Análisis
Al presidente Abinader: Hay dinero, ¡cuidado ahora cómo lo gastamos!
PARTE 1 - “SE HIZO CAJA”. En artículos publicados Febrero y Abril identificamos como primer objetivo del nuevo gobierno “hacer la caja”, obtener los recursos para poder evitar el desplome de la economía y financiar los programas sociales y de salud en los próximos 6 meses.
“Hacer caja” era el primer paso para luego ejecutar los siguientes dos:
Primero, ejecutar de manera efectiva y eficiente el desembolso del gasto y la inversión pública para rápidamente expandir la economía y evitar su derrumbe catastrófico, logrando así controlar la crisis social de desempleo y hambre resultado de la misma.
Segundo, con estos recursos, controlar sanitariamente al virus, prioridad del Presidente Abinader, para evitar incertidumbre y reestablecer la confianza. En este artículo, parte 1, abordaremos los temas económicos, y luego en las partes 2 y 3, abordaremos el control de la pandemia.
El actual gobierno actuó en tiempo y montos históricamente de récord, resolvió colocando la mayor emisión de Bonos (US$ 3,800 MM) que haya colocado el país en su historia, a la tasa de interés más baja, aprovechó que el costo de los fondos de nuestro riesgo país cayó de forma marcada desde marzo de este año, cuando se situó en 8.81%, hasta colocarse en 4.76% el 20 de agosto.
Aumentarán las reservas internacionales, ello sustentará la tasa de cambio y la capacidad de emisión de pesos para subsanar el déficit total del presupuesto complementario estimado en más de US$ 6,000 millones; no hay otra alternativa real. Las políticas monetarias laxas y la deuda pública van de la mano, está errado Guillermo Moreno, es vital en estos momentos reactivar la economía.
Deseamos recomendar al Gobierno medidas innovadoras todavía posibles para captar más recursos externos, a tasas blandas. Una iniciativa de nuestro MIREX, acompañado de Hacienda, es lograr captar el apoyo de los países de la OEA a una propuesta en el seno de dicho organismo para que los Organismos multilaterales (el BID, el Banco Mundial, el Eximbank, Banco Central de Europa, los Organismos de Promoción de Exportaciones Europeos y asiáticos, amplíen considerablemente, los créditos y las donaciones como resultado de la pandemia, en cierta forma imitando intervención hacia sus países miembros.
También el Banco Central, puede incrementar el crédito entre Bancos Centrales, especialmente con países proveedores de bienes y servicios como Brasil, México, Venezuela, China, Colombia y Panamá, España, Francia y Alemania, así como con Bruselas.
Finalmente, que MIREX logre importantes donaciones de gobiernos y ONGs de los equipos sanitarios, medicamentos, y las vacunas (Le estoy proponiendo al Ministerio de Educación Superior suscribirnos a los programas de investigación de medicamentos y vacunas, aportando la ayuda de las Universidades locales para apoyar las investigaciones, enriquecerse de esta experiencia, y aportar voluntarios) para tener derecho a recibir sin costo, o muy bajo, las vacunas resultantes, con una gran reducción de nuestros gastos por este concepto.
La inversión y gastos de los recursos del Estado
La segunda etapa, es la inversión de esos recursos para que tengan un efecto plenamente expansivo en la economía dominicana, con lo cual se lograría que el crecimiento del PIB fuera lo menos afectado posible.
Si revisamos la prensa de Marzo y Abril pasado, veremos que los organismos internacionales y los economistas locales pronosticaban una reducción (negativo) del PIB para el fin de año entre un -8% hasta el 12% (Ver informe de CREES y de Analytica). La Cepal en Abril originalmente determino crecimiento 0 (Cero) pero luego pronosticó un -5%.
Nuestra oficina se manifestó claramente mucho más optimista que estas predicciones, señalando que nuestro estimados estaban entre un -4% y un -5.5%. El tiempo nos ha dado la razón, y últimamente nuevos pronósticos del Banco Central y otros organismossitúan la reducción en un -4%. ¿Por qué citar estas cifras? Porque el nivel y la eficiencia de la ejecución del gobierno en invertir y gastar estos recursos tendrá un efecto muy importante sobre la recuperación económica.
Si el gobierno actúa con celeridad, la reducción del PIB podrá efectivamente suprimirse, llegar al 0% (no reducción), o reducirse al -1% o el -2%. Si es lento, la reducción estará entre un -3% al 4%. Estas diferencias del 1% o 2% son cifras espectaculares, especialmente cuando se traducen en su efecto a largo plazo.
Estamos hablando de miles de millones de dólares, sin contar el aumento de los intereses en el futuro, porque hay otro hecho que no debemos olvidar.
Así como se justifica la política de endeudamiento y gasto masivo para enfrentar la pandemia, y la inyección de inversiones y gastos para evitar el descalabro económico, A LARGO PLAZO TENDEREMOS QUE PAGAR ESTAS DEUDAS, y se requerirá una política de recaudaciones y austeridad en el gasto para cumplir con estos pagos, cuando nuestra deuda pública habrá sobrepasado el 50% del PIB.
Estas políticas de expandir ahora y restringir o recuperar después para pagar y mantener la economía estable y saneada son muy sutiles, es un equilibrio fiscal muy complicado de ejecutar exitosamente.
Paradójicamente, a pesar de que deseamos expandir considerablemente el gasto público, no podemos “malgastar”, hay que empezar con ser “austero” o “cuidadoso” con la colocación de los nuevos recursos tanto en gastos como inversión; No se trata de hacer “fiesta” con este dinero, hay que racionalizar los gastos del Estado, suprimir el gasto superfluo y las “botellas”, y focalizar su uso en dar soporte al gasto social indispensable y que la inversión pública sea reproductiva, que el dinero no vaya a parar a proyectos improductivos, a elefantes blancos del Estado.
Uno de los mecanismos para contener el malgasto y la corrupción es el uso rigoroso de la política de licitaciones públicas, otro de los elementos en que ha hecho énfasis el Presidente Abinader.
Pero aquí hay una gran contradicción: Solo redactar las bases de las licitaciones para colocar estos fondos dentro del presupuesto del Estado tomaría, cumpliendo con la ley, tres o cuatro meses, retraso que sería fatal, impedirá la agilidad necesaria que se requiere ahora para paliar los efectos de la pandemia.
Recientemente vimos la necesidad que tuvo el gobierno de emitir una declaración de emergencia para la compra de suministros sanitarios, al margen de la ley de contrataciones.
Tendremos que ser comprensivos pues esto deberá ocurrir en los próximos 6 meses. Una respuesta parcial para hacer frente a esa contradicción que también está contenida en el Programa de Gobierno: Las Alianzas Público-Privadas (APP).
Este mecanismo le permite al Estado invertir junto con el sector privado, donde la entidad representativa de la APP (Normalmente una Fiducia) es la que realiza las inversiones, agregándole al aporte del Estado el aporte privado.
El Estado puede garantizar sus intereses y prioridades a través de su participación en la APP y en la Fiducia, pero hay mayor agilidad para la colocación de recursos y, al incluir la participación privada, una mayor garantía de que los proyectos serán económicamente válidos y rentables, sin que sea necesario cumplir con los requisitos de la ley de contrataciones. Aprovechemos plenamente esta figura.