A ricos y pobres les une un propósito clave: huir del país

Los haitianos están a meced de los criminales que dominan amplías zonas del territorio. EFE / AFPtoda

Los haitianos están a meced de los criminales que dominan amplías zonas del territorio. EFE / AFPtoda

Haitianos desesperados por los secuestros, la vio­lencia, la delincuencia y la hambruna, buscan múltiples formas para entrar de manera clan­destina a República Do­minicana.

Los ricos y de clase media tratan de ingresar al país usando los méto­dos legales exigidos por las autoridades domini­canas.

Mientras, los más po­bres, que son mayoría, tratan de entrar a terri­torio dominicano usan­do documentos falsos y también se burlan de la vigilancia militar para hacerlo por los diferen­tes puntos fronterizos, sobre todo los más vul­nerables.

“Los secuestros nos tienen a los haitianos al borde de la desespera­ción; no podemos vivir en paz porque las ban­das nos tienen aterrori­zados”, declaró Onelde Montolio, un inmigran­te haitiano que espera­ba ser devuelto a su país junto a otros de sus com­patriotas, arrestados por miembros del Ejército e inspectores de Migración en Montecristi, tras cruzar la frontera de manera irre­gular. Dijo que su intención era establecerse en la ciu­dad de Santiago, la segun­da del país y la primera del Cibao, donde dice que tie­ne familiares y amistades.

El activista de derechos humanos de Cabo Haitia­no, George Pierre. procla­mó que la situación que es­tá ocurriendo en Haití es “desesperante”.

“Hay muchos secues­tros, mucha delincuencia, inseguridad, hambre, des­empleo, desorden, crisis política; en Haití nadie de­fiende a nadie, existe la ley de la selva, sálvese quien pueda”, proclamó.

Sostuvo que es una ló­gica que muchos haitia­nos, hastiados y aterrados, intenten entrar a Repúbli­ca Dominicana de mane­ra irregular. Dijo que los secuestros afectan a ricos, empresarios y personas de clase media y a los pobres. “Con decirte que hay ban­das que secuestran campe­sinos, choferes del trans­porte público y los obligan a firmar papeles alterados para quedarse con sus es­casas propiedades”.