Análisis. Perspectiva electoral 2020

La crisis del PLD tendrá su desenlace en solo días

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Felipe CipriánSanto Domingo, RD

La confrontación que vive hoy el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) no tendrá una solución que satisfaga a los dos sectores enfrentados, lo que significa que uno se impondrá ante el otro, haya o no división en esa organización política.

Ese será el final porque entre Leonel Fernández y Danilo Medina, la confianza en el cumplimiento de los compromisos, está arruinada.

Los leonelistas se sienten traicionados por el danilismo porque del pacto de los 15 puntos del Comité Político en la primavera de 2015 solo se ha cumplido con los que benefician a Danilo y ahora Leonel se ve nuevamente bloqueado en su empeño de obtener la candidatura presidencial del PLD para 2020.

Los danilistas se consideran asediados y calumniados de la peor manera por el leonelismo en el presente y seriamente amenazados en caso de que Leonel fuera de nuevo el Presidente.

¿Cuándo se perdió la confianza? El punto de inflexión para que Leonel y Danilo tomaran rumbos diferentes fue la actitud del primero tras la reunión del Comité Político del PLD el 19 de abril de 2015 en Juan Dolio, donde a falta de consenso se aprobó por mayoría que los legisladores peledeístas impulsaran la modificación de la Constitución para que Danilo buscara la reelección.

Con una decisión mayoritaria del Comité Político del PLD que es el que traza la línea a seguir, Leonel salió de esa reunión a resistir la modificación de la Constitución, en una clara rebelión contra lo aprobado por el organismo que él preside.

Ante el hecho más que evidente de que no lograría detener la reforma constitucional, Leonel aceptó el pacto “reelección por reelección” con el que Danilo sería el candidato presidencial y se postularía a los legisladores.

A pesar de que el gobierno mantuvo en el gabinete a connotados leonelistas, desde el grupo de Leonel se sostuvo una campaña permanente de asedio y descrédito hacia el equipo de gobierno de Danilo, especialmente contra funcionarios de alto nivel, lo que provocó la reacción que hoy se expresa en un bloqueo a cualquier tipo de entendimiento con el leonelismo para facilitarle la candidatura presidencial.

En confrontación El escenario es de confrontación y lo más probable es que debido a que la crisis peledeísta ya se está reflejando en al menos dos de los tres poderes del Estado, la disputa tenga una resolución en breve plazo porque el país no puede pagar el precio de la ambición de políticos.

El PLD, que se preció por años de ser un partido disciplinado, integrado por personas honestas, está arrojando esos trajes diseñados para personas flacas, porque ya la mayoría de ellos son gordos y no les ajustan a sus figuras.

Una involución de esa magnitud, proyectada a toda la sociedad, debía dar motivo a un sacudimiento social digno de reivindicar las raíces democráticas de los patriotas que forjaron la nación y la defendieron con su sangre frente a todas las agresiones imperiales.

Pero corriendo con frenesí detrás del salami que lanza Amable Aristy, de los obsequios de Ángel Rondón para apoyar la campaña de todos los candidatos, de los 500 pesos que entregan para que un motoconchista haitiano haga caravana hasta el Congreso para gritar “¡La Constituciona no se bendé!... entre otras “acciones políticas”, no se puede forjar una democracia de ciudadanos.

¡No! Esas prácticas crean adultos con derecho al voto hipotecado, y si son analfabetos hambrientos, más dóciles y más útiles para la manipulación de sus precariedades.

Emerge algo de luz La encrucijada está hoy en un punto definitorio: Leonel aplaza sus aspiraciones (porque tiene derecho constitucional a buscar la Presidencia) y sella un pacto con Danilo para que también desista de postularse, o tendrá que aceptar que le cuenten los votos en el Comité Político, el Comité Central, en ambas cámaras del Congreso Nacional y en las primarias abiertas con padrón universal del 6 de octubre.

En todos esos ámbitos pierde Leonel y es penoso que sus seguidores se irriten cuando un tercero se lo dice, más en tono de alerta que con ganas de enrostrárselo, como es mi caso.

Se repite que el danilismo no tiene los votos para pasar la reforma constitucional. ¿Cómo es que desprecian esa oportunidad de derrotarlo? Cualquiera que conozca con tal certeza el resultado probable de una confrontación con esa precisión milimétrica tan favorable a su causa, no rehúye el desenlace.

Si el danilismo no tiene los votos -creo que los tiene- lo que merece es que la firmeza de los legisladores y del liderazgo de Leonel y de Luis Abinder les propine una resonante derrota, pero resulta que en un hecho insólito, ninguno de los dos quiere que el proyecto de modificación constitucional sea puesto en debate en el poder legislativo.

Tanto Abinader como Leonel afirman que si el proyecto de reforma constitucional pasare, sería porque el gobierno compraría el voto de sus diputados.

¿Y cómo va a ser que diputados de Leonel o de Abinader se vendan si ellos están tan firmemente asidos a la Constitución? ¿Acaso ellos saben que todas las reformas anteriores para acomodar la ley sustantiva a los caprichos de los caudillos con ganas de continuar se han aprobado con idénticos métodos?

Leonel y Abinader El sendero de Leonel está claro: pacta con Danilo que ninguno de los dos se presente como candidato o tiene que enfrentarse al presidente en el PLD y en las primarias. Si lo hace pierde, a pesar de las encuestas y de las condiciones objetivas del país que no son favorables para Danilo.

Pierde porque hace tiempo que los elementos subjetivos tienen primacía en la política dominicana y quien ahora los domina es Danilo.

Su otra “salida” sería ir de candidato por partidos opositores, dejando al PLD. Ese es el equivalente a un “salto al vacío” porque si no gana las elecciones, lo pierde todo.

Abinader, que tiene casi garantizada la candidatura presidencial del PRM, parece preferir enfrentarse a Leonel sin el apoyo total del gobierno de Danilo, antes que hacerlo frente a Danilo con el PLD dividido. Eso explica que se meta tan hondo en la rebatiña interna peledeísta.

Lo que él no calcula es que si Leonel y el propio Abinader obstruyen la reforma, Leonel corre el riesgo de no ser aprobado como precandidato presidencial por el Comité Central del PLD, cuya mayoría es de Danilo.

Vuelvo a preguntar: ¿Qué es más difícil, que Danilo pase la reforma constitucional o que Leonel sea candidato del PLD? Quien tenga la respuesta conoce el desenlace de la actual crisis.

Llamada de Pompeo Ayer se dio a conocer que el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, llamó por teléfono el miércoles a Danilo y conversaron sobre la situación nacional.

Aunque del párrafo dado a conocer por el Departamento de Estado se pueden inferir diversas conclusiones, dudo mucho que el gobienro de Donald Trump tenga interés de obstruir la reelección de Danilo para darle paso a Leonel. Lo que sí preocupa a los norteamericanos es que los políticos metan al país en un desorden.

Creo que la llamada de Pompeo no ha parado la reforma constitucional que viene en camino.

¡Cuando pase la tempestad, contaremos las estrellas!

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