Panorama político
Trump apura el paso para evitar derrota aplastante
A cuatro días de las elecciones de Estados Unidos, el presidente Trump parece al corriente que apurar el paso para disminuir la creciente impresión de que el ex vicepresidente, Joe Biden, lo aplastará el próximo martes es lo único que puede hacer, descontando que el Partido Demócrata gane el Senado.
El debate del pasado jueves 29 por la noche dejó a Biden al parecer como ganador según variadas encuestas, notablemente la de CNN a nivel nacional, que informó que sus televidentes lo habían acogido 53% a 39%, cifras compatibles con encuestas de rutina antes de la discusión.
Las encuestadoras todas excepto dos o tres dan a Biden ganador por entre 8 y 10 puntos sobre el presidente, el cual ha tenido una frenética batalla mientras recorre los estados que se consideran vitales para ganar las elecciones.
Desde que hace varias semanas el presidente y su esposa Melania lucharon contra el coronavirus y luego del primer debate el presidente no ha logrado aumentar su popularidad, dependiendo de que los electores de estados considerados clave lo apoyen a último momento.
Al presidente le afecta y a Biden le conviene que más de 80 millones de ciudadanos norteamericanos de todo el mundo hayan votado por correo, muchos siguiendo una campaña especialmente demócrata que dice: “vote”, y que se extiende en el país como una consigna.
Biden se está beneficiando de una avalancha de dinero que le ha llegado desde los sectores más humildes de mujeres blancas trabajadoras, profesionales, retirados, de afroamericanos, latinos y asiáticos que han mandado a la campaña 5, 10 y 50 dólares. El debate del jueves 29 por la noche se centró en dos temas cardinales: la economía y el coronavirus, aunque ocuparon relevancia la política exterior y la no probada interferencia de China, Rusia e Irán para influir en cómo deben votar los norteamericanos.
Desde aquella discusión pública por los medios de comunicación, la epidemia se ha expandido de manera tal que los científicos creen que hay un rebrote. Hace un par de días se dijo que hasta 90,000 se contagiaron en una sola jornada y que 230,000 han fallecido.
El segundo de tres debates estaba programado para el 15 de Octubre pero se canceló tras el brote del COVID-19 en la Casa Blanca que afectó a la pareja presidencial, al hijo adolescente, Barron, a funcionarios y amigos que asistieron a eventos públicos en los jardines.
Al debate del jueves 29 pasado lo antecedió un discurso analítico de los casi cuatro años de Trump por el considerado por los afroamericanos como su “orador sagrado”, Barack Obama, quien habló en Filadelfia ante un auditórium casi vacío y con los pocos presentes embozados y separados debido a la pandemia. Fustigó sin piedad al gobernante.
La sensación del triunfo Biden, ex vicepresidente de Obama durante los dos períodos 2009-2017, se beneficia hoy de la sensación de que será escogido presidente en las elecciones del martes 3 de noviembre , al punto que uno de sus contendores en la campaña interna, el senador Bernie Sanders ya se ha ofrecido como ministro de trabajo.
Otra importante figura del estamento democrático, la doctora Susan Rice es mencionada en todos los círculos de Washington, D.C., como la mejor considerada para la secretaría de Estado. El ex aspirante presidencial Pete Butigieg, ex alcalde de South Bend, Indiana, quisiera ser el Tesorero Nacional.
El timón de la campaña del Partido Demócrata lo ha tenido su presidente el dominicano de origen Thomas Pérez, quien ha recorrido el país en búsqueda de los votos y ha aparecido en programas a nivel nacional sobre todo en los estados de mayor disputa.
El presidente Trump no concede que dejará el poder el 20 de enero venidero. Anteriormente sugirió que no entregaría si entendía que las elecciones no fueron legítimas, lo que produjo una conmoción nacional, al punto de que se hicieron planes para la coyuntura.
Con su cuero duro, Trump ha sido objeto de una cantidad de libros críticos de personas que estuvieron a su lado. Su sobrina Mary Trump, hija de uno de sus hermanos, escribió: “Siempre Demasiado y Nunca Suficiente”, una palma de fuego con agrura familiar.
La señora Trump está plantada en la idea de que el presidente no debe ser reelegido y ha visitado programa tras programa de la televisión para exponer su causa, no tanto por alegado despojo de millones de dólares de la herencia de su abuelo sino por su mal gobierno, según dice.
Ayer los antiguos consejeros de la Casa Blanca, que sirivieron a los gobiernos desde Ronald Reagan hasta ahora, Peter Keisler, Robert Gurger, Alan Charles Raul y Michael Sheoered denunciaron a Trump y pidieron apoyar a Biden. El viernes 23 el presidente apareció ante la prensa con su cara fresca pese a que se trasnochó por el debate de Nashville, para anunciar que Israel había acordado restablecer relaciones con Sudán, un país árabe africano con 42 millones de habitantes, rico en petróleo.
Días antes Trump había negociado por vía de su yerno, Jared Kushner, el restablecimiento de las relaciones entre Israel y Barhein, un reino árabe gobernado por una monarquía hereditaria y brutal que danza al ritmo de la derecha esencial del gobernante norteamericano.
La prensa en contra Trump tiene la prensa en contra. A lo largo de sus casi cuatro años ha abochornado a los medios e insultado a los periodistas que cubren la fuente de la Casa Blanca, al punto de echar a algunos como si el palacio fuera suyo. Se ha ganado el repudio de la prensa a nivel nacional.
La semana antepasada The New York Times, el periódico más crítico de Trump, que ha investigado sus manejos hasta cuentas en un banco de China, escribió un editorial ponderado para endosar la candidatura de su oponente Biden, abriendo el camino a otros periódicos.
Toda la prensa, generalmente pequeña, aunque influyente en las comunidades han respaldado a Biden, así como también los medios de colectivos LGTBQ, cuyos temas apoyan al candidato demócrata y a su compañera de boleta, la senadora afroamericana Kamala Harris.
Las cancillerías en el mundo entero están en ascuas y se preparan para lo que podría ser un cambio de política con el retorno de los demócratas, mientras que Wall Street y los mercados al parecer recibirían con calma el rumbo liberal que podría producirse si Biden ganara. CNN, la principal estación noticiosa del país que se reproduce en periódicos y emisoras, no tendría que endosar a Biden. Sus comentaristas de la noche, Chris Cuomo, Anderson Cooper y Don Lemon son claros adversarios del presidente y matizan sin pena sus ataques.