Enfoque político Testigo del tiempo
El mundo no fue y no será una porquería

La estrella de la NBA, Magic Johnson
D ice Henry Kissinger que “el mundo nunca será el mismo después del coronavirus”. Supone que la pandemia alterará para siempre el orden mundial. No lo creo. La verdad es que el mundo cambia constantemente. Todas las generaciones modifican la ropa, la música, las ideas, las cosas, pero la sustancia sigue ahí.
Más han hecho Internet o la inteligencia artificial que el Covid-19 para trasformar la realidad. Jamás amanecemos en un mundo similar al de la víspera. Es como el “río de Heráclito”: no nos bañamos dos veces en el mismo río. Las aguas son otras. La civilización es otra, aunque la cercanía nos impida percibirlo, de la misma manera que los árboles nos ocultan el bosque.
La civilización continúa por otros vericuetos. No cancelamos del todo los antecedentes. Hipócrates y Galeno estuvieron presentes hasta el siglo XIX. Aristóteles aún tiene cierta vigencia. Las tragedias griegas y las comedias romanas siguen vivas. Esto sólo es un tropiezo. Un gran tropiezo, mas sabemos cómo evitarlo desde que el médico inglés Edward Jenner inventó la vacuna en 1796, y a fines del siglo XIX Louis Pasteur sistematizó su elaboración. La discusión gira en torno a cuándo volvemos a la normalidad. Los restaurantes abrirán en breve. Les seguirán los hoteles, los cines y las salas de fiesta, etcétera, etcétera.
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