Política
Desempleo, altos precios por efecto de pandemia
Esta semana, el Congreso Nacional conoció de una nueva solicitud de prórroga al Estado de Emergencia que permite el Toque de Queda por 45 días.
El Gobierno se enfrenta a la disyuntiva de aplicar esta medida -que cada día pierde más apoyo y legitimidad– como herramienta fundamental para enfrentar el Covid 19, Pandemia que por su parte, ha elevado las muertes en las últimas semanas, mientras nos llega la vacuna: La gente está racionalizando la efectividad del Toque de Queda, negativamente.
Algunos, livianamente porque les afecta sus espacios de diversión, otros, por los efectos económicos que tiene sobre sectores que operan por las noches y, que no se entiende cómo su operación, contribuye a la transmisión del virus, como son los restaurantes.
Estamos saliendo del largo letargo de la Pandemia, dejando el pánico y manteniendo niveles de miedo, aguijoneados por el cansancio y la necesidad, pero, el Fase no es suficiente –ni eterno- y, se perdieron más de 330 mil empleos directos: Los jóvenes sobre todo, están saliendo en busca de empleos que no aparecen.
En medio de la prolongada crisis y, en el caso de los plátanos que tardan 7 meses se puede culpar de su escasez al anterior Gobierno, lo cierto es que en los barrios se venden entre RD$ 35.00 y RD$ 40.00 pesos, los guineos a RD$ RD$ 10.00 cada uno y la papa a RD$ 40.00 la libra, los huevos que tienen un ciclo de apenas un día, se están vendiendo a RD$ 8.00 la unidad: Eso no es sostenible.
Se anunció la compra masiva de carne de pollo para los programas de Inespre, que ciertamente bajó de precio y, en la calle está a RD$ 60.00… pero en los colmados sigue a RD$ 75.00; el pan que fue protagonista noticioso esta semana, por su parte se vende a RD$ 7.00 una unidad de agua.
Me dicen que el arroz alimento básico de 3,000 millones de personas en el mundo, se está vendiendo, el corriente a RD$ 30.00 la libra y la botellita de aceite, a entre RD$ 180 y RD$ 200.00 ¡Eso está fuerte!
Que los precios de los alimentos básicos han aumentado sensiblemente en los barrios es un hecho que requiere de acciones urgentes porque enfermedad, desempleo y carestía son una pésima combinación. El hambre no espera la cosecha y “mal comido no piensa”. Peor aún, casi siempre piensa mal porque lo hace con la barriga.
Nadie pone en dudas los esfuerzos del Presidente Abinader, ni sus buenas intenciones; todavía tampoco se discute su aceptación popular, empero eso no es óbice para no ver el espejo del futuro.
Las informaciones comentadas corresponden a la realidad de los barrios más pobres, periféricos de Santo Domingo y el Distrito Nacional, no a los sectores que pueden comprar en los grandes supermercados y, se extiende al problema de las medicinas, sobre todo a las genéricas que la población busca en las boticas populares: Estas farmacias de pobres están pobremente surtidas.
Hay un evidente retraso entre las disposiciones del Presidente y las ejecutorias de sus funcionarios quienes parecen prisioneros tras los barrotes de la burocracia y la formalidad, mientras descansan en la alfombra de aguaje y de anuncios.
Cada día más insensatos vociferan que con Gonzalo al menos habría fiesta y, algunos, menos imprudentes, piensan que éste al menos pintaba los puentes y las calles… bueno, también hay que anotarle la asistencia vial, pero al Ministro actual, ni eso.
La gente anda molesta con los combustibles, aunque no tenga vehículos; se queja de los policías de tránsito… con toda razón y, en los barrios, como no respetan a la Policía Nacional, el toque de queda, es letra muerta. Chercha todas las noches.
Hay señales, aun leves, de que es tiempo de revisar; el tiempo del circo, siempre ha sido corto, el pan debe llegar rápidamente y, los funcionarios que están dormidos, hay que tocarles la trompeta para que despierten.