Escuelas ‘acorraladas’ por medidas de Educación
La advertencia del ministro de Educación, Roberto Fulcar, a los directores de centros educativos públicos para que no se niegue cupo a los alumnos, y la ordenanza de garantizarles el distanciamiento físico para evitar contagios de covid-19, han generado una disyuntiva: una inclinación hacia cualquiera de las partes afectaría la seguridad sanitaria de los estudiantes, por un lado, o su acceso a la educación, por el otro.
Reporteros de este diario hablaron ayer con miembros del personal de esos centros, y estos juzgaron “imposible cumplir con las dos cosas”.
“Aquí tenemos 40 y 43 estudiantes por curso, pero uno tiene que hacer lo que digan de Educación; yo te digo que no van a caber”, dijo una docente de la escuela República de Paraguay.
“O están distanciados o están juntos”, advirtió la maestra, indicando que ese plantel ha distribuido a los alumnos en asientos intercalados.
Igual coincidencia en el centro General Antonio Duvergé. Su opinión es que Educación debe ampliar las plantas físicas y construir nuevas instalaciones para satisfacer la demanda de espacios.
La escuela República Dominicana, en Villa Juana, es otra que también mantiene su proceso de admisión abierto, a pesar de que los cursos ya alcanzan hasta los 35 matriculados.
Olor a pintura
Al recorrer los pasillos de los centros República de Paraguay y República Dominicana era inevitable ignorar el olor a pintura del que hasta los padres, que recogían a sus pequeños, cuestionaban.
“De lo único que yo me quejo es que para eso tuvieron muchísimo tiempo, y ahora es que quieren pintar. Ellos tenían que comenzar temprano, todos los niños estaban en la casa por la pandemia, ahí era que ellos tenían que aprovechar”, manifestó Felicia Alcántara tras recoger a su biznieta del plantel, donde los trabajadores avanzaban aun con los niños recibiendo docencia.
De igual forma, en la Paraguay culminaban con el embellecimiento de la última etapa de la fachada exterior, para la cual, según una fuente del centro, se está usando la pintura de otra escuela debido a que la que les asignaron “solo fue para darle una manita por fuera y por dentro esta igual”.
La espera
Por otro lado, el gel antibacterial y difusores es lo único que ha llegado a las referidas escuelas, por lo que aún continúa la espera de libros, uniformes y, en la mayor parte de ellos, por los equipos electrónicos.
“No me han dado” y “yo no tengo”, fueron las respuestas de dos adolescentes de secundaria al ser cuestionadas sobre el porqué, a diferencia de otros compañeros, no contaban con las computadoras.