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LA GENERACIÓN Z

Niños Proyecto: una agenda apretada para la generación “Z”

Los menores de edad que son sometidos a este tipo de compromisos, puede que crezcan en un vacío existencial por no haber vivido su infancia. ISTOCK

A las 6:00 de la mañana comienza el día de Ricardo. Con tan solo 10 años de edad cumple con una agenda tan apretada que ni sus propios padres la tienen. Lunes, miércoles y viernes, una vez sale del colegio a las 2:00 de la tarde, lo buscan para llevarlo a comer a la casa, y que se prepare para ir a sus prácticas de fútbol, que son de 3:30 a 5:30. Cuando sale de ahí sigue corrido a sus clases de idioma para de regreso hacer sus tareas para el día siguiente. Los martes no son diferentes. Ese día entra a las 4:00 a su clase de música.

A las 6:00 cuando sale le esperan sus asignaciones escolares, ver una película y avanzar dos páginas del libro que esté leyendo. Los jueves también son intensos para el pequeño. Además de ir a práctica de sóftbol durante dos horas, debe asistir a su compromiso en la escuela de pintura donde estudia arte. Y, cuando llega el fin de semana, se intensifican sus compromisos. Lo espera un pasadía en el play. Sabe cuándo entra, pero no cuándo sale. Si llega temprano hace las tareas del lunes y si no, el domingo debe tomarlo para ello. Con ese rosario de asignaciones es probable que Ricardo no sepa lo que significa ser un niño. “De lo que sí estoy segura es de que sus padres no saben cuán grande es el daño que le hacen a sus hijos cuando ponen sobre sus hombros unas responsabilidades no aptas para su edad”, así reacciona ante la agenda de Ricardo la sicóloga Carmen Virginia Rodríguez.

Ella como el sociólogo venezolano Alberto Del Prado, coinciden en admitir que con este tipo de acciones los padres están haciendo de sus hijos uno de sus proyectos de vida. “Es doloroso decirlo, pero es la realidad. Hay que capacitar y educar a los niños desde temprana edad, pero una cosa es formarlos y otra muy distinta, explotarlos”, considera el experto también en familia y sociedad.

Ambos son de opinión de que en los últimos tiempos se les ha hecho imposible a algunos padres y algunas madres ocultar que tratan a sus hijos como verdaderos ‘objetos’, robándoles incluso su inocencia. De ahí que hoy los consideran como “niños proyecto”.

Cambios y aspiraciones Estamos en la era de “Hay que saber hacer de todo”, “hacerlo bien” o de “Tengo que darle todas las oportunidades a mis hijos”. Y esos planteamientos no están del todo mal, no son dañinos, pero hay que tener mucho cuidado a la hora de ponerlos en práctica. “Hostigar y cargar a los muchachos con demasiadas cosas, puede ir en detrimento de ellos mismos, y por supuesto de los padres. Al final, esos niños pueden terminar soltando todo en su totalidad, pues el gran compromiso que ponen sobre sus hombros les roba las vivencias de una etapa hermosa”, comenta Del Prado.

Es verdad que si se puede, se le den las oportunidades y que se desarrolle en ellos sus destrezas y habilidades. Pero no son uno ni dos los chicos que entran a mi consulta, y me confiesan que están “hartos” de “tener que hacer tantas cosas en las tardes”, y que no les da el tiempo para mas nada. Y pensando en la juventud y la adolescencia, que entran en juego muchas otras situaciones y actividades, comenzando con una vida social, que debe ser saludable, divertida y cargada con las responsabilidades propias para cada edad. En un punto, dentro del desarrollo del niño que pasa a joven, las actividades deben ser las elegidas y disfrutadas por él mismo.

SEPA MÁS Puntos a tomar Transformación Las sociedades contemplan muchos cambios. En la generación “Z”, que es la que nació en el año 2000, se puede ver muy claro cómo algunos de esos menores han tenido que lidiar con una apretada agenda.

Máquinas En ocasiones, así actúan los llamados ‘niños proyecto’. Los que no son víctimas de esta práctica, tienen más soltura, más libertad y lo más importante, más seguridad.

Niños y niñas Necesitan distraerse, tener un respiro, vivir su infancia, jugar, descansar, divertirse, compartir con otros amiguitos y, cuando se les pone sobre sus hombros tantos compromisos, no tienen el tiempo para estas prioridades.

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