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MAFIA DE METALES Y COMERCIOS LOS AFECTAN

Peatones, expuestos al peligro por aceras ocupadas y hoyos

“Uno tiene que pedir un taxi para ir de aquí allí, porque no hay por dónde caminar”, fue la expresión de Altagracia, residente de la autopista de San Isidro, al detallar su queja sobre lo que tiene que hacer para ir al supermercado y a otros locales que le quedan a escasos metros.

En el municipio Santo Domingo Este ser peatón y ser conductor supone casi lo mismo, ya que los transeúntes deben utilizar la vía que es para los vehículos, o cualquier “camino” improvisado para moverse localmente.

En el caso de haber aceras, también representa cierta dificultad, puesto que cada cierta cantidad de metros hay un hoyo, producto del robo de metales como el hierro, material del cual están hechas la mayoría de las tapas de los alcantarillados.

Debido a esa situación, hoyos de varios metros de profundidad quedan al descubierto, exponiendo a que un adulto o niño tropiecen, llegando muchos a lastimarse rodillas, tobillos y otras partes del cuerpo, debido a que los mismos no son visibles durante la noche, de acuerdo a los testimonios de testigos.

En la algunos casos, la medida que los propios lugareños toman es colocar una goma o un tronco donde hay hoyos, a fin de evitar que nadie caiga.

En importantes avenidas como la 25 de Febrero o la Charles de Gaulle, debido a la importancia comercial que tienen para el municipio, sus aceras se ven ocupadas por letreros, vehículos, sillas, maniquíes, y cualquier otro objeto para el cual no fueron concebidas.

En la 25 de Febrero, la mayoría de negocios que allí operan son talleres de vehículos. Los carros permanecen en espera o son atendidos ocupando las aceras. Ante esa situación, quienes deseen pasar por allí deben tomar la calle, o en el mejor de los casos esperar que le den un “chance”, y con la impotencia de “no poder decir nada”.

Igualmente, varias chatarras o vehículos aparentemente abandonados ocupan de manera total algunos tramos.

Retomando la situación de la avenida coronel Rafael Fernández Domínguez (Autopista de San Isidro), una de las zonas de mayor crecimiento inmobiliario de la demarcación, para quienes deseen caminar lo que funciona como “aceras” son espacios baldíos de tierra y materiales de construcción vertidos, e inhabilitados inmediatamente cuando llueve.

Situación similar se observa en la carretera de Mendoza-Villa Faro, y algunos tramos de la Carretera Mella.

La no supervisión de las autoridades municipales, hace que esta práctica sea casi una generalidad, y violentándose el derecho de los peatones a transitar de manera cómoda y segura por las aceras que han sido construidas con sus impuestos.

El caso empeora para las personas que tienen alguna discapacidad que utilizan sillas de rueda o muletas, los adultos mayores o las madres que deseen mover a sus niños en un coche, lo cual resulta sumamente dificultoso.