prioridad, como comida y la escuela de la niña”, aseguró la adulta.
Hasta sepultarlo
El paso a paso de los parientes de Santos de Jesús, hasta sepultarlo, fue muy duro.
“Me llamaron como a las seis de la tarde, que mi primo no había llegado a la casa y que parece que estaba en el lugar de la tragedia. Fue un momento duro tener que salir corriendo para el Pina (hospital sancristobalense) para ver si reconocíamos su cuerpo”, aseguró una prima del difunto, Isis Carolina De Los Santos.
Fue Isis quien tuvo que ir a cada morgue y hospital para ver si lograba dar con el cadáver de su familiar.
“Tuve que entrar a la morgue y reconocerlo y decir que sí, que ese era él”, aseguró agitada, destacando que lo reconoció debido a que no se encontraba tan quemado como otros cuerpos y su rostro aún era enteramente el suyo.