Libros digitales ganan espacio mientras bibliotecas agonizan

La biblioteca de la UASD, Pedro Mir, recibía diariamente entre 11 y 12 mil usuarios para solicitar diferentes servicios. Ahora unos 150 o 200 usuarios asisten de manera presencial.

Cada vez más gana espacio el uso de los líbros digitales, lo que ha reducido la asistencia a las bibliotecas públicas. ARCHIVO

Cada vez más gana espacio el uso de los líbros digitales, lo que ha reducido la asistencia a las bibliotecas públicas. ARCHIVO

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Laura CastilloSanto Domingo, RD

La pandemia ha causado es­tragos en todas las rutinas cotidianas y la visitas a las bi­bliotecas no ha sido la excep­ción. Luego de la incidencia del virus la recepción de los estudiantes e investigadores se ha reducido significativa­mente en estas librerías.

Por ejemplo, la bibliote­ca central de la Universidad Autónoma de Santo Do­mingo (UASD), Pedro Mir, recibía diariamente entre 11 y 12 mil usuarios pa­ra solicitar diferentes ser­vicios. Ahora unos 150 o 200 usuarios asisten de manera presencial.

Modesto Encarnación, director de la biblioteca, expresó a Listín Diario que la aparición de la pande­mia ha marcado “un an­tes y un después en las vi­sitas”, por la disminución de estudiantes que se ha reflejado producto de las medidas restrictivas y las clases a distancia que fue­ron instauradas.

Mientras que en la Bi­blioteca Nacional Pe­dro Henríquez Ureña (BNPHU) todavía se man­tiene viva su audiencia, aunque en menor propor­ción a pesar de los estragos que les causó el coronavirus obligándolos a cerrar sus puertas a los aficionados de la lectura.

No obstante, lo positivo de esta baja de usuarios es que encaminó la logística presencial hacia la digitali­zación y modernización en ambas bibliotecas en mate­ria de servicios, incremen­tando las visitas a los por­tales web en busca de los libros solicitados.

Demanda digital “La mayor parte de la con­sulta y solicitudes que hacen los usuarios se están hacien­do vía electrónica, a través de una base de datos colga­da en internet”, señaló En­carnación referente a las al­ternativas utilizadas por la pandemia y que han tenido ventajas durante el proceso.

Resaltó que una de las opciones habilitadas en la web es la denomina­da “pregúntele al biblio­tecario” donde los estu­diantes pueden realizar cualquier consulta de ca­tálogo para verificar el li­bro o tesis que necesita y acudir por ellos.

En la BNPHU se atendían en 2019 unos 12 mil usua­rios, en el 2020 alrededor de 3,900 visitantes y en el 2021 se estima que la re­cepción de jóvenes se ha re­ducido a la mitad.

Libros digitales Los textos digitales, una al­ternativa innovadora que se disparó en tiempos de pan­demia. “Las personas hacen su consulta cuando quieran y a la hora que quieran en linea”, señaló Encarnación destacando que la tecnolo­gía ha jugado un papel im­portante durante la crisis sanitaria.

Alrededor de 150 y 200 mil consultas se re­gistran mensualmente en la plataforma donde es­tán colgados los libros di­gitales.

Por su lado, en la BNPHU la “mayor riqueza” no está en los libros digitales, aun­que existen en este formato los textos que son autoriza­dos por los autores.

Romero entiende que es buena opción que los auto­res autoricen sus libros para ser llevados al formato digi­tal y así aumentar las facili­dades de obtención.

Origen de libros La principal fuente de ob­tención de los libros de la biblioteca de la UASD es mediante la donación direc­ta de estudiantes.

Todo matriculado de la UASD que culmine su carrera universitaria tiene que cum­plir uno de los principales re­quisitos para obtener derecho a la investidura, que es pagar un monto de 400 pesos para la donación de un libro a la bi­blioteca.

Otras donaciones de auto­res como también, la compra de textos vía la universidad de acuerdo a la necesidad de la misma.

Mientras que la BNPHU se rige por la “Ley 112” que es­tablece la obligatoriedad de depositar tres ejemplares de cada libro publicado en la Re­pública Dominicana.

En una entrevista realizada por LISTÍN DIARIO el director de esta biblioteca, Rafael Peral­ta Romero, dijo que la mayoría de los autores no cumplen al pie de la letra este reglamento. “Al­gunos mandan dos y otros uno”. Otra vía es mediante la adqui­sición de los escritos de autores extranjeros y también la dona­ción que se realiza directamen­te a la sede para hacer entrega de los mismos.

Por la pandemia también han utilizado un “método improvisado” de llevar los li­bros a domicilio a las casas de los usuarios que lo solici­ten, en especial a los investi­gadores que tienen dificul­tad de movilidad o a otras personas con alguna discapa­cidad.

SEPA MÁS Usuarios Los visitantes que acu­den a diario a la biblio­teca son estudiantes e investigadores de la misma academia de es­tudios superiores. Su horario es de lunes a viernes desde las 9:00 de la mañana hasta las 8:00 de la noche de lu­nes a viernes.

Los usuarios son todos adultos y las edades que predominan son elevadas. Las que más prevalecen son “perso­nas muy mayores” las cuales asisten por mo­tivos de investigación.

En las salas de la BNPHU es recurrente ver entre 8 o 9 perso­nas en las salas de lec­tura de diferentes eda­des, señaló Peralta.

Advierten sobre necesidades A pesar de la gran de­manda que tiene la bi­blioteca de la UASD esta también tiene necesida­des que durante el pa­so de los años se han ido acumulando.

Algunos problemas de infraestructura que des­atan, decenas de filtra­ciones son las principa­les precariedades de la edificación al igual que unos 37 aires acondicio­nados de la universidad, los cuales tienen un cos­to de al menos 40 millo­nes de pesos para com­prar todas las unidades. Hasta e l momento ini­ciaron el remozamiento de algunos baños.

La BNPHU también tiene sus necesidades y están centradas en au­mentar el fondo para la compra de libros.