Consumidores y vendedores se quejan de subidas en la canasta familiar
Con el grito al cielo están los vendedores y consumidores de productos de la canasta básica familiar.
En un recorrido realizado por diferentes mercados de la capital del país, se observa una queja general en los ciudadanos, quienes aseguran no saber qué harán si el costo de la vida continúa ascendiendo de manera desproporcionada.
Desde culpar a “Ito Bisonó”, al “Gobierno del Cambio”, ”los combustibles” y “la deuda externa”, los compradores, cabezas de familia, madres solteras y proveedores del hogar buscan un culpable de sus penurias económicas, ya que incluso algunos sienten que el poco sustento que tienen para sobrevivir les alcanza cada día menos para sus gastos fijos.
Al cruzar las puertas del Mercado de Villa Consuelo, el ambiente reflejaba la misma crítica de los consumidores. Don Demetrio Ruíz narró su diario vivir en las instalaciones de este mercado, donde ya que tiene 20 años viviendo del oficio de ofrecer productos a sus moradores, “Hay cosas que han escaseado, la gente está comprando menos, pero esto es bíblico, las cosas irán de mal en peor”, añadió.
Justo en el instante que Desiderio explicaba a un equipo de este periódico su situación, una de sus clientes asiduas, Ana, se quejaba del alto precio de la auyama, “¡pero Ruiz como que ese pedacito de auyama está a 15 pesos! ”, a lo que Desiderio solo se limitó a decirle “todo subió”.
Juan Pérez, quien es dueño del comercio de especias “La Plazita” y tiene como emprendedor dos años, contó cómo el alza de los precios afecta sus ventas diarias.
“Hay diferencias en cómo la gente compraba antes en comparación como lo hace ahora, las personas quieren productos detallados y la verdad es que como está la cosa uno debe venderlo por paquete o libras dependiendo para rendir los chelitos”, acotó Pérez.
En la carnicería, Dani Chacón siente los incrementos por doble vía, ya que es consumidor pero también tiene un negocio ambulante de comida rápida llamado Chacón Chef, el cual se sitúa en las inmediaciones del sector.
Chacón dijo que “si los combustibles siguen subiendo me costará vender la guagua, yo soy padre de tres niños y sobrevivo porque tengo mí negocio, cada vez que algo sube yo tengo que cambiarle algo a mis precios, le doy gracias a Dios ya que tengo de donde vivir, no me imagino como se hacen los que no tienen nada”.
Dentro de una decena de hermosas rosas, pompones, claveles y otras especies de la flora local, Marta López en su puesto de flores, donde labora desde el año 2000, explica que vende un producto que baja y sube constantemente. “Nunca pensé que de comprar un paquete de flores a 50 pesos ahora si no es con 500 o un chin más no hay venta”, declaró Marta.
Hasta quienes se dedican al comercio de la magia han denotado su sentir sobre la situación actual que acoge al país. En la botánica San Miguel, José Méndez, quien tiene un negocio familiar desde hace 40 años, que fue pasando de generación en generación, emitió su parecer: “¿Mi hija y lo que tú estás viendo y viviendo se pregunta?, todo está caro, yo compraba el amoníaco en 150 pesos y ese mismo tamaño es de 450 pesos, con el pasar de los días esto “mete miedo ``''.