Enfoque
El tránsito en el país: Contaminación y seguridad
La población urbana de la Republica Dominicana utiliza un sistema de transito cada vez más ineficaz. Si lo comparamos a los sistemas de tránsito en otros países la falta de regulaciones y aseguración de las leyes hacen que tengamos un sistema deficiente. El déficit de regulación vehicular en emisiones, importaciones e inspección vehicular crean un sistema de transporte altamente contaminante, e inseguro.
Según los registros en las naciones unidas, República Dominicana es uno de los 27 países en el mundo que oficialmente no tiene ningún tipo de estándar de emisión vehicular. Los estándares de emisiones se controlan a través de dos factores. El primero siendo el tipo de combustible ofrecido en el mercado y el segundo, a través del motor de los vehículos utilizados. En el 1992 la Unión Europea lideró al mundo con su adopción de los estándares de emisiones, creando lo que se convirtió en Euro 1. Estas regulaciones regulan las emisiones de químicos dañinos como el azufre y los óxidos nitrosos que existen en nuestros combustibles. Dichos contaminantes son cancerosos y dañinos para nuestros pulmones. En Febrero del 2019 las Naciones Unidas calificaron que el diésel usado en la Republica Dominicana emite más de 5,000 partículas de azufre por millón de partículas emitidas, comparable con países como Irán, Somalia, Siria y Cuba. Los estándares creados por la Unión Europea en el 1992 exigen que las emisiones de azufre no pasen de 500 partículas por millón. Vale la pena resaltar que combustibles de mejor calidad extienden la vida útil del motor de un vehículo por hasta 25%. Los importadores y refinadores del país aseguran que la calidad del combustible ha mejorado, y aseguran que específicamente el diésel es menos contaminante que en Febrero del 2019. Como no existe un ente regulador, no se puede estar seguro de las partes por millón de azufre y óxidos nitrosos que contienen los combustibles que consumimos. Debemos exigir medidas reguladoras para que disminuir la cantidad de contaminantes lo más posible. Dichas medidas puedes ser implementando uno de los niveles euro (Hay hasta el 6) o creando leyes que incentiven la importación de vehículos híbridos y eléctricos. Aparte de la alta contaminación que genera el tráfico dominicano, el hecho de que no existen normas de emisiones hace que tampoco se inspeccionen las importaciones de vehículos usados debidamente. Por ejemplo, según las leyes establecidas por Pro Consumidor ningún producto prohibido en su país de origen se puede importar. Pero, la gran mayoría de los vehículos usados importados son antiguos vehículos de Taxi surcoreanos, como los K5 y Sonata que vemos en nuestras calles. Muchos incluso con el tono de naranja establecido para las taxis en dicho país. Estos vehículos que se usaban para taxi están prohibidos en su país de origen por el nivel de desgaste que tiene el motor y otras piezas. Y no solo eso, sino que al venir de un país donde se usan mejores combustibles los motores de estos vehiculos sufrirán daños mucho más rápido que los motores de un vehículo nuevo hecho he importado para el mercado dominicano. Al llegar al país a una alta proporción Les cambian la lectura del odómetro hasta a un 15% de los kilómetros recorridos reales. Con este cambio estos carros tienen un kilometraje más favorable para la venta. A muchas de estas unidades los importadores les cambian el sistema de combustible a GLP o gas natural. Es cierto que el GLP y el gas natural contaminan menos que diésel y la gasolina, pero estas adaptaciones son un riesgo de seguridad para la población. Primero, porque hacerle un cambio de gasolina a GLP a un motor que lleva 300,000km recorridos es una bomba de tiempo. Si el motor estuviese nuevo los riesgos son mucho menores, pero al estar tan desgastados las probabilidades de que el motor falle se elevan con cada kilómetro recorrido. Estos fallos ocurren porque la aleación de los motores tiene menos resistencia luego de tanto desgaste. Un buen ejemplo fue el 17 de enero de este mismo año cuando observé como un vehículo de este tipo encendido en llamas en la autovía del este.
Si ese vehículo que observé en llamas se hubiera inspeccionado correctamente antes de su importación dicha catástrofe se hubiera prevenido. Según el INTRANT el 2.21% de PIB nacional es desviado para eventualidades y accidentes viales. Esta cifra viene equivaliendo a más de 1,500,000,000 dólares estadounidenses anuales. Esta institución estuvo trabajando en una licitación para la inspección técnica vehicular, pero debido al Covid-19 el proyecto no se ha llevado a cabo. El proyecto solo abarcaba la inspección de los vehículos que transitan nuestras calles para analizar sus condiciones viendo si están aptos para transitar, pero no inspeccionaba los vehículos importados. Por ejemplo en nuestras calles hay muchos vehículos usados importados desde Japón. Todos los vehículos usados importados desde Japón se les cambia el guía para el asiento que originalmente le era destinado al pasajero. Estos cambios de guía y pedales están prohibidos en países como estados unidos por los fallos mecánicos y por ende accidentes que pueden generar. Habiéndole hecho ya mención a los problemas que crean los vehículos usados importados les exhorto a las nuevas autoridades que dentro del proyecto de la inspección técnica vehicular establezcan inspecciones técnicas en los puertos. Así cuando la población dominicana compre un vehículo usado importado pueda confiar en que el producto que está comprando está en las condiciones correctas para transitar en nuestras calles.
Aparte del proyecto de la inspección técnica vehicular se debería de hacer un proyecto que regule las cargas que llevan los vehículos comerciales en nuestras calles. Los camiones de todas marcas están diseñados para cargar una cantidad máxima de peso, pero debido a la falta de regulaciones en nuestro país la gran mayoría transitan sobrecargados. Algunos incluso cargando el doble de peso para el cual fueron diseñados. Estos vehículos sobrecargados tienden a causar accidentes con un mal frenado, perdiendo el control o incluso volcándose. He visto como camiones sobrecargados dañan el motor porque los choferes no tuvieron otra alternativa que bajarle un cambio, duplicar las revoluciones y romper el motor para poder frenar. Es curioso ver que la infraestructura necesaria para prevenir los accidentes por sobrepeso ya existe en algunos lugares. Por ejemplo en el peaje Duarte existe la infraestructura para pesar los camiones pero lleva décadas sin uso. La solución sería implementar un sistema similar al existente en Colombia. En Colombia todos los camiones tienen que pesarse en los peajes y tienen una calcomanía en las puertas que indican el peso máximo del camión con carga. Pesar los camiones establece que las capacidades de los camiones establecidas por el fabricante puedan ser demandadas por los consumidores. Es una solución económica y eficaz para el gobierno. Si atacamos estos problemas debidamente y a tiempo el resultado será que los dominicanos tendremos un tránsito más seguro y limpio para la Republica Dominicana.