Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

Enfoque

Recordando a don Víctor

Avatar del Listín Diario
Enmanuel Esquea GuerreroSanto Domingo, RD.

Todo lo que se ha dicho y escrito de don Víctor Méndez Capellán, son reconocimientos muy merecidos. Yo también quiero dar mi testimonio. Debo confesar que me embarga un sentimiento encontrado, pues no se si dar gracias a Dios por todos los años que tuvimos a don Víctor y por la suerte de conocerlo o si lamentarme por su partida.

De todas maneras, Don Víctor -todos los que le conocimos podemos dar el mismo testimonio- fue una persona que yo llamaría singular. Singular porque era un hombre rico, pero un rico que fue pobre y ese es uno de sus grandes méritos. Fue un rico que llegó a serlo partiendo de la pobreza. Todo lo que él pudo hacer fue el resultado de su propio esfuerzo. La vida no le dio la oportunidad de ir a grandes universidades ni a famosos colegios, pero esa falta de formación académica, él la suplió con su capacidad de disciplina y de trabajo. Era quien primero llegaba a la oficina porque era el más trabajador y porque tenía conciencia de la responsabilidad que asumió cuando decidió hacer de su nombre una marca; pero ese no fue su único mérito.

Don Víctor tuvo la feliz idea de crear el programa “Viaje ahora y pague después”, el cual financió el pasaje de muchos dominicanos que no podían comprar un pasaje al extranjero. Los beneficiarios de ese programa pagaban a plazos, pero junto con la cuota del pasaje venían los 5 dólares para el papá o el hijo o el hermano y así se iniciaron las remesas, que hoy constituyen la segunda fuente de financiamiento del país.

Pero don Víctor no se limitó a ese renglón, sino que las empresas fundadas por él crearon muchas oportunidades de trabajo y muchas familias dominicanas han logrado superar sus necesidades de supervivencia por el empleo que tienen en una de las empresas que don Víctor fundó. También muchos dominicanos tuvieron su neverita porque él se encargó de fundar “Refrigeración Dominicana” sociedad que compraba neveras usadas y luego de repararlas, las vendía a bajo costo y a crédito. De manera que ciertamente podemos decir que Don Víctor fue un hombre que vivió para los demás; y por eso, su muerte ha sido motivo de consternación para todo el país.

Su condición de empresario no le hizo olvidar la gentileza que profesaba a todo el que lo visitaba: Se ponía de pie para saludar y nadie salía de su despacho sin que él le regalara unos caramelitos de envoltura roja que tenía en su escritorio. Nunca olvidaré el par de botellas de vino que me hacía llegar por mi cumpleaños.

He querido referir estos hechos, porque cuando los familiares se expresan, se puede pensar que es producto del sentimiento familiar, pero cuando los que no somos familia hacemos referencia a las bondades de un difunto, no hay nada que no sea el agradecimiento, la simpatía o el reconocimiento lo que nos mueva.

El recuerdo de don Víctor nos hará más tolerantes, como era él. Más familiar, más amigable, más caritativo. Y los que fuimos sus amigos, lo seguiremos siendo de su familia y trataremos de imitarlo, lo cual no será fácil.