Con un discurso defensivo Joaquín Balaguer tomó posesión en el 1990
Discurso toma de posesión presidencial de Joaquín Balaguer en 1990.
El discurso del expresidente Joaquín Balaguer en 1990, uno de los más notorios oradores en la historia del país, fue matizado por un tono defensivo, en el que respondió a críticas y rumores que le perseguían desde hace varios años.
Inmediatamente después de saludar a las delegaciones diplomáticas, Balaguer inició una diatriba en la que metafóricamente se limpiaba las manos de las alegaciones de corrupción levantadas en su contra, principalmente las referidas al “fallo histórico del 1978”.
Para esas elecciones, las cuales Balaguer perdió frente al candidato del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) Antonio Guzmán, el exmandatario fue tachado como el responsable de un intento de fraude electoral que le arrebató cuatro senaduría al PRD, por las que no pudo dominar el Senado de la República.
De acuerdo con historiadores, el día de esos comicios presidenciales militares irrumpieron en varios recintos de votos, interrumpiendo el proceso electoral donde presuntamente el PRD llevaba la delantera en los votos.
Sin embargo, tras múltiples semanas de investigación la Junta Central Electoral (JCE) determinó que no hubo intención fraudulenta en el mencionado acto, adjudicando así cuatro provincias, y la mayoría en el Senado, al Partido Reformista.
Hablamos de un momento en el que el Senado de la República elegía a todos los jueces del país en momentos en que Balaguer salía del poder luego de sus represivos 12 años de régimen.
Doce años después y Balaguer todavía luchaba para distanciarse de aquel suceso, su intención subrayada en una de las primeras frases memorables de su discurso, “el derecho que voy a ejercer es legítimo, un derecho que no pertenece a otro dominicano”.
Asimismo, aseguró que la celebración de las elecciones ese año fueron las mejores que se pudieron haber celebrado dentro de un sistema al que tildó de imperfecto y lleno de fallas.
Otro de las afirmaciones del exmandatario fue decir que ningún presidente en la historia del país hasta ese momento trató con más parsimonia y mayor respeto a los poderes estatales, agregando que tampoco utilizó su influencia para que un juez o representante del Ministerio Público realizara un fallo que le favoreciera.
“Fui respetuoso de las autonomías de las leyes”, puntualizó Balaguer sobre este punto.
Un país sin discriminación
Manteniendo la línea severa de su discurso, Balaguer negó que en República Dominicana exista la discriminación en contra de nacionales haitianos, aseverando que miles migraron ilegalmente a tierras dominicanas, desplazando a los trabajadores locales.
Pero a pesar de lo anterior el exmandatario dijo que los dominicanos recibieron de manera amistosa a sus vecinos haitianos, simpatizando con ellos en relación a la inestabilidad política que aquejaba en ese entonces a Haití.
“Aquí no se discrimina, ni del punto de vista económico ni del punto de vista social, a los haitianos ni a ningún otro ciudadano que visite nuestro país o trabaje en él”, enfatizó Balaguer sobre estas acusaciones realizadas por instituciones internacionales.
De igual forma dijo que en ese aspecto República Dominicana, a pesar de ser un país en vía de desarrollo, no es inferior a ninguna otra nación.
Deuda externa
En cuestión económica, Balaguer admitió que las deudas del país bordaban en lo impagable, debido casi completamente a los términos en que fueron adquiridas, expresando que es algo que hasta el entonces presidente de los Estados Unidos, George H.W. Bush, había reconocido.
Por lo tanto, el expresidente prometió revisar los contratos de préstamos, con el objetivo final de adecuarlos a la realidad económica del país.