Panorama político
Margarita Cedeño, una dificil lucha en medio de dos colosos
Parecería que el expresidente Fernández y su esposa, Margarita Cedeño, están maniobrando a una, aunque pareja sentimental, cada cual con sus propios propósitos, lo que quizás dañe el interés de presentar una aspiración partidaria que pueda hacerle mella a la reelección.
Fernández ha estado últimamente con su agenda llena sobre asuntos políticos y para llamar la atención de los electores, mientras aparentemente tiene números de encuestas que favorecen mejor al presidente Medina, en el caso en que pudiera presentarse a la reelección en el 2020. Fernández sería un hueso “duro de roer”, está convencido de que él debe ser el candidato partidario, el que tiene las mayores fuerzas dado que gobernó el país en tres períodos anteriores y a la crisis de liderazgo que sufre el Partido de la Liberación Dominicana, PLD.
El expresidente quizás cree que su oportunidad para ganar la nominación presidencial es ahora, y que ganar las elecciones del 2020 le evitaría riesgos como los comicios del 2024, cuando sus adversarios podrían enfrentarlo con errores propios y el desgaste de tantos años en el poder del PLD.
Sabio y cazurro, Fernández tiene que tomar en consideración que si bien cuenta con el apoyo de muchos partidarios que lograrían su sustento si él vuelve al Palacio Nacional, ya para el 2024 un régimen Medina tres períodos y los tres suyos, sería mucho para el aguante de los electores que están abajo.
Al ex gobernante le están fluyendo recursos de todo tipo no solamente de sus partidarios que hicieron grandes fortunas durante sus anteriores regímenes, sino también de apostadores de la política que bien podrían perder en el caso de que el PLD no lo señale y triunfe la reelección.
Como presidente del PLD, el doctor Fernández es el llavero de las arcas del partido, que infortunadamente tiene como ejecutivo al exministro de Obras Públicas, Víctor Díaz Rúa, encausado por el caso de ODEBRECHT y mencionado una y otra vez en asuntos que no ayudan la causa.
En un reciente viaje a Miami, el doctor Fernández hizo una declaración que de seguro fue objeto de particular atención por los observadores: “el Partido de la Liberación Dominicana, PLD, obtendría el triunfo en primera vuelta sobre la base de su unidad”, publicó Diario Libre.
Margarita empuja La vicepresidenta Margarita Cedeño está tratando de empujar el “momentum” de la política a su favor, independiente de que sabe muy bien que a ella se le pegaría lo bueno, pero también lo malo que pudiera perseguir a su esposo. Su propósito no sería volver a ser Primera Dama ni Vicepresidenta.
Su reciente declaración en la ciudad de Nueva York pareció clara: “Creo que el país ya está listo para que pueda tener otros liderazgos y que pueda ser también una mujer quien gobierne”. Ese mensaje puso en el ruedo, posiblemente con el apoyo de muchas electoras. Pese a su aspiración, en medio de dos colosos de la política, la doctora Cedeño ha manejado las cosas con bastante prudencia. Ha tenido disensiones con el Ejecutivo como en el caso reciente de la pugna entre el procurador general, Jean Alain Rodríguez y la doctora Miriam Germán.
La doctora Cedeño se puso del lado de la magistrada Germán, no solamente porque fue su profesora en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, UASD, sino porque entendió que al Procurador le faltó al respeto. Otros temas con el magistrado, abultan los rechazos que pudiera tener.
Si bien Margarita pretende la Presidencial desde que participó como aspirante en las elecciones del año 2012, con bastante apoyo partidario y del sector femenino, ha manejado las cosas con bastante parsimonia. Ella sabe que no es grata en el “círculo” del poder, pero lo ignora.La Vicepresidenta tiene su propia agenda, su “circulito” de trabajo que la acompañaría adonde la lleve el destino, mientras evita confrontaciones como ocurrió entre el doctor Balaguer y Francisco Augusto Lora en el cuatrienio 1966-1970, y con Jacinto Peynado en 1994-1996.
Con todo y la dulzura que irradia, que la ha protegido de algún mal momento con la prensa, a la doctora Fernández, como candidata presidencial del PLD, se le atacaría por el flanco del doctor Fernández, que, como podrían alegar sus adversarios, sería “el poder detrás del trono”.
No al riesgo Los partidarios a ultranza del presidente Medina y los que detentan el poder ahora no quieren correr el riesgo en base a la unidad que propone el doctor Fernández, que sería la unidad para él, propiciando en caso extremo que la doctora Cedeño sea un ente de transacción frente a Medina.
Al riesgo que temen es que una candidatura del doctor Fernández pudiera revivir el repudio casi nacional de hace dos años, que salgan a relucir aspectos de corrupción hasta ahora silentes y haya condena contra algunos de los acusados del caso ODEBRECHT, vinculados al ex mandatario.
Sin embargo, la aspiración de la doctora Cedeño no parece descabellada. Ella se ha mantenido de manera permanente como una de las personas mejor valoradas de la política, por encima de todos los aspirantes de su partido excepto el presidente Medina y el doctor Fernández.
La creencia de que conoce el dominio de la política dominicana e internacional luego de ser durante los últimos años vicepresidenta y tras estar expuesta durante ocho de los gobiernos del doctor Fernández al quehacer oficial, no dejan de avalar sus razones para el puesto.
La doctora Cedeño aspira ahora cuando en el mundo hay una oleada de aprecio a que las mujeres vayan al poder. Eso se demostró en las últimas elecciones de los Estados Unidos, con la elección de un número sin precedentes de senadoras y diputadas, algunas de origen inmigrante.
Ayer, el senador demócrata de Nueva Jersey, Cory Booker, uno de los aspirantes a la candidatura demócrata para las elecciones del año que viene, manifestó su deseo de que el puesto vicepresidencial sea otorgado a una mujer. Cory, un abogado soltero, es uno de los rostros jóvenes del partido.
El camino de la doctora Cedeño está de todas maneras lleno de piedras. El machismo tradicional dominicano, que va al compás del atraso del país, todavía resulta un valladar a la idea de que una mujer gobierne, sea la comandante en jefe de los militares y apriete el puño contra la corrupción.