Opinión

Enfoque

Primarias: ¡Alerta electoral!

Rafael G. Guzmán FermínSanto Domingo, RD

Durante casi un año nuestro pueblo libró una intensa lucha en defensa de la Constitución. Esa batalla estaba y está fundamentada en la defensa de principios democráticos innegociables. Esto motivó a una gran parte del pueblo dominicano a superar las diferencias partidistas y unirse a un reclamo común: “¡Con la Constitución no se juega y menos intentar sobornar a legisladores para favorecer un interés personal del gobernante de turno!”.

Afortunadamente, el presidente Danilo Medina escuchó el sentir del pueblo, y si algo fue modificado, al menos por el momento, fue su intención de presentarse para optar por un tercer período de gobierno consecutivo. Confiamos en que el sentido de prudencia y unidad partidaria guiará sus pasos en lo que le resta de mandato para beneficio de nuestro pueblo, a pesar de la mala señal que envía el hecho ocurrido este sábado con la elección del presidente de la Cámara de Diputados, en franca violación al pacto político de Juan Dolio del 2015, firmado por todos los miembros del CP del PLD, refrendado por el Pleno Nacional de Dirigentes y avalado por el Tribunal Superior Electoral.

Ahora el calendario electoral le presenta a la sociedad otro desafío que pondrá a prueba la estabilidad democrática en nuestro país. Por vez primera se efectuarán primarias electorales para nominar simultáneamente a los candidatos a la presidencia de la República en los dos principales partidos políticos dominicanos, el PLD y el PRM.

Como se sabe, el PLD adoptó la modalidad de primarias abiertas, esquema que permite votar a todos los ciudadanos que estén inscritos en el padrón universal de la Junta Central Electoral. Mientras tanto, el PRM adoptó el modelo de primarias cerradas, en el cual sólo podrán votar aquellos electorales inscritos en el padrón del Partido Revolucionario Moderno.

Esta primera experiencia pondrá a prueba la propia ley que regula dicho proceso, la cual sufre de importantes contradicciones e incongruencias, como también pondrá a prueba a la Junta Central Electoral como organismo rector de dichas primarias.

El primer señalamiento se podrá atender en el marco legislativo luego de analizar lo que ocurra el 6 de octubre. El segundo señalamiento, es decir, la capacidad de la Junta Central Electoral para administrar el proceso de las primarias constituye una seria preocupación que todos los actores del escenario político deben tener, al igual que la sociedad dominicana. En eso está en juego la estabilidad de nuestra democracia y la confianza de nuestro pueblo en el sistema electoral.

Es por estas razones que como pueblo, a escasas siete semanas de las primarias, estamos obligados a estar en condición de “ALERTA ELECTORAL”, pues desde mi punto de vista, resulta preocupante que se pretenda ensayar un sistema de voto electrónico durante un proceso tan complejo como lo es la celebración de primarias simultáneas, una abierta y otra cerrada, sin efectuar una detallada e intensa campaña de orientación al pueblo.

Favorezco, al igual que muchos conciudadanos, que el uso de la tecnología para los procesos electorales es un mandato de los tiempos modernos, pero la realidad es que en nuestro país no existe una cultura de votar de manera electrónica, por lo que hacer esa transición, resulta necesaria una campaña de orientación a la ciudadanía para que pueda confiar en ese nuevo proceso, y es precisamente lo que no ha ocurrido.

En esa línea, la Junta Central Electoral debe explicar sin dilación una serie de interrogantes, entre las que destaco las siguientes:

1.- ¿Qué cantidad de mesas electorales han sido fusionadas para esta elección primaria y por qué tomaron esa decisión?

2.- ¿Cuál será el promedio de electores registrados por mesas en las primarias del PLD?

3.- ¿Cuál es la cantidad exacta de máquinas de votación electrónica que se estarán utilizando el 6 de octubre?

4.- ¿Cuántas máquinas de votación electrónica serán asignadas a las mesas del PLD y cuántas a las mesas del PRM?

5.- ¿Se estará utilizando el entintado del dedo una vez el elector emita el voto electrónico?

6.- ¿Cómo será la transmisión electrónica de los resultados?

7.- ¿Los partidos políticos han podido realizar una auditoría de los sistemas y equipos de votación electrónica y de escrutinio electrónico?

8.- ¿Existe constancia para los partidos políticos de que ese sistema moderno está blindado contra ataques de hackers de todo tipo? 9.- ¿Tiene contemplado la JCE que al haber menos recintos electorales y menos máquinas, esto provocará un aumento considerable de largas filas para votar con sus probables conflictos?

10.- ¿Ha contemplado la JCE que al ser un sistema nuevo de votación será muy alto el promedio de tiempo por votante, pudiendo esto alargar más los turnos en las filas?

11.- Y si se averían algunas de esas máquinas modernas ¿qué tiene contemplado ese organismo electoral? Esas son sólo algunas de las muchas interrogantes que la Junta Central Electoral debe responderle a la sociedad dominicana y a los propios partidos políticos, antes de poner en práctica el sistema de votación electrónica del 6 de octubre.

De no responder la JCE con una explicación razonable y precisa a esos cuestionamientos, creo que tanto el PLD como el PRM, deberían solicitar que el proceso de votación para nominar sus candidatos a cargos electivos el próximo 6 de octubre se efectúe mediante la forma tradicional que conoce nuestro pueblo: de forma manual.

Alerta electoral Lo que está en juego el 6 de octubre es la confianza en los procesos electorales y la estabilidad del sistema democrático de gobierno en nuestro país, pues sería perjudicial, lamentable y grave que la noche de las primarias no se puedan certificar los resultados de las votaciones y algunos de los principales partidos políticos no pueda tener su candidato presidencial debidamente nominado en los plazos establecidos por la ley, como consecuencia de un potencial caos provocado por “fallas operacionales” dentro de la Junta Central Electoral. Frente a este escenario, es necesario tener claro que el 6 de octubre no es el día propicio para ensayar la aplicación de un sistema de votación electrónica, ni para estar improvisando desde la Junta Central Electoral.

El 6 de octubre es un día para fortalecer nuestra democracia y elevar la confianza pública en nuestro sistema electoral.

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