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Los suelos arcillosos causan hundimientos y derrumbes en Santiago

Las autoridades realizaban evaluaciones a la estructura para saber cómo se comporta el terreno y buscar las soluciones técnicas necesarias para restaurar la zona afectada.

Las autoridades realizaban evaluaciones a la estructura para saber cómo se comporta el terreno y buscar las soluciones técnicas necesarias para restaurar la zona afectada.

El derrumbe registrado en la avenida Las Carreras, como resultado de las fuertes lluvias que cayeron en Santiago la semana pasada, tiene su explicación en la roca de arcilla que se encuentra en gran parte de la ciudad corazón.

Esa misma explicación también sirve para comprender los hundimientos y derrumbes registrados en los últimos años en la referida provincia.

La explicación viene de voz del geólogo Osiris de León, quien señala que la ciudad está levantada sobre arcillas calcáreas en toda su mitad norte, en la totalidad de sus zonas este y oeste, así como por lutitas limosas friables en su franja sur y por lutitas estratificadas que se pueden observar en los farallones de la margen izquierda del río Yaque del Norte.

“La causa principal está en que muchas veces a la hora de construir en Santiago se quiere hacer igual que en Santo Domingo, y la capital tiene una roca caliza de buena calidad que puede ser cortada de manera vertical y no se va a derrumbar, pero Santiago no tiene roca caliza, tienen una arcilla calcárea”, explicó.

Al hablar de una “arcilla calcárea” el geólogo hace referencia a lo que comúnmente se conoce como “tierra amarilla”.

Este tipo de tierra posee características que no tiene ningún otro material en la corteza terrestre y que son las auspiciadoras de los desastres ocurridos.

De León refiere que el riesgo de derrumbe es menor cuando existen rocas de buena calidad, sin fracturas, porque la litificación permite que un macizo trabaje de forma monolítica, como es el caso del farallón de la avenida Cayetano Germosén, localizado justo debajo del parque Mirador del Sur en Santo Domingo, el cual no se derrumba.

“Muchos derrumbes serían evitados si las excavaciones profundas se ejecutarán tomando en cuenta el ángulo de fricción interna de los materiales o colocando una protección de soporte lateral cuando la excavación es vertical, y drenando el interior de la masa de suelo con un drén francés o con tuberías ranuradas de PVC”, dice.

En el caso de los terrenos que van cediendo lentamente, recomienda una estabilización mediante un corte del terreno con un talud adecuado, drenajes interiores con drén francés y drenajes perimetrales con trincheras rellenas de materiales granular.

Inconsistencia de las rocas El experto explica que la inconsistencia de esas rocas es responsable de que en presencia de humedad, la misma se degrade y pierda su resistencia, llegando a comportarse casi como un suelo, lo que se debe tomar en cuenta cuando se excava verticalmente, porque el primer día se comporta como una roca de buena calidad, pero en el segundo se degrada y puede colapsar, a consecuencia de la alta humedad causada por el clima.

Apuntó que eso fue lo que sucedió hace aproximadamente tres años cuando se realizaba la construcción de un hotel en el área monumental. “Se hizo una excavación vertical profunda que tenía 13 metros y se derrumbó por ablandamiento de las lutitas, ocasionando la muerte de seis hombres que trabajaban en la construcción”, detalló.

Dijo que otro de los colapsos se produjo hace un mes en el sector de Los Salados, cuando en una excavación ocurrió un desplome donde quedaron sepultados tres constructores, quienes fueron rescatados a tiempo y pudieron sobrevivir.

Adicionalmente, en dos localidades ubicadas al norte de Gurabo, Palo Quemado y Palo Alto, han ocurrido poe décadas grandes derrumbes que bloqueado una carretera turística y han destruido muchas viviendas.

De León mencionó que hace casi dos décadas colapsó toda la ladera sur de la cordillera Septentrional en la comunidad de Carlos Díaz de Tamboril, al noreste de Santiago, siendo este el más grande que ha ocurrido en el Cibao.

Por dicho acontecimiento, ninguna vivienda quedó de pie, pero no hubo pérdidas humanas, debido a que las personas salieron a tiempo de sus casas.

La arcilla protagonista de los suelos en Santiago es un material blando, propenso a ser moldeado, y que simula desaparecer en presencia de agua, sin embargo, llegado el momento de reposo del líquido, se satura.

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