Caso Calamar: Sergio Moya insistió en que a red la estafaban para convertirse en su coordinador

La idea inicial de las bancas fue de Crisóstomo, quien la compartió en un principio con José Arturo Peña y Mimilo. Y luego Mimilo se la dijo al exministro de Hacienda, Donald Guerrero

Sergio Moya (Gory). Instagram / Sergio Moya (@gory_diputado)

Sergio Moya (Gory). Instagram / Sergio Moya (@gory_diputado)

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Carolina PichardoSanto Domingo, RD

La primera etapa de la estructura de cobros a las bancas deportivas, de lotería y las máquinas tragamonedas estuvo activa por poco más de un año. A la cabeza estaba Fernando Crisóstomo, pero cuando pasó a manos del diputado Sergio Moya (Gory), el negocio decayó.

Al menos así lo explica el principal delator en el caso Calamar, Ramón Emilio Jiménez (Mimilo), en un interrogatorio con el Ministerio Público con relación al más reciente caso de corrupción administrativa.

La idea inicial de las bancas fue de Crisóstomo, quien la compartió en un principio con José Arturo Peña y Mimilo. Y luego Mimilo se la dijo al exministro de Hacienda, Donald Guerrero.

La estructura, cuando estaba a cargo de Crisóstomo, cobraba entre 25 millones y 30 millones de pesos al mes, de esos Mimilo recibía unos 17 millones. Pero cuando Gory entró al negocio solo le entregaban tres millones mensuales, de acuerdo con su testimonio.

¿Cómo llega Gory al negocio de las bancas?

Sergio Moya les decía que Fernando Crisóstomo los engañaba con la recaudación en los cobros a las bancas, según Mimilo. Así que Moya se fue uniendo al negocio porque presuntamente sabía cómo era la mecánica (porque era banquero) y también conocía a Mimilo, quien como él había participado en juegos de azar.

“Sergio Moya conoce de eso y él era conocido mío y también él tenía tiempo diciendo que Fernando Crisóstomo nos vivía engañando con la recaudación, pero resultó ser que no era como Gory pensaba. Aunque debo aclarar que ni en el período de Sergio Moya ni en el de Fernando Crisóstomo yo tengo constancia de la diferencia entre recaudación, solo tengo conocimiento con relación a grandes consorcios como Loteka”, dice Mimilo en su interrogatorio.

“En el Congreso se estaba como por pasar una ley y dar una amnistía para que las bancas ilegales se regularizan y entonces los banqueros lo que hicieron fue una solicitud, pero lo que pasó fue que algunos se regularizaron, la mayoría no, algunos regularizaron algunas bancas y otros no, también vino el tema de la pandemia del covid-19 y por eso es que no se duró más tiempo. El esquema duró hasta que inició la pandemia”, explicó Mimilo.

En su confesión dijo que la principal razón del fracaso fue porque Fernando Crisóstomo tenía todo el proyecto y tenía todos los documentos referentes. Pero al pasar a manos de Gory pasaron a recaudar la mitad de lo que estaban acostumbrados. Así que duró solo ocho meses y terminó justo cuando inició la pandemia del Covid-19.

“Se cae porque Fernando Crisóstomo tenía todo el proyecto, era quien tenía todos los papeles y entonces yo contacté al señor Sergio Moya, a quien le decimos Gory que lo conocía de años anteriores cuando yo apostaba en juego de azar, yo lo conocía, entonces él era banquero o ha sido banquero toda su vida y él me ayudó a reubicar para de eso, pero el sistema se fue a la mitad de lo que Fernando Crisóstomo recaudaba, pero también Sergio Moya bajó los gastos, pero a mí me quedaban aproximadamente 3,000,000”, dijo en su confesión.

Según el Ministerio Público, “El programa o el proyecto” consistía en el cobro ilegal de una mensualidad en las bancas de lotería, deportiva y los colmados que tenían máquinas tragamonedas, en coordinación con el Ministerio de Hacienda, sobre todo con el exministro Donald Guerrero.

Tanto cuando Mimilo trabajaba para Fernando Crisóstomo como cuando el negocio estuvo a cargo de Sergio Moya, Mimilo recibió entre los dos periodos aproximadamente 148,000,000 de pesos en efectivo.

Otro de los colaboradores era José Pablo Ortiz, quien Mimilo define como ¨la mano derecha del señor Fernando Crisóstomo y participaba también en el proyecto¨.

Él también fue interrogado por el Ministerio Público y afirmó que sí conocía a Gory.

“Sí claro, el señor Gory pagaba por sus bancas ilegales y por las máquinas ilegales dentro de sus bancas, un personaje que me ayudó a dejar eso ya que por un problema con él decidí salirme porque no aguantaba más presión”, explicó José Pablo Ortiz en el interrogatorio.

Fue el 15 de febrero de 2018 cuando José Pablo Ortiz decidió salir del negocio. Todo fue después de una acalorada discusión con Gory por teléfono.

Ese mismo día fue ingresado en un centro de salud porque se le explotó un divertículo y permaneció siete días en cuidados intensivos de Cedimat y luego tres días en una habitación hospitalaria.

Y, luego del alta médica, al hablar con su familia decidió abandonarlo, porque según dijo su cuerpo no se lo permitía.

“Al igual que yo Fernando Crisóstomo salió ya que también el motivo era el software y al descubrir que eso no iba, pues ya no había motivación para eso”, comentó.

Además, dijo que le colaboró a Crisóstomo con la coordinación de la importación de todos los artículos para suplir la crisis sanitaria surgida por el Covid-19.