Opinión

Enfoque Medio Ambiente

¿Y quién se ocupa de los desechos plásticos?

Manuel Mora SerranoSanto Domingo

La basura de materiales plásticos es uno de los problemas mayores en los países en vías de de­sarrollo.

Los países que del Tercer Mundo, los que ni siquiera han iniciado el despegue económico que significa desparramar cosas inútiles en las ca­lles y en los alrededores de los pue­blos y ciudades, si les llegara la ho­ra de tener mucha basura, se darían cuenta del alto costo que hay que pagar para llegar a la categoría de en vías de desarrollo.

Los países desarrollados se han preocupado por la solu­ción al cúmulo de desperdicios y desechos utilizables. Ahora mismo, vemos como en España hay serios problemas con los sobrantes médicos y sanitarios que no se pueden reusar.

Tuve experiencias directas cuando nuestro país ni soñaba es­tar en vías de desarrollo. Viví en zonas rurales, aldeanas y citadi­nas. En la República Dominicana había poca basura. Los países po­bres no tienen muchos desperdi­cios. Había más en la ciudad ca­pital, pero en los campos y los pueblos los desechos orgánicos eran para los animales y los tras­patios o solares vacíos. Casi todo se degradaba, sobre todo las hojas y los ramos de los árboles. El papel sanitario y las servilletas eran pa­ra los más pudientes. Para los de­más: tusas, palos de letrinas, hojas y papeles de periódicos o de en­voltura.

Desgraciadamente, el exceso de basura es signo de status eco­nómico.

Los cambios producidos desde aquellos años al presente, se de­latan cuando viajamos por zonas rurales al ver las magníficas vi­viendas o las torres y ostentosos vehículos que invaden nuestras calles y carreteras. Sin embargo, para desperdicios no hay clases sociales, todos, hasta los más po­bres, botamos cosas, sobre to­do artefactos plásticos. La basura peor ahora.

Cuando visitamos países desa­rrollados nos acostumbramos a clasificar la basura desde la coci­na, o desde cualquier sitio donde estemos.

Algunos centros comerciales nos indican esas diferencias, sin que se­pamos para qué, es decir, si no está organizada la recogida y el procesa­miento.

Si queremos realmente salir del sub-desarrollo en un país con gen­tes tan despreocupadas del medio ambiente, lo primero que tenemos que organizar es la recogida y clasi­ficación de la basura.

Pro y contra

No podemos ni podremos a corto plazo pensar en los contenes y los vehículos de diferentes colores don­de clasifiquemos esos desperdicios, porque tendríamos que educar a un pueblo que, sin embargo, suele adaptarse a ciertas normas de de­cencia, como el comportamiento al viajar en el Metro.

Aunque implementar eso y las plantas procesadores sería suma­ mente costoso, tenemos una solución cuasi inmediata, si hubiese buena vo­luntad política.

Si el material plástico es el problema mayor, tanto para el medio ambiente, como para la salud por el envenena­miento de las aguas, ofrecer ideas pa­ra solucionarlo es undeber ciudadano.

Podríamos utilizar a los buzos de nuestros basureros. Ficharlos, y poner­los en nómina de los ayuntamientos. Ellos se encargarían de clasificar la ba­sura y echarla en contenes con los clá­sicos colores, y los camiones con los mismos distintivos, que no serían tan­tos; los vaciarían, y a su vez los echa­rían en recipientes que podrían ser a cielo abierto en principio, y de ahí, a las plantas de procesamiento.

Iniciativa

En este mismo periódico, hace me­nos de dos años: el 7 de diciembre de 2018, se publicó un reportaje firmado por Leoncio Peralta, en Moca, donde se le pidió a la ciudadanía, y en espe­cial a los políticos, vincularse a la solu­ción de los de los grandes problemas del país. Allí, un señor llamado Jaylil López tenía la intención de realizar el reciclaje de elementos plásticos en la fabricación de blocks y otros materia­les de la construcción. Según el entre­vistado, con algunos de esos materia­les había construido edificios a prueba de incendios. Incluso, se indica, que el Ministro de Medio Ambiente y Recur­sos Naturales de turno había visitado sus construcciones, no sabemos para qué, pues solo fue una simple visita.

¿Acaso nuestros líderes políticos viven de espaldas al país? No he es­cuchado que nadie se refiriera a la iniciativa de Jaylil López, quien se ha mostrado generoso en sus decla­raciones, para por lo menos instalar en esta ciudad, en Santiago, y en al­gunos otros lugares, plantas proce­sadores para lograr esta mágica so­lución.

Si pensamos en la destrucción de nuestros bosques y la extracción ile­gal de la arena de playas y ríos para fabricar los blocks de cemento, ¿qué nos cuesta investigar lo que ha he­cho este mocano con sus propios es­fuerzos, para solucionar un grave problema? Por qué no se crean em­presas nacionales para procesar los desechos sólidos, empresas asocia­das o no con empresarios extranje­ros como se ha hecho con el turismo, para hacer lo se hace en casi todos los países desarrollados con estos de­sechos de este tipo.

La sola contemplación del traba­jo del señor López debió motivar un boom turístico en Moca; pero no. He­mos sido insensibles a lo que pudie­ra ser una solución a corto plazo de la falta de viviendas confortables, no so­lo en nuestro país, sino en nuestros ve­cinos de la Cuenca del Caribe que han padecido ciclones y terremotos devas­tadores.

Lanzamos la primera piedra, o me­jor, pongamos el primer block en la zapata del edificio que solucionaría el problema de la basura de materiales plásticos en el país.

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