LOS QUE NUNCA VOLVIERON (4 DE 5)
La extraña ruta de Reynaldo que perturba a su familia
Reynaldo Alfonseca Jiménez llamó a su hermano Jairo a las 2:00 de la tarde del 13 de mayo para pedirle, que le dijera a Ramiro Maracayo, padre de ambos, que fuera al puente de Sabana Perdida a buscar el vehículo que dejaría parqueado en esos alrededores.
Jairo, medio confundido por la petición le preguntó si le pasaba algo, a lo que este respondió que no y que más tarde le explicaría; pero que primero tenía que hablar con su progenitor de crianza y por tal razón pidió que en cuanto este pudiera lo llamara al celular.
Esa fue la última vez que alguien pudo escuchar su voz ya que la conversación con su padre nunca se daría. Tampoco su hermano recibiría la explicación de su proceder. De todas formas, nadie hubiese pensado que a Reynaldo le ocurriría algo malo, ya que era dueño de una ruta de carro público en la Carretera Mella del kilómetro 9 y cada semana iba a cobrarle 800 pesos al que hace las carreras.
“Él no tenía minutos para llamar a nuestro padre porque su celular es de CLARO y el de papi es de Altice; mi hermano iba a cobrarle un dinero al chofer de la ruta pero realmente lo que le pagaban semanal era insignificante. Reynaldo dijo que iba a cobrarle lo normal pero nunca se llegaron a juntar. Nosotros aún nos mantenemos en contacto con la persona porque nos sigue pagando el dinero de la ruta”, declaró Jairo a LISTÍN DIARIO.
Jairo cree la versión de que su hermano nunca se llegó a reunir con el chofer de la ruta, ya que él revisó posteriormente su trayecto por Google Maps el día que Reynaldo salió de su casa, ubicada en la calle 14 número 7 del sector de Lucerna Santo Domingo Este, y efectivamente se ve cuando él se dirigió directamente hacia el puente de Sabana Perdida.
La ropa que llevaba puesta era una bermuda blanca, t-shirt blanco y unos tenis rojos.
Hipótesis
Tres horas después de aquella llamada, los familiares de Reynaldo fueron hacia su último rastro. Y efectivamente, el vehículo marca Toyota Corolla, de color verde y año 2000, estaba parqueado en la orilla de la cabecera del puente.
Allí estaban todos sus documentos de identificación, bien guardados en su cartera y junto a su celular. Según Jairo, lo primero que pensaron fue que pudo suicidarse debido a que también había unos mensajes de despedida en su WhatsApp de forma general y peticiones de que cuidaran de su esposa y sus tres retoños; una adolescente de 15, un niño de 10 y una nena de 4 años. “Que él se haya lanzado del puente fue una de las suposiciones, lo primero que nosotros pensamos fue en eso por las circunstancias; pero no hay un motivo para que él pudiera haber hecho eso ya que nunca había sufrido de depresión, y si la tenía entonces la tenía muy oculta”, dice.
Asegura que tenía deudas como cualquier otra persona pero no eran montos que justificaran que él tomara esa fatídica decisión, por lo que niegan rotundamente que este decidiera quitarse la vida.
La búsqueda de algún cuerpo
El puente de Sabana Perdida está ubicado sobre el río Ozama, al este de la capital de la República Dominicana. Los familiares de Reynaldo denuncian que desde que este desapareció, las autoridades no llegaron al fondo del asunto ya que, sin más averiguaciones, determinaron que él se suicidó al lanzarse al vacío. Sin embargo, su cadáver nunca ha sido encontrado.
“Ellos nunca llevaron los buzos ni hicieron la búsqueda que correspondía; todas las diligencias las hicimos nosotros”, relata Jairo.
A pesar de que las autoridades no hicieron labores de búsqueda, Jairo revela que en las primeras semanas aparecieron dos cadáveres, de manera esporádica, pero ninguno resultó ser de su pariente desaparecido. No obstante, al final se concluyó que ambas personas halladas se habían suicidado.
Otro punto que complicó el extraño caso fue la inoperancia de las cámaras del Sistema 911 que están colocadas en ese lugar, las cuales precisamente el día de la desaparición no estaban funcionando. “Eso era lo que más nos podía ayudar pero estaban dañadas. Entonces las cámaras de los negocios que están en los alrededores, en ese entonces no estaban funcionando porque prácticamente estaba todo cerrado por la situación de la pandemia, por lo que tampoco pudieron captar a mi hermano”, alega Jairo con pesar.
Avistamientos
Los familiares de Reynaldo están convencidos de que él no se suicidó. De hecho, solo lo creerían si las autoridades lo demostraran con la recuperación de su cuerpo, de lo contrario nada los haría cambiar de opinión.
Esta postura es reforzada debido a los avistamientos que supuestamente se han dado en varias provincias del país, sobre todo en Monte Plata, donde varias personas han jurado haber visto a Reynaldo caminando por las calles.
“Nosotros cogimos para allá porque un señor vio la foto de mi hermano y juró por su vida que ese era él. Que no podía confundirse porque era la misma persona. Según él, Reynaldo estaba caminando por la acera, andaba solo; nosotros le mostramos la foto y le preguntamos varias veces y él no paraba de afirmar que ese era Reynaldo”, explica Jairo.
A casi 4 meses de la desaparición de Reynaldo, sus pertenencias en la casa siguen ubicadas tal como él las dejó; y sus familiares todavía guardan la esperanza de que esté deambulando en alguna calle de la región Cibao.
Uno de sus pasatiempos favoritos era montar bicicletas ya que eso le ayudaba a despejar la mente y al mismo tiempo ejercitarse. Incluso en sus redes sociales se pueden ver las imágenes donde está practicando ciclismo con todos sus rudimentarios accesorios.
Para ellos no hay cabida de que su pariente se lanzó del puente sin dar motivos. Ninguno cree que Reynaldo terminaría con su vida teniendo al lado a su esposa y a sus tres hijos que todavía se sienten esperanzados de que algún día pueda aparecer.
Si tiene alguna información sobre el paradero de Reynaldo Alfonseca puede contactar a su familia al número 809-729-4450.