Enfoques
Miguel Guerrero: Jaque a la libertad
Miguel Guerrero estudia los intentos de imponer en el país una Ley de Colegiatura para limitar el ejercicio del periodismo a los profesionales independientes formados en Academias e Instituos fuera de las aulas universitarias.
Miguel Guerrero siempre ha sido un periodista liberal. De los que no tiene paz con nadie. Se ha abierto paso por su impronta personal, su prosa equilibrada y su mirada inquisidora. Dice verdades incómodas. Tiene coraje para enfrentar al poder. Rastrea la historia nacional porque la conoce como testigo de excepción. Ha sabido aprovechar sus años de experiencia en un oficio que le ha traído buenos y malos momentos, precisamente por su vocación de defender sus puntos de vista hasta las últimas consecuencias.
Miguel Guerrero pondrá en circulación el próximo miércoles su nuevo libro de ensayo “Jaque a la libertad: El derecho de asociación”, en el cual estudia un hecho histórico que estuvo a punto de manchar la historia del periodismo nacional: La negativa de emplear como profesionales a quienes no poseyeran un título académico en tiempos donde la carrera de Comunicación Social brillaba por su ausencia en las universidades dominicanas.
Tapar el sol con un dedo Los más valiosos periodistas del país fueron autodidactas. O se formaron con la pluma enristre. Rafael Herrera, Germán Emilio Ornes, Silvio y Emilio Herasme Peña y Gregorio García Castro no pasaron por universidades. No ganaron becas. No pisaron los antros del saber donde se deciden los destinos intelectuales del periodismo. Nada de teoría, pero sí mucha práctica. Y un corazón dentro del pecho.
Se forjaron como literatos o lectores insaciables, estudiosos de la evolución de la sociedad dominicana, líderes de opinión, historiadores o figuras que acumularon el saber por sus propios medios en tiempos donde la noticia podía disfrazarse como un muladar engalanado.
Pero mucho más atrás, cuando no existían internet ni redes sociales, los hacedores de la prensa como Manuel de Jesús Reynoso, José Ramón López, Manuel de Jesús Galván, Jose Gabriel García, Javier Angulo Guridi y Julio César Martínez escribieron noticias o dirigieron periódicos impresos.
Todos ellos aparecen de una forma u otra en las páginas de Miguel Guerrero. El autor sabe que el derecho a la libertad de expresión no solo se ajusta por un lenguaje elaborado, preciso, sino por algo que las colegiaturas no pueden brindar: el desarrollo del talentro a partir de la mirada aguda, de la imperiosidad de la denuncia sin pelos en la lengua; el conocimiento de primera mano y la facultad de escuchar a los actores de la noticia.
El libro por dentro No caben dudas de la certeza investigativa de Miguel Guerrero, ni en la ilustración de los sucesos que expone. Este es un libro que debe ingresar en las bibliotecas universitarias y convertirse en fuente de lectura y consulta.
No es un libro para leer debajo de un árbol, ni busca la comunicación directa. El cúmulo de documentos que incluye y el despliegue tipográfico de la literatura no proponen atractivos. Pero son imprescindibles
“Jaque a la libertad: el derecho de no asociación” es el retrato de una época, la defensa del periodismo no académico, el derecho a ejercer una profesión a partir de una mirada al calor de la lectura y del conocimiento del tiempo transcurrido.