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Doña Carmen: Una mujer excepcional, se conocieron en un autobús en Cuba

Juntos pasaron más de medio siglo de vida desde aquel día en que se conocieron en un autobús en Cuba

Juntos pasaron más de medio siglo de vida desde aquel día en que se conocieron en un autobús en Cuba

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Yadimir CrespoSanto Domingo, RD

De acuerdo a Angela Hernández Núñez, en su libro “Sobre Todo el Amor”, doña Carmen Quidiello siempre acompañó a Juan Bosch en sus exilios, a excepción de aquella ocasión, en que el líder político permaneció unos años en Chile. Sin embargo, aún en la distancia estaban unidos.

"Ando día y noche con tu retrato encima; lo saco de la cartera, lo miro y lo remiro. Estoy de vuelta a la adolescencia. Te ves linda; relumbra, en lo hondo de tu rostro, tu sonrisa, ese sol de mi vida. Esa nimiedad me mantiene de fiesta”, continuaba la misiva.

Juntos pasaron más de medio siglo de vida desde aquel día en que se conocieron en un autobús en Cuba, país de origen de doña Carmen, cuando el ya extinto expresidente era visitador a médico.

En las tertulias en casa de Natacha Sánchez, Bosch contaba que dos cosas lo hicieron cambiar radicalmente en la vida: Conocer la obra de Eugenio María de Hostos fue la primera y descubrir en Cuba por casualidad, a Carmen Quidiello “de una ternura desarmante”, la última y determinante.

"Me casé con Doña Carmen, probablemente y seguramente, la única cosa verdaderamente buena que he hecho en mi vida”, dijo Bosch alguna vez..

La boda de este amor “rápido y violento”, descrito así por Angel Miolán, consultado en documentos del archivo de Listín Diario; fue realizada en Cuba, el 30 de junio de 1943, mismo día del cumpleaños de Bosch.

En otros artículos publicados anteriormente en Listín Diario, se expresa que los padres de doña Carmen la advirtieron de esa relación porque no veían tantas cosas en común a la pareja y auguraban un amorío corto. A pesar de los contrarios presagios, juntos superaron los exilios, las persecuciones y dificultades.

No importó el tiempo transcurrido, ni las circunstancia; las llegadas de don Juan estremecían a doña Carmen “como si llegara un emperador”, como dijo una vez para la exposición titulada "Juan Bosch, un hombre de siempre", realizada por el Comité Pro Homenaje Juan Bosch en 1989.

Ese amor de unos 60 años fue separado por la muerte de don Juan, en 2001. Las décadas compartidas como matrimonio más que una prueba de amor, fueron un ejemplo de unión en base al respeto, la labor intelectual y los sueños compartidos.

Esposa de Bosch

Doña Carmen fue la segunda esposa de don Juan Emilio, con quien procreó dos hijos: Patricio, nacido en La Habana en 1946 y Bárbara, nacida en Costa Rica el 20 de diciembre de 1951.

Según un artículo de Aristófanes Urbaez publicado en El Siglo, para doña Carmen no fue fácil “convivir” con Juan Bosch, ni vivir a su sombra.

Fue la esposa de uno de los personajes más emblemáticos del país, un maestro de la literatura. A las 5:00 de la mañana ya el hombre estaba en pie, produciendo, dando órdenes y organizando papeles de todo tipo. Sobre sus hombros cargaba con el peso de ser la compañera del fundador de dos de los partidos políticos forjadores de la democracia en República Dominicana, el Revolucionario Dominicano (PRD) y de la Liberación Dominicana (PLD).

En su efímera labor como primera dama, elaboró un proyecto para crear el instituto del niño, promovió el histórico concierto de Pablo Casals en República Dominicana y auspició, por primera vez en el país, la celebración de conciertos de la Sinfónica Nacional en los Jardines del Palacio Nacional.

Los días previos a la muerte de Bosch, el 1 de noviembre de 2001, el país estaba en vilo a la espera de cómo avanzaba su salud. Pero la gran carga de intriga la llevaban sus hijos y esposa.

El día en que Bosch fue sometido a una operación de alto riesgo, doña Carmen se encomendó a la providencia y lo dejó en manos de la ciencia. Pero aún así tuvieron que suministrarle un sedante para que se mantuviera calmada y descansara en las horas de incertidumbre.

Según los registros, en señal del último adiós, doña Carmen Quidiello de Bosch despidió a su esposo con un beso en el pecho, momentos antes de que fuera retirado el féretro de la habitación que ambos compartieron por muchos años. Posteriormente, solicitó con ansiedad que le colocaran orquídeas encima del ataúd, antes de ser trasladado a la casa del partido morado.

Antes de la sepultura, el cuerpo sin vida recibió la última rosa de su compañera de vida quien en más de una ocasión le miró con una actitud reflexiva, inquieta, como si quisiera decirle muchas cosas y el tiempo no fuera suficiente.

Legado literario

Más que la amante y compañera de vida del profesor Bosch, Quidiello fue una escritora que supo demostrar en sus líneas el intelecto, inteligencia y corrección que cautivó al expresidente.

Doña Carmen fue su sostén literario, ayudándolo por demás en la transcripción de varias de sus obras emblemáticas como “De Cristóbal Colón a Fidel Castro”, y “El Caribe, Frontera Imperial”, en España.

En su obra teatral La eterna Eva y el insoportable Adán, Juan Bosch es este último “porque el varón siempre es eso en la casa, pero es insustituible”, decía doña Carmen.

Esta cubana era una enamorada del teatro, en algún momento confesó que esa era su verdadera vocación. De sus obras publicadas, tres son teatrales: El Peregrino o La Historia de la Capa Tornasolada”, (1999); “Alguien espera junto al puente” ( 1984), y La Eterna Eva y el Insoportable Adán” (1995).

La mayoría de sus textos tienen su origen en las fuentes bíblicas, debido a su formación religiosa y humanista recibida durante sus años de primaria en el colegio de las Teresianas de Barcelona, España.

Además de poemas y teatro, doña Carmen escribió centenares de artículos en revistas y periódicos de República Dominicana. Editaba una publicación semanal, la “Gaceta Literaria”, en el periódico Listín Diario; así como también dirigió durante 10 años (1979- 1989) la sección “Suma para la convivencia”, en el periódico El Nacional.

Publicó la columna “Reloj de Sol” en la revista Ahora, a finales de los años 70. En ella firmaba con el seudónimo Renata Domínguez, que según ella significaba “renacida en Santo Domingo”.

Palabras de Bosch

Carmen Quidiello es descrita como la mujer que le acompañó en sus sueños y esperanzas de redención social de su pueblo, así como también en los destierros consecuencia de la defensa de sus ideales.

Sobre su amada Carmen, Bosch llegó a decir: “No hay en mi vida ningún episodio que yo recuerde como negativo… No. Ahora, de todas las cosas hermosas y fecundas que yo he tenido en la vida, la mejor, la más bella, la más fecunda es haber conocido a Carmen Quidiello”.

Su expresión en un video que circula en la web continúa diciendo: “Entonces si yo tuviera a quién darle las gracias por haberme proporcionado la oportunidad de ser el esposo de Carmen Quidiello, bueno, pues yo lo agradecería mucho. Pero no hay nadie que pueda llegar a darse cuenta lo que ha significado en mi vida la presencia de ella”.

La poeta, dramaturga, ensayista y gestora cultural, falleció el pasado 19 de diciembre a la edad de 105 años. La carta con que inició este escrito culmina con las siguientes líneas: “Estoy necesitando escribirte largo. Voy a dejarlo para después. Pero ahora quiero despacharte esta carta sin perder un minuto. Quiero que sepas pronto que te adoro y que por tu medio envío a mis hijos un abrazo de todo el cuerpo.

Siempre, siete días a la semana, treintiuno al mes, vive queriéndote, tu Juan”.