RUMBO AL CAMBIO

Mujeres se preparan para dirigir

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Isabel Leticia LeclercPadre las Casas, Azua

María Estela Díaz y Eduviges Ramírez nunca se imaginaron que serían empresarias o administradoras de algún proyecto. Su rutina transcurría entre lavar platos, limpiar la casa y atender al marido y a los hijos. Se sentían ajenas a una realidad diferente, pues no sabían cómo abrirse campo en otras actividades. Admiten que cuando una mujer ignora sus derechos, no sabe cómo exigirlos, es por ello que estas mujeres del sector La Siembra de Azua han reconocido el valor que poseen y cómo pueden aplicarlo para ser productivas y contribuir con el sostenimiento de sus familias. Hoy, por medio a cursos, seminarios y capacitaciones, apoyadas por el Ministerio de la Mujer han despertado y abierto sus ojos a un nuevo porvenir. Están preparadas para dirigir el proyecto de un invernadero en el que sembrarán y verificarán la producción de pimientos morrones. Las madres de familia entienden que ya se terminó el ciclo de sus vidas en el que no eran tomadas en cuenta, ni siquiera por sus propios maridos. Esto es posible por el trabajo realizado por el proyecto Mujeres Rurales del Futuro que realiza la Fundación Sur Futuro, y la Philips Morris Internacional, con el propósito de mejorar el nivel económico, la condición y la posición de esas mujeres a través de medios de vida sostenibles. “Con el invernadero nosotras estamos muy agradecidas, porque hemos visto que nos han tomado mucho en cuenta en un tiempo en que no nos tomaban en cuenta. ¡Ah! ¿que ese cargo solo lo podían desempeñar los hombres? Ya nosotras estamos orgullosas de ser las nuevas empresarias que vamos a administrar ese invernadero”, precisa María Estela Díaz. Se siente apoyada por la capacitación y el aprendizaje que han logrado obtener y estar preparadas para asumir su nuevo rol, sin descuidar sus hogares. NegaciónLas damas narran que sus esposos y los de otras mujeres que siguen los mismos pasos de ellas se negaban a aceptar el empoderamiento que han adoptado, pero ahora se ven compelidos a apoyarlas. “Teníamos una impresión que uno nunca se lo imaginaba, porque siempre, cuando los hombres son los que desempeñan esas funciones nunca se ve lo normal en la casa, o sea que con la mujer se ha visto que el ingreso puede ser mejor”, considera. Díaz explica que actualmente la estructura del invernadero está lista, pero están trabajando en un proceso de desinfección de unos 20 días. Se espera que a mediados de junio inicien el cultivo de los pimientos morrones. Eduviges Ramírez apuesta a un cambio en su familia con la determinación y el entusiasmo con que ha acogido el proyecto. “Me siento muy agradecida. Tenemos la mente más abierta. Antes se decía que las mujeres no teníamos voz, nos tenían siempre atrás; ahora nosotras tenemos como un ánimo”, dice entre risas. “Antes tenían a las mujeres muy por debajo, pero ya nosotras reconocemos la importancia y el valor que tenemos; y reclamamos nuestro valor porque tenemos voz y voto y tenemos derechos”, agrega doña Dulce García Méndez, quien ha sido un pilar para estas mujeres por su experiencia de años trabajando con grupos comunitarios. Otro factor que Díaz y García comentan es que sus hijos han respaldado esta iniciativa, en la que sus madres persiguen un mejor porvenir. BASES DEL PROYECTOEl programa se concentra en las mujeres de la comunidad La Siembra, en aras de que puedan crear las condiciones para que desarrollen medios de vida sostenibles.La estrategia consiste en la construcción de 1,800 metros de invernaderos en metal para que dos mujeres lo administren, acompañadas por un personal técnico y social, que las dejará en la facultad de manejar, administrar y comercializar los productos cultivados. Según informó Sur Futuro, en la plantación se podrán producir 3,800 plantas por ciclo, en un período de siete u ocho meses, y unas 38,000 libras de pimientos morrones.

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