Mentalidad trujillista persiste en la sociedad
Durante el conversatorio sale a relucir cómo los jóvenes valoran la libertad legada por los ajusticiadores del tirano Rafael Leónidas Trujillo Molina, el 30 de mayo de 1961, hecho histórico del cual se cumplen 60 años el próximo domingo.
Y se compara esa libertad post Trujillo con los “teteos” en medio del relajamiento de las restricciones por el Covid-19, para precisar cómo muchos jóvenes asumen sin la responsabilidad social que amerita, la oportunidad de compartir tras tantos meses de encierro por la pandemia. “La juventud da por descontada y garantizada la libertad”, expresa Manuel Tejeda, presidente de la Fundación Héroes del 30 de Mayo e hijo de Huáscar Tejeda, uno de los implicados en el complot contra el sátrapa, al participar junto al vicepresidente de la entidad, Roberto Bienvenido García Díaz, en el Desayuno del LISTÍN DIARIO, conducido por el director Miguel Franjul y el subdirector Fabio Cabral.
Ambos admiten que la “mentalidad trujillista” persiste, no sólo en las filas de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, como la mayoría piensa, sino a todos los niveles de la sociedad, pero especialmente entre la juventud que desconoce lo que fue la Era de Trujillo.
Trascendencia “Necesitamos que se conozca que después de la Independencia Nacional y la Restauración de la República el hecho de mayor importancia en el país es la muerte de Trujillo”, precisó García Díaz, nieto del general Juan Tomás Díaz, también implicado en la trama contra el sátrapa, y quien tenía apenas 10 meses de nacido cuando ocurrió el tiranicidio. Lamentó que los libros de historia dediquen escasos párrafos a lo que significó para el país la dictadura de Trujillo y el desenlace de la trama en que cayó abatido el 30 de mayo de 1961, declarado la semana pasada “Día de la Libertad” por decreto del presidente Luis Abinader.
Citó que el sacrificio de los héroes del 30 de mayo “fue una inmolación” que se extendió hasta sus familiares, ya que ninguno de los involucrados intentó sacarlos del país para protegerlos.
Borrados de la historia Tejeda reconoció que los hechos históricos como el ajusticiamiento de Trujillo quedan después de un tiempo como “simples efemérides”, al responder una inquietud de Franjul sobre la poca importancia y tiempo que dedican los jóvenes a las gestas históricas.
Para enfrentar esa deficiencia, los dirigentes de la fundación contemplan llevar charlas y vídeos cortos a escuelas y colegios privados, totalmente convencidos de que el objetivo inmediato de los complotados en la muerte de Trujillo se cumplió, pero corresponde a sus descendientes ser custodias de la libertad alcanzada.
“El pueblo dominicano hay que educarlo y lo que pasó no puede repetirse porque sería peor”, puntualiza Tejeda, quien destaca la labor orientadora que realiza el Museo Memorial de la Resistencia Dominicana (MMRD), que antes de la pandemia del nuevo coronavirus recibía cada día la visita de alrededor de 400 niños y adolescentes.
La Fundación Héroes del 30 de Mayo pidió al presidente Luis Abinader y al ministro de Educación, Roberto Fulcar, instituir las charlas educativas sobre la tiranía en el currículo escolar.
Las anécdotas En el Desayuno del Listín salieron a relucir anécdotas y algunos episodios que les transmitieron sus ascendientes a Tejeda y García Díaz.
María Leonor González (Lindín) dio a luz a Manuel Tejeda sobre la mesa de un hotel propiedad de sus abuelos, debido a la persecución de la dictadura tras la muerte del sátrapa, e incluso estuvo presa durante el embarazo. “Guardamos prisión juntos”, agregó.
Tejeda también recuerda que cuando alguien viajaba al interior del país tenía que decir el nombre, punto de partida y lugar de destino en los puestos de control que tenía el régimen en las carreteras.
Su hermano Huáscar Antonio, siendo apenas un niño, aprendió a repetirlo cuando escuchaba a su padre dar esas informaciones, y en una ocasión en que su madre decidió trasladarlos a Higüey para protegerlos del régimen, a él tuvieron que dormirlo con relajante para evitar que hablara durante el viaje.
García Díaz rememoró, además, que la espalda de su padre, Nazario Bienvenido García Vásquez, parecía un mapa fruto de las crueles torturas a que fue sometido. “A mi padre lo torturaron en la misa casa donde se casó”, precisó.
Puntualizó que en el bautizo de su hermano Juan Tomás García Díaz, en una finca de Cotuí, en 1959, se comenzó a fraguar el atentado contra Trujillo y la “patada final” para su ejecución fue el asesinato de las hermanas Minerva, Patria y María Teresa Mirabal.
Otro episodio fue la ocasión en que Huáscar Tejeda le sugirió al general Juan Tomás Díaz, tras la invasión del 14 de Junio, volar todos los puentes del país para cortar las vías de suministro al régimen. Su respuesta fue: “Tranquilo, el momento todavía no ha llegado”.
La posibilidad de una ley de memoria histórica, una comisión de la verdad y hasta un libro que recoja toda la realidadurante la era, también salieron a relucir en el conversatorio, pero Tejeda y García Díaz plantean que hasta ahora han quedado solo como anhelos.
CLAVES Mitos. Con respecto a los mitos propalados sobre los logros de la dictadura, especialmente de que había orden y se aplicaban las leyes, García Díaz dice que como sociedad “hemos fallado todos”, aunque ve cambios por la labor de un ministerio público independiente en la lucha contra la corrupción. Valoró también la actitud del presidente Abinader, quien ha demostrado que quien no lo haga bien en su gobierno, “se va”.
Leyes. “La tiranía de la ley no es mala, si hay leyes es para cumplirlas”, reflexiona en ese sentido Tejeda, quien advierte, empero, que en el país no hay condiciones para un régimen de “mano dura”, como añoran algunos segmentos de la población para enfrentar la contaminación del espíritu de libertad que prevalece después de la muerte de Trujillo.