Un gran hedor persiste en la casa

“Queremos que lo limpien”, es el llamado que hacen quienes por dos semanas fueron los vecinos de Reyna Isabel Encarnación en el sector Enriquillo de la capital, donde fue asesinada la mujer junto a sus tres hijos por el mecánico de 30 años, Víctor Alexander Portorreal Mendoza.

A cuatro días de que fueran encontrados los cadáveres, la vivienda está llena de gusanos y el hedor está afectando a los moradores, quienes aseguran que lo único que necesitan es olvidar lo que pasó.

Algunos se pusieron nerviosos y otros no pudieron dormir. Sostienen que aunque no tenían amistad con las víctimas por el poco tiempo que allí residieron, es una tragedia difícil de asimilar. Dicen que están afectados y con traumas, y que pese a ello no han recibido ayuda psicológica.

En el barrio ubicado en el kilómetro ocho de la carretera Sánchez, lo único que han visto es un equipo de hombres que fumigaron el apartamento, dejándolo con el mismo hedor.

Están cansados de hablar sobre Portorreal Mendoza, quien asesinó a su pareja y a sus tres hijastros, y de quien afirman no saber nada, porque nunca habló con algún vecino y siempre estaba cabizbajo.

“Vinieron a fumigar y ya, pero esos gusanos siguen igualitos, hasta salen y uno ha tenido que echarles gasolina”, dijo Alexis Taveras, quien reside a dos casas de la que habitó Portorreal Mendoza, su pareja y sus hijos por unas dos semanas.

Taveras contó que Portorreal Mendoza, apodado Greña, El Metálico y Chamán, no hablaba con nadie, pues solo lo veían entrar y salir de la casa, pero que los niños siempre jugaban en el balcón.