Opinión

CARTA AL DIRECTOR

Fernando Morbán Laucer

LOURDES MORBÁN DE HERRERASanto Domingo

Mi padre fue uno de los pioneros de la ar­queología en una época en que la me­todología para realizar las excavaciones era muy ru­dimentaria. Su trayectoria y su pasión por la arqueo­logía quedó plasmada en los libros “Pintura rupestre y petroglifos en Santo Do­mingo”, “Ritos funerarios. Acción del fuego y medio ambiente en las osamentas precolombinas”, “El arte ru­pestre en la Sierra de Baho­ruco”, y “El arte rupestre de la República Dominicana. Petroglifos de la Provincia de Azua” y en distintas pu­blicaciones especializadas locales e internacionales.

A pesar de sus aportes, hace unos años visité el Parque Nacional de la Cue­va de las Maravillas, mo­numento natural, y teso­ro histórico-cultural por sus pictografías y petrogli­fos, situado en la sección de Boca del Soco. Escu­ché desconcertada las ex­plicaciones del guía, pues en ningún momento men­cionaba al Dr. Fernando Morbán Laucer, quien par­ticipó en las exploracio­nes arqueológicas, y con­templé con asombro que su nombre no aparecía en ninguna de las placas gra­badas en la entrada de di­cha cueva.

“El estudio y proyeccio´n de la cultura de estos gru­pos se convirtio´en la pasio´n de don Fernan­do, como se manifiesta en decenas de escritos y li­bros de su autori´a, sien­do uno de ellos su estudio en las cuevas de las Mara­villas de la seccio´n de Bo­ca del Soco, a una distan­cia de 17 kilo´metros de la provincia este de San Pe­dro de Macori´s; “utilizadas por grupos de abori´genes precolombinos como cen­tro ceremonial y en las cuales dejaron cientos de pinturas rupestres, ente­rramientos y restos ali­menticios que constituyen uno de los patrimonios ma´s valiosos dejados por los abori´genes que habi­taron la cuenca del mar Caribe”, (Boletín del Mu­seo del Hombre Dominica­no “Las Cuevas de las Ma­ravillas: vestigios de una cultura Precolombina en Santo Domingo, Repúbli­ca Dominicana”). Soraya Aracena.

“Don Fernando, en su afa´n de escudrin~ar los gru­pos que inicialmente ha­bitaron la isla, tambie´n investigo´el ambiente en que vivieron, por lo que, haciendo uso de una ex­tensa bibliografi´a, escribio´el arti´culo “Fauna Extin­guida de la Espan~ola”, en

el que haci´a referencia a la desaparicio´n de algunos animales en nuestra isla, como fueron el perro mu­do”, Soraya Aracena.

En una publicación del Listín Diario del 5 de mayo de 2022, titulada “Arqueo­logía y Museo del Hombre Dominicano”, en la cual el señor Manuel García Aré­valo hace un recuento de la historia del museo, y se omite el nombre de mi padre quien fuera inves­tigador adscrito de dicho museo desde 1979 y lue­go Director del Museo del Hombre Dominicano del 1986 a 1996 (10 años).

Es lamentable que sea ignorada la historia de un ser humano cuya trayec­toria en el mundo de la ar­queología le consta a pres­tigiosos investigadores de este país y del extranjero, y que está documentada en la amplia bibliografía que recoge su obra, y en artículos en los periódicos de circulación nacional.

El Dr. Fernando Morbán Laucer debe reconocerse como una gloria domini­cana en el mundo de la ar­queología, como educador renovador y como ciudada­no digno y comprometido con su país y la humanidad.

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