Compañerismo impone hegemonía en Estado dominicano desde 1996
PRM, PLD, FP y PRD surgieron del zigzagueante hilo conductor labrado por los liderazgos de Juan Bosch y José Francisco Peña Gómez
El compañerismo enarbolado por cuatro de las principales organizaciones políticas del país, ha impuesto un control hegemónico del Estado en las últimas tres décadas, impidiendo estructurar un modelo económico, político y social capaz de conjurar ni una sola de las necesidades básicas de la población.
Surgidos a través del hilo zigzagueante entronizado por el liderazgo de Juan Bosch y José Francisco Peña Gómez, los partidos Revolucionario Dominicano (PRD), de la Liberación Dominicana (PLD), Revolucionario Moderno (PRM) y ahora Fuerza del Pueblo (FP), controlan desde 1996 todos los estamentos de poder.
La dirigencia de estas organizaciones se aferró durante ese prolongado período a la expresión francesa laissez faire, laissez passer, permitiendo así a sus compañeros actuar en completa libertad con una intervención mínima del Estado y una garantía de alternabilidad.
Por ejemplo, los compañeros del PLD derrotaron a los del PRD en las elecciones presidenciales de 1996, 2004 y 2008, con Leonel Fernández como candidato; y en las de 2012, con Danilo Medina, quien se reeligió en 2016 contra el PRM y Luis Abinader. También dominaron las legislativas y municipales de 2006 y 2010.
Mientras que los compañeros del PRD, que ya habían triunfado en las elecciones de 1978 y 1982, volvieron a triunfar en los comicios del 2000, con Hipólito Mejía como candidato presidencial, y también barrieron en las legislativas y municipales de 1998 y 2002.
Desde ese momento surgió un invencible imperio de los compañeros, como se hacen llamar indistintamente los integrantes de estos cuatro partidos, quienes pasaron a dirigir los poderes Ejecutivo, Legislativo, Judicial y Municipal en un sistema político donde cohabitan otras 23 organizaciones.
Época de compatriotas
El entramado descrito no siempre fue así. Los compañeros del PRD se instalaron en el poder en 1963, tras la decapitación de la tiranía de Rafael L. Trujillo. Pero solo permanecieron siete meses en la presidencia de la República debido al golpe de Estado contra Bosch.
Al finalizar la Guerra de Abril de 1965 y celebrarse elecciones en 1966, los compañeros del PRD junto a Bosch sucumbieron por primera vez ante los compatriotas guiados por Joaquín Balaguer, quien dominaría el tablero electoral durante 12 años (1966-1978).
En ese lapso, Bosch se dividió del PRD y fundó el PLD en 1973 con un grupo de leales compañeros. La historia continuó cuando el PRD, con Peña Gómez en el timón, destronó a los compatriotas de Balaguer en los períodos 1978-1982 y 1982-1986.
Como si se tratara de una arritmia histórica, los compatriotas de Balaguer reconquistaron el poder para permanecer por 10 años (1986-1996), venciendo otra vez a los divididos compañeros perredeístas-peñagomistas y a los peledeístas-boschistas en las elecciones de 1986, 1990 y 1994.
Para 1990 se intentó un primer reencuentro entre los compañeros boschistas y peñagomistas. Pero se desvaneció en medio de la crisis postelectoral, la derrota de Bosch por un estrecho margen y la división del PRD cuando Jacobo Majluta fundó el Partido Revolucionario Independiente (PRI).
Cambia el escenario
En las elecciones de 1996 se produjo un sorpresivo acontecimiento en el mundo político dominicano. Los compatriotas de Balaguer y los compañeros de Bosch materializaron una alianza en la segunda vuelta electoral. Una suerte de “compañitriotas”, para postular a Fernández y derrotar a los compañeros del PRD y Peña Gómez.
Este atípico pacto fue efímero. Un nuevo intento por reeditarlo fracasaría en las elecciones del 2000, y los compañeros del PRD, con Hipólito Mejía, lograron derrotar a los compañeros del PLD, con Danilo Medina como candidato, y a los compatriotas del PRSC, con la última candidatura de Balaguer.
A partir de este momento, los compatriotas se dividieron tras la muerte de Balaguer el 14 de julio de 2002, y la lucha se libraría entonces entre los compañeros peledeístas y perredeístas hasta las elecciones de 2012, tras las cuales el PRD sufrió su última gran división.
Del fraccionamiento perredeísta emergieron desde las cenizas los compañeros del PRM en 2014, quienes lograron un segundo lugar en su primera experiencia electoral en 2016, cuando los compañeros del PLD y el PRD de Miguel Vargas se unieron para posibilitar la reelección de Danilo Medina.
Un cisma volvería a acontecer en el panorama político nacional en 2019, esta vez en las filas de los compañeros del PLD. Su presidente y líder Leonel Fernández, al igual que Bosch en 1973, dividió el ´partido para fundar Fuerza del Pueblo con un puñado de compañeros, luego de las traumáticas primarias internas de octubre.
Inflexión del PRM
Las elecciones de 2020 se celebraron en medio de la pandemia del Covid-19. Los compañeros del PLD llevaron a Gonzalo Castillo como candidato presidencial y repitieron el milagro de la alianza con los compañeros del PRD de Miguel Vargas.
Esta vez, no obstante, la alianza de los compañeros peledeístas y perredeistas, que ya había caído derrotada en las municipales de marzo, sucumbió en las presidenciales y legislativa del 5 de julio, ante los compañeros del PRM y Luis Abinader.
Es significativo precisar que en esos comicios los compañeros perremeístas concertaron alianzas parciales en por lo menos 20 provincias con los nuevos compañeros de FP y Fernández, quienes ocuparon un lejano tercer lugar.
Ahora que se adelanta la vorágine propagandística para las elecciones del 2024, República Dominicana proyecta un escenario que vuelve a apuntar hacia la consolidación del compañerismo entronizado.
Esto resulta así, independientemente de la inflexión que muestran los compañeros del PRM, en una especie de geopolítica dominicana, con un gobierno que llegó hace dos años enarbolando la promesa de cambio y combatir una corrupción y una impunidad apañadas por los compañeros de los gobiernos que le antecedieron.