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Panorama político

Abinader y los temores por el “Síndrome de la Poblada”

Al presidente Abinader le viene bien el respaldo que le ha dado el presidente norteamericano, Joe Biden por sus esfuerzos contra la corrupción, en momentos en que la suspensión del viaje presidencial a Japón y Corea del Sur parece una decisión por no alejarse del país debido a la inquietud de los últimos casos judiciales y los incidentes cerca de la casa nacional del PLD.

A los gobiernos posteriores al del doctor Jorge Blanco aparentemente los persigue una especie de síndrome de poblada que, en el caso del extinto gobernante, manchó de sangre para siempre su régimen constitucional, sacudido por el aumento de precios y servicios, la firma de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, FMI, y la corrupción que denunciaban opositores.

Como dije en el análisis del sábado pasado, la República Dominicana no se encuentra en una crisis política como la de Israel, y añadiría ahora, y de Perú, pero Abinader al parecer no quisiera hacer una mala jugada en el año pre-electoral, cuando sus partidarios están tratando de crear las condiciones para que se pueda repostular en los comicios del 2024.

Los rumores lanzados a correr notablemente por adversarios políticos de la actual administración no pueden quitar el sueño al presidente Abinader. Los rumores y decires persiguieron también a los anteriores presidentes. En el caso de Balaguer, los servicios de seguridad lo constipaban de denuncian que con frecuencia él no hacía caso.

La poblada de abril

La llamada poblada de 1984 que sacudió de arriba abajo al país en los días 23, 24 y 25 de abril, en una Semana Santa tardía, se le llamó “palo acechado” del gobierno del doctor Jorge Blanco al parecer en completa ignorancia del malestar interno del país y el daño que las alzas de precios tendrían entre la población más pobre y la clase media. Es interesante para los observadores, que el ministro de las Fuerzas Armadas de la época, general Ramiro Matos González sea perseguido ahora por responsabilidad en la muerte de Manuel Aurelio Tavarez Justo y repudiado su ingreso a la Academia de la Historia, y no por los más de cien muertos de la poblada. Tampoco fue acusado nunca el jefe de la Policía, Félix Hermida. Abinader tuvo éxito en la reciente XXVIII Cumbre Iberoamericana; logró que el tema de la pacificación de Haití fuera incluido en la agenda de trabajo de los jefes de Estado y de Gobierno y sus cancilleres e invitados especiales de las islas del Caribe, así como los otros temas de la Cumbre. Recibió a sus invitados y su esposa a las consortes.

Vice al Japón

Se creyó que la invitación formulada por el gobierno japonés al presidente Abinader se habría cumplido sin novedad, pero el pasado jueves se anunció que la vicepresidenta Raquel Peña viajaría a ese país y a Corea del Sur en compañía del ministro de Industria Víctor Bisonó, Ito, y el de Economía, Pavel Isa Contreras, los dos funcionarios de la mayor competencia.

Si Abinader tenía que cancelar su viaje, por evitar un desaire a los dos países, grandes exportadores de maquinarias a la República Dominicana, quizás debió hacer una posposición “sine die”, para evitar un desaire a sus anfitriones y una mala interpretación entre los dominicanos, en momentos en que se quiere dar tinte político a los sometimientos de la Operación Calamar.

La visita al Japón, punto de entrada de Abinader al continente asiático es un verdadero privilegio. El reunirse con el emperador Naruhito habría sido un hito que no se repetiría en el presente cuatrienio. La verdad es que la designación de la vicepresidenta en esa alta misión ha resultado extraña, porque la invitación al parecer se le hizo al gobernante por su alta investidura.

El Japón ha sido hasta generoso con la República Dominicana. Para mantener los fuertes lazos comerciales que le reditúan a esa nación enormes ganancias con la compra de maquinarias que circulan por las carreteras dominicanas, soportó hasta la impertinencia de un embajador en el siglo pasado, que cansó al emperador Hirohito, tenido como el dios Shiva, con una conversación extensa en la cual habló hasta de mangú y mondongo durante la presentación de sus credenciales, dejando adormecido al monarca.

La vicepresidenta, profesional competente que ha ejercido su posición con bastante aplomo y sin involucrarse en las polémicas y los dimes y diretes que matizan la vida política dominicana, se ha preservado muy bien, siendo una persona que al momento de ser escogida por el entonces candidato Abinader, solamente tenía background académico. Ha sido una sorpresa.

Abinader no podrá evitar marchas y protestas ya anunciadas o que están en las mentes de los agitadores y los contrarios a su régimen. La única forma que le queda es tomarlas con un granito de sal y proponer que las mismas sean pacíficas, que no sean motivos para la represión brutal que la Policía acostumbra. El gobernante, a mitad de camino, no puede detenerse.

Ahora bien, ¿qué es lo que quiere el público? Quiere precios bajos de los productos de la canasta familiar para que los sueldos alcancen. Quiere apreciación del peso, lo que ha logrado el Banco Central y la Junta Monetaria. Pero hay que reconocer que la gente de bajos ingresos valora los seguros médicos que subvenciona el Estado, las alzas de los salarios a médicos, militares y policías, las tarjetas de subsidios para los servicios. En eso el gobierno de Abinader tiene muchos méritos.

Es una mala noción la de que el gobierno de Abinader no ha hecho nada. La respuesta que puede dar uno que no sea fanático, es que todos los gobiernos desde Balaguer a hoy han hecho cosas, han tenido logros; unos más que otros, unos más certeros en sus decisiones, por doquier se ve lo que han realizado. ¿Han robado mucho?, es verdad, por ello el gobierno actual puede valorar muy bien el reconocimiento de Biden.