PANDEMIA

Contra la adversidad: es imperativa la unidad nacional

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Carlos R. Altuna TezanosSanto Domingo, RD

­En menos de tres meses, el mundo se encuentra a los pies de una pandemia de consecuencias inimaginables para la humanidad, y todo inicia en diciembre del 2019, cuando el gobierno de la República Popular China, sorprendió a la comunidad internacional al anunciar un brote de una enfermedad infecciosa causada por un virus que afecta las vías respiratorias, el cual estaba focalizado en la ciudad de Wuhan, de 11 millones de habitantes en un área de 8,467 km², siendo bautizado como “Coronavirus COVID-19”, el cual se expande vertiginosamente hacia varios países, convirtiéndose en una pandemia.

De acuerdo con los datos de la Organización Mundial de la Salud del día 18 de marzo, se han confirmado unos 200 mil casos de contagios en 166 países, donde unos 82 mil se han recuperado y 8 mil han fallecido.

Según la OMS, China registró unos 81,100 casos de contagios y 3,241 (+), seguidos por Italia con 31,713 contagios y 2,978 (+) de los cuales el 75% eran hombres y con una edad promedio de 80 años; en ese mismo orden le siguen Irán 17,361 contagios y 1,135 (+) y España con 13,910 contagios y 624 (+).

El sigiloso virus se extiende con suma rapidez, obligando a los gobiernos a tomar medidas drásticas y radicales, con la finalidad de salvaguardar sus ciudadanos. Medidas que van desde el cierre de sus fronteras, prohibición de la entrada de ciudadanos de los países foco de contagio, cuarentena de ciudades o regiones y restricción en la movilidad humana.

La República Dominicana no ha escapado de esta realidad, y más por ser un país donde uno de los principales pilares de la economía es el turismo, que con el brote del COVID-19 en China –quienes no pudieron contenerlo en sus fronteras– y tras su aparición en Europa, específicamente en Italia y España, era de esperar que tarde o temprano nos iba a tocar.

Ante los hechos el gobierno creó la “Comisión Permanente del Coronavirus del Ministerio de Salud Pública” para diseñar los protocolos y procedimientos pertinentes al manejo y control de los casos que pudiesen surgir en nuestro territorio.

El 01 de marzo del presente año, las autoridades de salud pública anunciaron el primer caso diagnosticado de coronavirus en el país, y efectivamente sucedió con un turista italiano que ingresó el 22 de febrero por el aeropuerto internacional de La Romana, hospedándose en un hotel de la misma zona.

El 05 de marzo, el Ministerio de Salud confirmó el segundo caso de COVID-19, detectado en una ciudadana canadiense de 70 años de edad, que llegó al país el 22 de febrero acompañada de su esposo, y el 28 de ese mes presentó síntomas, por lo que fue ingresada en el Hospital Dr. Ramón de Lara, FARD, y su pareja puesta en observación.

Las autoridades gubernamentales hicieron un llamado a la población a asumir las informaciones del Ministerio de Salud y no hacer caso a todo lo que surge en los medios, principalmente en las redes sociales. Medidas que comparto, porque en la mayoría de los casos son usadas de manera maliciosa y perversa, más en este tipo de situación, que solo coadyuva a la creación del pánico y desinformación a la ciudadanía.

Mientras el temor y la desinformación hacían presa de muchos dominicanos, el país también se encontraba en medio de una vorágine electorera, por lo que sin temor a equivocarme, creo que las autoridades gubernamentales no quisieron adelantarse a tomar medidas radicales ante los casos importados de COVID-19 que teníamos en el país para no afectar el proceso.

Como digo entre mis amigos, esto solo sucede en “MacondoRD”, pues son situaciones que solo ocurren aquí, y jocosamente las identifico, así por múltiples razones, además de que los genes e idiosincrasia del dominicano son muy particulares. Somos un pueblo que sabe de política, deportes y algo más, como el más erudito de la materia, que no se aprieta para opinar con propiedad, aunque sea mentira.

El 16 de marzo, tras pasar las elecciones municipales sin contratiempos, las autoridades anunciaron nuevos casos de contagio, pasando de 11 a 21 y una persona fallecida.

Las redes y ciertos comunicadores no dilataron en hacer públicos sus pareceres sobre el manejo de la situación, criticando la pertinencia o si las autoridades ocultaban informaciones, mientras otros le daban un matiz político. Pronto, en ciertos lugares, los ciudadanos empezaron a protestar porque el gobierno pretendía construir “centros de aislamientos” para los casos de contagio, como sucedió en Boca Chica, BerónRomana y en el sector del Hospital Marcelino Vélez.

Ante esta situación, creo que el gobierno fue más allá de la permisibilidad y la tolerancia, cuando cedió ante un grupúsculo de protestante, quizás dirigido, su decisión de establecer estos centros de aislamiento, ya que entendemos que la “seguridad pública” ésta por encima de las acciones particulares, y no estar sujetas a protestas. Cosas que solo suceden en MacondoRD.

Estamos frente a una pandemia que nos viene encima, y la única manera de enfrentarla, es con decisiones firmes e irrevocables, porque afectan al colectivo total de la nación.

Reconocemos que las autoridades asumieron medidas restrictivas de suspender todos los vuelos desde España e Italia hacia el país y viceversa, así como la prohibición para que los cruceros turísticos no tocasen puertos dominicanos, sabemos que la situación afectará la economía del país.

Como había explicado, el gobierno debió asumir medidas restrictivas ante la situación que avanzaba a fin de minimizar y controlar los efectos de contagio del COVID-19, lo que engendró una especie de incertidumbre cuando el pueblo no escucha a su mandatario referirse al tema, como lo hicieron presidentes de países afectados al dirigirse a sus ciudadanos.

Puedo aseverar, que producto de las elecciones municipales extraordinarias, la incertidumbre sobre el contagio del coronavirus y no escuchar al presidente de la República, ésto generó una situación de nerviosismo en la población dominicana, que abarrotó supermercados y farmacias para abastecerse de alimentos, mascarillas, guantes, desinfectantes, agua, manitos limpias, medicamentos entre otros.

Como dije lo anterior, igualmente puedo asegurar, que con el discurso de la noche del 17 de marzo del presidente Danilo Medina Sánchez, trajo cierta tranquilidad al pueblo dominicano tras anunciar las medidas que adoptaría el gobierno con la finalidad de evitar la propagación del coronavirus.

Medidas que entraron en vigencia el pasado 19 de marzo a las 6:00 am, que incluyen el cierre por 15 días de todas las fronteras terrestres, marítimas y aéreas, la suspensión de la docencia en todos los centros escolares y universitarios hasta el próximo 13 de abril.

Por razones de espacio no mencionaré, aunque reconocemos el esfuerzo que el gobierno asumió a fin de asegurar, proteger y preservar lo más apreciado que tiene el ser humano, la vida.

Además, solicitó al Congreso para aprobación urgente la declaratoria de “Estado de Emergencia Nacional”, que tras su aprobación el ejecutivo podrá optar de otras medidas drásticas, que puedan resultar odiosas para algunos, a fin de proteger y preservar la salud de todos sus ciudadanos.

Finalmente, y como seguimos imbuidos en una eterna politiquería que únicamente sucede en MacondoRD, no olvidemos que sigue siendo el país de todos, por lo que debemos dejar los intereses políticos-partidarios y asumir hombro a hombro la calamidad que nos afecta, que aún no está en su cresta de contagio.

No politicemos la adversidad que nos toca vivir y afrontar, aunque no lo deseamos, en estos momentos es imperativa la unidad nacional. Dios siga bendiciendo a este noble pueblo.

El autor es miembro fundador del Círculo Delta fuerzadelta3@gmail.com

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