Diácono afirma el país se torna ingobernable
El diácono Leandro Acosta, esposo de Delcy Yapor, quien murió por un disparo la pasada semana que no iba dirigido a ella, tiene un mensaje para los políticos y para quienes les asesoran: “Tienen que entender que este país se está convirtiendo en algo ingobernable”.
“Esta situación que está viviendo este país, donde Delcy es solo una muestra: esta semana (la pasada) ha habido tantos asesinatos de tantas personas, sin motivos, por robarle.
En el caso de Delcy fue un accidente, tratando de hacer justicia, contra alguien que había robado”, dice Acosta.
Leandro Acosta y sus cuatro hijas narraron lo vivido durante esta última semana a la periodista Alicia Ortega, en una entrevista que se presentará hoy en el programa El Informe, que se transmite por Color Visión. Delcy Yapor recibió un disparo mientras transportaba dos niños a un centro de estudios.
Todo comenzó con un asalto en la calle Francisco Prats Ramírez, sector Evaristo Morales. El exraso de la Fuerza Aérea, Franklin Padilla, hoy bajo prisión preventiva, disparó contra dos asaltantes. El disparo impactó a Yapor que iba en una furgoneta.
Betsy Acosta Yapor, hija de 33 años, pensó que todo era mentira, que ella llegaría y la iba a poder salvar de su final. “Mi madre estaba presente en cada momento de mi vida. Ese era como su día a día, desde que nacimos, hacer que nuestros días fueran perfectos, nuestra niñez fuera hermosa”, dice.
Cuando Alicia Ortega le pide un mensaje para la sociedad, Betsy encuentra al amor como respuesta: “Si todos simplemente amáramos, ya está. Simplemente amar, ser solidario, respetar, no hubiera maldad”.
Janel Acosta Yapor, de 28 años y residente en Boston, Estados Unidos, cree que este país está lleno de personas que no quieren trabajar, que simplemente quieren un cargo para tener dinero. “No hacen su trabajo, que nos matemos entre nosotros. Que resolvamos nosotros nuestra propia justicia”, asegura.
La hija mayor de la pareja, Jacquel, de 34 años, cree que el país está sufriendo una inversión de valores muy grande. “Aquí vale el que tiene más”, se queja. “Es tiempo de que volvamos a nuestro orígenes, que volvamos a ser una sociedad, que era feliz, alegre”. Cuando recibió la llamada que le informaba de la muerte de su madre ella estaba con su hijo y su esposo. “Yo grité”, señaló.