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Breve relato de un exitoso ejercicio migratorio

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Eligio jáquezNew York, Estados Unidos

La migración es un fenómeno que ha ocurrido a lo largo de la historia humana y ha sido influenciado por una variedad de factores sociales, económicos, políticos y religiosos. Los seres humanos han migrado desde los albores de la humanidad, buscando nuevas oportunidades, escapando de conflictos, huyendo de la opresión y la pobreza, o simplemente buscando una vida mejor y la migración ha significado una oportunidad para buscar bienestar, a pesar de ser un proceso difícil y desafiante.

La movilización caribeña a la ciudad de Nueva York ha sido definida como un hito importante durante el siglo XX y continúa siéndolo en la actualidad, representando más del 20% de la población del Estado, según el Censo de EE.UU 2020.

Juan Rodríguez, fue un marinero y comerciante dominicano que llegó en 1613, convirtiéndose en el primer dominicano en vivir en este Estado, ubicándose en lo que hoy se conoce como Alto Manhattan. La migración de los dominicanos a Nueva York comenzó a aumentar significativamente durante la década de 1960 y 1970, como resultado de la crisis política y económica que vivía la República Dominicana, con el gobierno autoritario de Rafael Trujillo y las secuelas de este.

Los primeros migrantes dominicanos se asentaron en el vecindario de Washington Heights en el norte de Manhattan, que se convirtió en el centro de la comunidad dominicana en la ciudad, hoy bautizada como “Little Dominican Republic”. A medida del incremento de dominicanos, estos se fueron estableciendo en otros condados de la ciudad, como Brooklyn, Queens y el Bronx, siendo este último en donde hoy residen el mayor número de los mismos.

La migración dominicana ha tenido un impacto significativo en la vida económica, social y cultural de la ciudad, estos han creado negocios y empleos, han establecido organizaciones comunitarias y han participado activamente en la vida política. La comunidad dominicana también ha contribuido significativamente a la cultura de la ciudad, a través de la música, el arte, la literatura y la gastronomía.

A pesar de los muchos desafíos que ha enfrentado la comunidad, incluyendo la discriminación y las barreras lingüísticas, han logrado establecerse y prosperar. Su experiencia es una historia de resiliencia, determinación y perseverancia.

El crecimiento de la población dominicana dentro de los Estados Unidos ha sido mayor que el resto de la población en el país y no ha disminuido en los últimos años, pasando de un millón cuarenta y dos mil personas en el año 2000, a más de dos millones doscientos veinte mil personas en el 2020, lo que lo convierte en el quinto grupo hispano/latino más grande de este país después de los mexicanos, puertorriqueños, salvadoreños y cubanos.

Sólo entre el año 2010 y el 2020 más de Cuatrocientos Mil dominicanos migraron a los Estados Unidos, lo que representa un crecimiento de más de un 140% con relación a la década anterior1, de acuerdo al estudio “Dominicanos en los Estados Unidos: perfil socioeconómico 2022” elaborado por la Universidad de Nueva York, la mayor concentración de dominicanos sigue estando en el estado de Nueva York, pero está ocurriendo un desplazamiento significativo a otros estados en la última década.

Según el Censo de los Estados Unidos de 2020, la población dominicana en la ciudad de Nueva York es de alrededor de 897,584 personas, lo que representa aproximadamente 10% de la población total de la ciudad, consolidándonos como el grupo de inmigrantes más grande de la ciudad.

Los dominicanos son una parte importante de la fuerza laboral, y muchos son propietarios de pequeñas empresas. Según la Comisión de Planificación de la Ciudad de Nueva York, en 2018, había más de 6,600 negocios propiedad de dominicanos, generando más de $2.3 mil millones de dólares en ingresos.

Además, contamos con la tasa de emprendimiento más alta que otros grupos étnicos en la ciudad. Según un informe de 2017 del Centro de Investigación de Negocios de la Universidad de Nueva York, el 9.6% de los negocios son propiedad de dominicanos, lo que los convierte en el segundo grupo más grande de propietarios de negocios minoritarios en la ciudad.

Hemos contribuido significativamente al sector de la salud, con grandes médicos destacados en el área Cardiovascular, Oncología y Robótica. Según el Departamento de Salud de la Ciudad de Nueva York, en 2021, los dominicanos representaban el 11% de los trabajadores de la salud de la ciudad.

En términos de educación, los estudiantes dominicanos tienen un alto índice de graduación de la escuela secundaria en la ciudad de Nueva York. Según el Departamento de Educación de la Ciudad de Nueva York, la tasa de graduación de la escuela secundaria de los estudiantes de ascendencia dominicana en la ciudad de Nueva York fue del 77.5% en el año escolar 2019-2020, por encima del promedio de la ciudad del 77%.

Migración Caribeña

En el área política tenemos un congresista, varios asambleístas, el primer Presidente de Condado de Brooklyn origen Latino y la Vicepresidenta del Bronx; así como el Comisionado de Transporte de la Ciudad y otros importantes e influyentes funcionarios.

En resumen, los dominicanos son una parte importante y vibrante de la comunidad de Nueva York, con una presencia significativa en muchos aspectos de la vida de la ciudad. Sus contribuciones económicas, culturales y sociales han enriquecido la ciudad y la han convertido en un lugar más diverso y emocionante para vivir.

El desarrollo de nuestra comunidad, ayudó con sus remesas a que nuestra economía pudiera sobrevivir durante la pandemia por covid-19, convirtiéndose en la segunda fuente de ingresos del país y dominada por las mujeres, quienes envían el 53.2% de las remesas a sus familias.

Así como nuestra comunidad, todos los caribeños compartimos una realidad histórica que nos ha permitido sobrellevar las adversidades y sobreponernos con fuerza siempre motivados por el amor a nuestra familia.

En conclusión, la presencia de los caribeños en Nueva York ha sido una fuerza vital y transformadora en la ciudad. Desde los primeros días de la migración en el siglo XX hasta la actualidad, los caribeños han hecho contribuciones significativas en todos los sectores; sin embargo, todavía los estados en que nos asentamos siguen careciendo de las políticas necesarias para la inclusión y el desarrollo de nuestra gente. Tengo plena confianza de que las autoridades actuales, trabajan arduamente para que el panorama cambie y convertir en realidad y esperanza las oportunidades de una vida mejor con mejores presupuestos a las escuelas menos privilegiadas, apoyo al sector salud y seguir emitiendo resoluciones que permitan maximizar las capacidades de los caribeños en Nueva York.

Iniciativas como esta, son de gran importancia para potenciar la colaboración entre representantes de países caribeños, como una herramienta efectiva para lograr una presencia más significativa de nuestras comunidades en el ámbito político y social de Nueva York. Al trabajar juntos, podemos compartir recursos, conocimientos, y también unir nuestras voces para impulsar cambios importantes en las políticas que afectan a nuestros ciudadanos y abordar los desafíos que enfrentan, como la discriminación y la falta de acceso a servicios básicos y promoviendo una representación más justa e inclusiva.

Que este sea el inicio de nuevos proyectos a favor de nuestra gente.

Muchas gracias!