Política
La JCE, manzana permanente de discordia
La JCE desde 1994 es la manzana de la discordia de la democracia dominicana; ella se discute pero siempre la pone quien tiene el poder y, en los últimos años sin excepción, ha sido un desastre. Quizás lo peor ha sido repetir a sus miembros por eso, entre otras razones, no mejora.
Con Joaquín Balaguer –era contenciosa y administrativa– el símbolo de honorabilidad fue Ángel María Liz, luego en la democracia (PRSC-PRD) siguieron designándose notables que no eran políticos –de 1966 a 1990 solo un dirigente del PRSC fue miembro-; entonces estaba compuesta por tres miembros; cada crisis para la designación se resolvió aumentando la cantidad de miembros llevando la cantidad a cinco y luego a 7, entonces, Balaguer y Leonel, respondieron airados la designación que hizo el Senado del PRD de Morel Cerda en 1998 generando un tranque que se resolvió dividiéndola en dos cámaras.
Estas con las modificación constitucional del 2010 se convirtieron en Tribunal Superior Electoral, una ficción contenciosa sin trabajo, excepto por las rectificaciones de la actas del estado civil que ocupa el 98% de su atención y la poderosa JCE con un presupuesto enorme que nunca justifica bien: La compra de equipos de la penúltima JCE por más de USD$ 40 millones que nunca se utilizaron y el sistema informático de esta última, son solo dos ejemplos de mal uso de fondos públicos por decena de miles de millones de pesos.
Antes, el Presidente saliente de la JCE –usualmente- se iba de embajador, ese era su premio; ahora, salen con pensiones de lujo: Pero eso de las pensiones es un relajo del otrora PLD, que en algunos casos llega a escándalo mundial, por ejemplo: ¿Cómo se explicaría una pensión de un millón de pesos mensuales a una persona joven que apenas trabajó 4 años en el Estado como ha sucedido en el Banco de Reservas?
Los requisitos rígidos y tontos de antes para ser miembro, a “tono con la democracia cualquierizada” que sufrimos, se eliminaron y ahora hasta chochueca aspira… desde luego no por el trabajo, sino por el sueldito; los partidos sufren presiones terribles previo a la designación y al final envían a su “hombre o mujer” a cobrar y representar sus intereses.
El Presidente Abinader no debe hacer como Leonel poniendo a Roberto Rosario, eso fue un mal precedente. Tampoco debe regalarle a la sociedad civil esas posiciones por presiones porque eso siempre ha resultado en un fiasco: No importa si los miembros surgen del seno de los partidos o de profesionales ajenos a ese quehacer, solo deben tener carácter, estar preparados académica, administrativa y honestamente: Deben ir a servir al país, no a los partidos.
La designación por el Senado será objeto de acuerdos políticos y, eso es normal, sobre todo porque la designación requiere de dos tercios y el PRM aunque ganó 26 solo tiene 18 senadores, pues el resto los cedió a la FP y al PRSC, pero sería penoso que las audiencias en dicha cámara sean un teatro en que bufones se ponen de mojiganga leyendo hojas de vida, cuando ya la decisión ha sido tomada: Algo de transparencia democrática real no estaría mal.
Desde luego que en el país, relajados los títulos académicos hasta la degradación máxima, igual da risa la cantidad de analfabetos “profesionales” que se postulan a sí mismos sin enterarse que son hazmerreir de todos los que tienen la cachaza de ver las sesiones, como sucedió en las del Consejo Nacional de la Magistratura con las sesiones para designar los jueces de la Suprema Corte de Justicia y del Tribunal Constitucional, una caterva de burros rebuznaron torcidamente criterios de derecho ante el asombro del país: En todo caso, esas sesiones eran solo caricaturas para legalizar lo que ya estaba decidido que, Danilo impondría a dirigentes de su partido como jueces…. Algo que Luís no debe hacer pues ese fue uno de los motivos para sacar al PLD.
Las leyes, de Partido y Orgánica de la Junta Central Electoral, así como la Ley del TSE, todas, parcialmente declaradas inconstitucionales por el TC, deben ser mejoradas y, eso entra dentro de las atribuciones de la JCE que tiene iniciativa legislativa; las Juntas Electorales, en cada municipio hace más de 16 años que no se designan, se rellenan y en un 65% están compuestas por personas que no son abogados, esa es una tarea particular de la JCE y, desde luego que procede entrenarlas: Vimos en el torneo pasado que la mayoría de los problemas se dieron porque los colegios estaban compuestos por analfabetos que no sabían sumar y, de eso debían hablar los senadores con los aspirantes, lo demás es continuar haciendo lo incorrecto con mal resultado y esperar resultados distintos: Una tontería.
En el país hay alguna gente seria, preparada y con disposición de servir, pero que no desea ponerse de mojiganga; las hay en los partidos, cerca de los partidos y fuera de ellos.