Panorama político
Abinader no quiere polémicas ni buscar pleitos con los EEUU
Al gobierno del presidente Abinader lo perseguirá durante algún tiempo, la impresión que se atribuye en los medios internacionales y particularmente en los Estados Unidos de que la corrupción pasada seguirá afectando las inversiones extranjeras. Abinader lo ha negado.
No es algo que se pueda resolver de la noche a la mañana. La creencia muy extendida es que las quejas que pudieran recoger agencias de los Estados Unidos sobre el tema de la corrupción vienen desde viejo, cuando el mal no se enfrentó con energía.
En su informe divulgado a principios de la semana pasada, el Departamento de Estado advierte que el clima de inversiones en los próximos años dependerá de las reformas necesarias para promover la competitividad y la transparencia, frenar la expansión de la deuda y juzgar a los corruptos.
Si se lee despacio el informe, es claro que el tema no se le pega al presidente Abinader. Algunos cínicos creen que se trata de un copy page porque durante años el Departamento de Estado vio con ojeriza a los gobiernos anteriores, cuyos críticos lo veían in corregibles.
Abinader cree que su régimen está cumpliendo con esas demandas. Aunque está lejos de involucrarse en los asuntos de la justicia, el gobernante ha dejado en libertad al poder judicial para que actúe. Los grandes casos de corrupción evidencian que la justicia se maneja ahora de manera diferente.
El gobernante va a cumplir pronto su primer año y no quiere polémicas con los Estados Unidos ni tiene por qué buscar pleitos, sobre todo porque es una vieja querella que las empresas de Estados Unidos con frecuencia se topan con interferencias y casos de corrupción.
Con los diversos casos de corrupción en los tribunales, algunos listos para dictar sentencias como el de ODEBRECHT, lo que políticamente le conviene al régimen de turno es que caigan esas sentencias o absoluciones entre quienes correspondan, que son los pasados.
Ahora bien, Abinader ha advertido a los suyos que pueden ir a los tribunales si son llamados y que si cometen faltas en el desempeño de sus funciones, él no interferirá en los procesos. Se cree que no por falta de mal gusto, sino por sus admoniciones, algunos no han caído.
Corrupción disminuye Si se echa a un lado lo dicho por el reciente informe del Departamento de Estado sobre la corrupción, la impresión bastante general es que la misma ha disminuido y la constante advertencia de Abinader de que no permitirá ese flagelo, robustece lo que su gobierno hará.
El informe de referencia apunta que la RD “fue, por mucho, el país que más aumentó su puntuación en el Índice de Capacidad para Combatir la Corrupción (CCC), correspondiente al año 2021, que publican American Society, Council of de Americas y Control Risk.
Estas instituciones examinan desde hace tres años, 14 variables clave relacionadas con las instituciones responsables de enfrentar la corrupción, las instituciones democráticas y la actitud de los medios de comunicación y la sociedad civil.
Al reconocer la mejoría que se ha experimentando en la RD respecto al fenómeno de la corrupción, el Informe cita los casos de 15 países analizados de los cuales Uruguay alcanzó 7.80% y la RD 4.38%, avance importante sobre su puntuación en el 2020 que fue de 3.26%.
La lucha contra la corrupción se incrementó en la vida dominicana mientras en América Latina tuvo tropiezos y cita que la pandemia del Covid-19 llevó a los gobiernos y a los ciudadanos a desviar su atención hacia otras prioridades”.
El índice Capacidad de lucha contra la Corrupción consideró la cantidad de recursos disponibles para combatir los delitos de cuello blanco, y se basa en datos extensos y en una encuesta realizada entre los principales expertos anticorrupción del Control Risks, el mundo académico, la sociedad civil, los medios y el sector privado.
Abinader no perdió tiempo el pasado martes y reiteró al encargado de negocios a.i de los Estados Unidos, su rechazo a todo tipo de corrupción. En la ocasión, Estados Unidos donó US$251 millones a través de la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID).
Abinader dijo que está trabajando en mejorar los mecanismos de transparencia con varias leyes pendientes de aprobación y que está empeñado en la modificación de la Ley de Compras y Contrataciones para hacerla más eficiente. También la ley de extinción de dominio para la recuperación de dineros robados a los contribuyentes.
El encargado de negocios a.i. de los Estados Unidos, Robert Thomas, dijo que los US$251 millones donados por la USAID “son una ayuda desinteresada y que no pretenden ser una especie de atadura para pedir favores a cambio”.
Al parecer de paños y manteles con el régimen del presidente Joe Biden, el de Abinader se está beneficiando particularmente del sólido mantenimiento del turismo entre los dos países, que le aporta a la parte dominicana hasta un 60% del ingreso de divisas.
El turismo parece resarcido en hasta un 80% de la situación anterior a la pandemia y el principal enclave turístico, Punta Cana, parece estar demostrando su capacidad para recuperarse de cualquier daño que la misma haya provocado.
Según Josefina Mora, viceministra de Turismo, al pasado 17 de julio más de medio millón de visitantes con pasaportes extranjeros (turistas) han arribado por la vía aérea. Resaltó el reinicio de los vuelos desde Canadá a la RD, mercado que aporta una cantidad considerable de visitantes al país.