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La fiscalización de motos se topa con quejas y excusas

Espacios. La medida abarca las principales avenidas y calles del Gran Santo Domingo y el Distrito Nacional.

Tras ser retenidas, las motos son transferidas al canodromo “El Coco”. Leonel Matos / Listín Diario.

Tras ser retenidas, las motos son transferidas al canodromo “El Coco”. Leonel Matos / Listín Diario.

El desespero de los motociclistas incumplidores de la ley se sintió ayer miércoles con la continuidad del operativo de fiscalización de motos sin registro y otras infracciones a la Ley 63-17 sobre Movilidad, Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial, a cargo de la Dirección General de Seguridad de Tránsito (Digesett) y el Instituto Nacional de Tránsito (Intrant).

En un primer plano, la medida abarca las principales avenidas y calles del Gran Santo Domingo y el Distrito Nacional.

En estos espacios, los agentes requisan motores que circulan infringiendo la ley de tránsito, que en el caso son llevados al canódromo “El Coco’’, y se imponen multas a sus duenos, dependiendo del número de normativas infringidas.

Una agente de la Digesett, con casi una decena de representantes, ubicó su operativo de supervisión en la entrada y salida del túnel de la avenida John F. Kennedy con avenida Máximo Goméz, fiscalizando a una larga fila de motociclistas que corrían por el desnivel, la mayoría “sin saber que era penalizado”, o bien tratando de escapar de las medidas correctivas correspondientes, devolviendose en vía contraria, poniendo en peligro su vida y la de los demás transeúntes.

“No me he registrado, pero ni yo mismo sé por qué”, “Ese motor es nuevo”, “Me iba a registrar pero no me dio tiempo”, fueron algunas de las excusas de los detenidos, que tenían que desprenderse de lo que, para la mayoría, es su instrumento de trabajo.

Uno, dos y hasta tres motores en fila casi resultan en un motín cuando, descubiertos por sus faltas, los duros intentaron rebelarse contra los fiscalizadores.