Nueva realidad post Ucrania

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FRANCISCO ANTONIO MÉNDEZSanto Domingo

La invasión Rusia a Ucra­nia ha ge­nerado un torbelli­no económico universal. Siendo el mayor productor de gas natural del mundo, el tercero de petróleo y trigo y entre los primeros lugares en minerales, Rusia parecía blindada contra acciones sancionatorias de occiden­te del tipo Irán. Pero funda­mentalmente, debido a la al­ta dependencia de la Unión Europea de sus suministros de gas natural. Por ejemplo, Alemania, depende en un 40-45% del suministro de gas natural vía el gasoducto Nord Strom 1. En este sen­tido, parecía poco probable que los objetivos militares de defensa común contempla­dos en la OTAN superaran las expectativas económicas de los miembros de la Unión Europea que ya venían expe­rimentando elevados precios de la energía debido al per­manente aumento de precio del gas natural.

Sin embargo, las sanciones económicas aplicadas al régi­men ruso han sido extraordi­nariamente severas. Las medi­das han abarcado la exclusión de una decena de bancos ru­sos del sistema de pagos in­ternacionales SWIFT, el con­gelamiento de unos 630,000 millones de dólares de reser­vas del Banco Central Ruso y su exclusión de los mercados financieros internacionales a los fines de emisión de deu­da y levantamiento de capital. Estas sanciones económicas y financieras han convertido a Rusia en un paria financie­ro internacional, provocando una devaluación del rublo de +50%, un aumento de la ta­sa de interés de +100%, 9.5% a 20%, una pérdida multibi­llonaria de patrimonio de los oligarcas rusos superior a los 35,000 millones de euros y un colapso del mercado bursátil de Moscú de un 40%, con pér­didas acumuladas de 67,500 millones de euros. Sin embar­go, esta invasión ha generado una alta volatilidad en los mer­cados, elevando el precio del West Texas Intermediate hasta US$130 el barril, así como el de los cereales y aceites vege­tales que incrementaron el Ín­dice de Precios de los alimen­tos de la FAO en un 20.7% comparado con el 2020. En la Bolsa de Chicago, el maíz que cotizaba en noviembre 2020 a $3.95 el bushels pasó en marzo 2022 a $6.97. Lo mismo sucedió con la soya que pasó de $8.82 en 2020 y a $16.81 para las entregas del 2022.

Ahora bien. Aunque los paí­ses desarrollados del G7 y la Unión Europea han decidido asumir el costo económico de aislar y sancionar a Rusia, por ejemplo, Alemania pone en riesgo su suministro de energé­ticos y cierra sus exportaciones a Rusia que ascendieron en el 2001 a 26,000 millones de euros, la situación se presen­ta ominosa para los países to­madores de precio e importa­dores netos de combustibles e insumos alimenticios pro­ductivos como el nuestro. Por tal motivo, el Progra­ma Mundial de Alimentos (PMA) de la Naciones Uni­das considera que el con­flicto pudiera generar una “hambruna a nivel mun­dial”.

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