Enfoque, Política
Otro fuego que consume el país
Otro fuego que consume el país, cuyas llamas queremos evitar mirando hacia el otro lado, es el económico, así, aceptamos como propuesta valida la construcción de un puente en donde no hay rio, de candidatos que no parecen saber sumar bien.
La República, con el tropezón del 2003, ha seguido el mismo plan de vuelo desde 1994, ascendiendo impulsado por un alto crecimiento del PIB que desde el 2012 se financia con endeudamiento público; ignoramos las señales de peligro y la pandemia convirtió en rojas las luces amarillas del tablero económico: El PIB este año será negativo –no cero como se dijo-, caerá de USD$ 89,056 millones el pasado año a USD$ 78,588.1 y, lo peor, sufriremos una devaluación de al menos un 22.8% por ciento en diciembre 2020: La peor desde el 2003, pues en 7 meses alcanzara estable los RD$ 65.00 por dólar.
El año inició con una tasa de cambio de RD$ 52.90 por dólar y las operaciones al cierre de esta semana para las escasas ventas, eran de RD$ 60.50: Es un deterioro cambiario del 15.1% por ciento, un 3.02% mensual y apenas empieza.
Nadie puede negar que la caída abrupta del valor de nuestra moneda está vinculada al coronavirus, que afectó en particular al Turismo, las Remesas, Exportaciones -excepto minería– y la Inversión Extranjera Directa, empero la incapacidad de hacerle frente meiante otros mecanismos, se debe a nuestro enorme endeudamiento al cierre del 2019, que en el caso del sector público consolidado aumentó en USD$ 10,826 millones en tres años (2016-2019); antes del Covic el servicio ya se llevaba USD$ 5,936 millones, USD$ 1,552 más que en 2018.
El pagos de esas deudas que rondaba el 50.45% del PIB, a tasas que promediaron RD$ 52.00 por dólar fue manejada con más endeudamiento en el marco de un crecimiento continuo superior al 5%, anual, ahora, ante la drástica caída el PIB con una tasa de cambio ya superior a RD$ 60.50, es difícil de pagar porque es imposible reunir la cantidad de pesos que requiere el servicio de la deuda en dólares: De eso deben hablar los candidatos.
El nuevo gobierno recibirá a un país en sala de cuidados intensivos – que ya usó unos USD$ 2,000 millones del Banreservas, BM, FMI, AFPs e Iderril - para la crisis - que requiere de USD$ 1,000 millones adicionales para el resto del año, que no es más que cubrir el déficit: Básicamente para mantener el suministro de bienes y servicios, empero que debe tanto que no será fácil buscarlos, sobre todo, porque con la caída de los ingresos – DGII y Aduanas especialmente, no está en condiciones de pagar lo que debe el resto del año.
La demanda creciente de la población de mayor inversión en asistencia social y salud, estará aguijoneada por el amplio desempleo que agudizó la pandemia: El Horno no está para galleticas.
Gonzalo prometió el martes en la AIRD, mantener la tasa de cambio estable –reconociendo que se perdió el principal logro del PLD, sin decir en cuánto-, los programas sociales y un amplio programa de construcciones; para estas últimas requeriría el presupuesto completo de 5 años: Alguien debía ayudarlo a sumar todo eso para que explique de dónde sacará los fondos. Leonel habló de una amplia amnistía fiscal para lo que ya hay una Ley, la No. 46-20 cuyo reglamento no ha sido publicado y Luis prometió eliminar el anticipo en las exportaciones en el marco de su meta para crear 600 mil empleos. Loable, pero insuficiente: Todos pronuncian discursos de académicos –con fecha de febrero- como si el Codiv-19 no hubiese destruido la economía. Agosto requiere de un Gabinete de crisis y una concertación política de al menos un al menos un año.
En todo caso esos planes los ejecutara el candidato que gane las elecciones el 5 de julio, por eso todos deben poner atención a otro incendio en el seco bosque político, que ya tuvo precedente en el pasado reciente en las pasadas elecciones del 2016, cuando el día 14 de mayo, el Presidente de la Junta Central Electoral anunció la renuncia sin motivo de 3,000 miembros de los colegios electorales: El abandono eventual de las responsabilidades administrativas de los miembros de los colegios electorales – ahora por miedo al contagio - es un riesgo que hay que prever.
El Codiv19 –si bien ya no hay pánico– aún hay temor justificado y, la JCE podría tener dificultades con el personal de las 16,506 colegios que requieren de 82,530 personas, entre: Presidente, dos vocales, secretario y sustituto de este. Los partidos interesados en el torneo deben, además de preparar a sus delegados, hacer todo lo posible porque haya suficientes dominicanos entrenados y dispuestos a prestar ese servicio cívico, al tiempo que motivan a la ciudadanía en general a concurrir a los comicios.