Preocupa la falta de vigilancia en las áreas protegidas del país

El Parque Ecológico de Nigua está ubicado frente a la costa de San Cristóbal. YANIRIS LÓPEZ

El Parque Ecológico de Nigua está ubicado frente a la costa de San Cristóbal. YANIRIS LÓPEZ

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Yaniris LópezSanto Domingo, RD

La falta de vigilancia en las áreas protegidas es una de las debilidades del sistema ambiental más denunciadas por los ecologistas dominicanos.

El problema se torna más alarmante en situaciones como la actual, en que la pandemia causada por el nuevo coronavirus aumenta la desprotección, tal y como había denunciado en abril el biólogo y consultor ambiental Sixto J. Incháustegui.

En estos casos, dijo el ecologista a Listín Diario, los malhechores no solo aprovechan la soledad del lugar y la escasez de personal de vigilancia para cometer actos delictivos contra otras personas, sino para “hacer actividades prohibidas como tumba de bosques o cacería de especies en peligro”.

El pasado sábado, el director del periódico El Día, José P. Monegro, denunció que fue asaltado junto a su familia por dos personas en el interior del Parque Ecológico de Nigua, ubicado frente a la costa de San Cristóbal.

Habían acudido al lugar con fines recreativos.

Para la experta en planificación ambiental y desarrollo sostenible Olga Luciano, la vigilancia en las áreas protegidas dominicanas es sumamente precaria.

“No todas se gestionan con planes de manejo, como manda la ley, y el personal técnico responsable se ve indefenso ante las presiones de las fuerzas políticas y económicas que permanentemente conspiran contra ellas”, explicó Luciano en una entrevista con Listín Diario.

Hace años que no se puede caminar sin el acompañamiento de guías locales por los parques nacionales, alerta a su vez Pepe Diloné, guía comunitario de varios proyectos ubicados en La Vega y Monseñor Nouel.

“No recomendamos ir solos porque se ha sabido de casos de asaltos a turistas que se van solos por los senderos; los delincuentes les salen por los montes”, comenta.

La limitación de los usuarios de explorar los lugares que visitan sin compañía debido a la inseguridad es, para los ambientalistas, uno de los retos del desarrollo del turismo de naturaleza en República Dominicana.

No es suficiente El país cuenta con unos 1,050 guardaparques que se encargan de vigilar las 127 áreas protegidas de República Dominicana.

Según los ecologistas, el bajo salario que devenga el personal de vigilancia y la falta de equipos apropiados hacen precaria la efectividad en el cuidado de estos lugares.

También señalan que el personal no es suficiente para vigilar los 12,085.04 kilómetros cuadrados de superficie terrestre que cubre el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (Sinap), equivalentes al 25.07% del territorio nacional.

La semana pasada, el Ministerio de Medio Ambiente dotó de seguros de vida a 1,050 guardaparques y les prometió que para el 2021 ajustaría los salarios y les dotaría de uniformes y equipamiento dignos.

El Ministerio divide al personal de protección en las categorías de guardabosques, guardaparques, bomberos forestales, vigilantes forestales y supervisores.

El parque de Nigua En el caso del Parque Ecológico de Nigua, el sistema de humedales metropolitano más grande del país, siempre hay un guardaparques en la entrada principal que recibe a los visitantes y les indica el camino a seguir para llegar a la caseta de vigilancia o a la playa.

No se nota la presencia de vigilantes hasta llegar a la caseta, aunque en ocasiones es frecuente ver a los miembros de la brigada de limpieza recoger basura. Pese a que la espesura del bosque conformado en su mayoría por mangles, uva de playa, mangos y otras especies costeras no suele intimidar al visitante, el lugar es muy solitario.

Rodeado por el Parque Industrial Itabo al este, el centro urbano de San Gregorio de Nigua al norte y oeste y el mar Caribe al sur, el área cuenta con una superficie de 8.51 kilómetros cuadrados.

DE INTERÉS

Personal. La vigilancia en las áreas protegidas dominicanas siempre ha estado enfocada en la prevención de fuegos forestales y ocupaciones ilegales.

Avances. En el año 2015, el Ministerio de Medio Ambiente anunció la incorporación de drones y la ampliación de su flotilla vehicular para vigilancia.