Enfoque
La Familia, la escuela y el género
La familia fue la primera institución presentada por Dios luego de concluida la creación. En el texto bíblico aparecen Adán y Eva como pioneros en unión conyugal y se constituyen en familia con el nacimiento de Caín (Génesis 4:1). Estos primeros cónyuges eran los Adán, pues por extensión hace referencia a hombre o mujer, es decir al ente humano (Génesis 5:2). La familia y la escuela constituyen las únicas instituciones que actúan directamente en la formación y/o desarrollo armonioso del ser humano. La familia es, después de lo divino, el marco personal más importante para sentirnos seguros y cómodos; ésta no surgió por casualidad, pues formó parte del plan del Creador para la raza humana desde el principio mismo de los tiempos. Es de esperarse que sea el estandarte y núcleo de la sociedad. Si los cónyuges forman una paternidad y una maternidad responsables, conscientes y amorosas, esto les permitirá ser verdaderos pedagogos, donde la madre está llamada a proporcionar aprendizaje y el padre a aplicar los correctivos de lugar.
Tanto los padres y los maestros deben de saber que con el ejemplo es como mejor se enseña. El acto de educar siempre será una vocación, que sin lugar a dudas no es para cualquiera. En esa acción debemos poner lo mejor de nosotros. Los padres siempre serán los responsables de la educación básica de los niños y es la niñez la etapa ideal para sembrar en valores y buenas costumbres. Una sociedad buena, sana y ejemplar dependerá básicamente del ambiente en el seno familiar. Cuando la familia se descompone, como sucede ahora en buena parte de los casos, el producto que va a la escuela y al resto de la sociedad hace estragos. La familia de hoy carece de valores y principios y esto ineludiblemente conduce a la sociedad al caos. Algunas personas e instituciones afirman que la educación nuestra ha fracasado, por ahí va el asunto, pero debemos de reconocer que primero se sintió ese fracaso en la familia. Cuando la relación en el trípode madre-padre-hijos se caracteriza por el diálogo, el amor, la corrección sana y bajo el ambiente de buenas relaciones humanas se constituye en un hogar; más si a lo anterior se agrega la lectura bíblica y se obedece a Dios, Éste lo transforma en un bello hogar. El hogar, pues, es el lugar más adecuado para el desarrollo armonioso y completo de la niñez. Desde la etapa del feto el niño empieza a captar o asimilar lo que el ambiente le enseña, este proceso perdura en su primera fase hasta los 6 años y se realiza en el tiempo de la mielinización, donde el cerebro asimila como si fuera una esponja lo que le proporciona el seno o el ambiente familiar. En este período el niño asimila conocimientos sin pasar por la razón, por tanto, todo lo que aprende lo da como bueno y válido, sin analizar ni depurar nada. Ya desde los siete años en adelante inicia un nuevo proceso donde una especie de filtro o poda empieza a funcionar en su cerebro. Hoy en día tenemos una niñez con un desarrollo precoz, debido principalmente al tipo de tecnología que el ambiente nos brinda. Aquello de tábula raza no existe, pues mente en blanco en la niñez, como se decía antes, ya no se nombra.
Desarrollo armonioso Ser padre y/o educador es un desafío, éste debe tener vocación, preparación y afecto; no debe hacer aceptación entre los hijos o los discentes. La verdadera educación ha sido bien definida como el desarrollo armonioso de todas las facultades. La preparación y orientación que se proporciona durante los primeros años en el hogar y luego el tiempo subsiguiente en la escuela es lo más fundamental para el éxito en la vida y una existencia armoniosa. En tal educación es esencial el desarrollo de la mente y la formación del carácter. Un ser humano que se desarrolla en un ambiente como el anterior está llamado a soportar la prueba del tiempo y los imprevistos que generalmente nos guarda la vida. En la familia nuclear (padre-madre-hijos) está el único ambiente idóneo para un desarrollo integral del neonato.
Los países escandinavos (norte de Europa) están a la vanguardia en cuanto a la existencia de una familia que forme en valores y que realmente sea el centro de sus conglomerados; ese esfuerzo y logro ejemplar lo encabezó Finlandia, donde no se le permite a las madres con menores de 6 años trabajar fuera del hogar, desde luego, el Estado les brinda asistencia y supervisión. Esas madres se convierten en las primeras pedagogas de sus hijos. Otros países, como Japón, han anunciado que se preparan para aplicar esa exitosa práctica de los nórdicos europeos. Como resultado de eso, esas naciones europeas encabezan las sociedades ejemplares en este convulsionado s-XXI.
La sociedad humana, en estos tiempos, se dirige de manera rápida a la decadencia moral, que es camino de muerte, a través de aprobar leyes y ordenanzas en contra de lo natural, como es el matrimonio gay, la ideología de género, el aborto, la legalización de las drogas, entre otras.
La ideología de género, disfrazada de manera sutil en política de género, busca sustituir lo biológico y lo natural en el ser humano. La biología seguirá estando por encima de las ideologías, pues hombres que se declaren mujeres seguirán sufriendo de cáncer prostático y mujeres declaradas hombres continuarán sufriendo de cáncer de mamas y otros males femeninos, aunque estos a nivel de documentos tengan sexos diferentes. Además en una autopsia será identificado como hombre o mujer independientemente de la preferencia en vida del ahora hueso seco. Es penoso y preocupante el giro inmoral que está dando nuestro mundo; imagínense: en New York ya se habla de 31 tipos de géneros, siendo esto la mayor aberración en toda la existencia del ser humano. Llegará ese día que Sodoma y Gomorra nos quedarán pequeñas, pues transitamos hacia un punto donde la promiscuidad y la concupiscencia estarán a la orden del día. Todo indica que las potencias buscan imponer la ideología de género para frenar el crecimiento humano. Es verdad que hay una fuerte explosión demográfica, pero ésta nunca debe ser la forma de detenerla. No caigamos en esta trampa, pues se hundiría todo lo sano, bello y natural. Instruir a la niñez en base a la ideología de género sería cometer abuso infantil. No se debe imponer esta nueva ideología, ya que atenta contra el mandato bíblico, la familia y a la sociedad en general.
Serio golpe a la familia De mantenerse y aplicarse la Orden Departamental 33-2019 sería un serio golpe a la familia, la educación y a la sana costumbre, agudizando esto la crisis de valores en nuestro país; frenándola cuidamos a la niñez, preservamos al hogar y apuntalamos a un futuro mejor. Saludamos el llamado que ha hecho el Sr. Ministro de Educación a distintos sectores de la sociedad para evaluar, discutir o presentar opiniones con respecto a la OD 33-2019, pero mucho mejor sería que anunciara al país, luego de ese encuentro, que el Minerd deja sin efecto la aplicación de esa orden departamental.