MADRES ADOLESCENTES

Retos de niña embarazada

Esta es la historia de la joven Rosa América, que tanto ella como su familia esperan la llegada de un nuevo ser, a pesar de que es una adolescente.

Avatar del Listín Diario
Francis de la CruzSanto Domingo

“Ser madre es mi mayor felicidad y aunque no lo esperaba, agradezco a Dios por el hijo que tendré”, asegura Rosa América, una adolescente de 16 años que de su relación matrimonial quedó embarazada. “Un hijo es todo en la vida, y ya siento amor por mi bebé, porque ya está dentro de mí”, revela mientras no oculta, tras sus palabras, una sonrisa diferente, sincera y espontánea. La cruda realidad que enfrentaba Esta adolescente de tan sólo 16 años, consideraba muy distante la idea de casarse y formar una familia, pero las precariedades en su casa y las incomodidades que representa para una familia humilde compartir una pequeña vivienda, donde doce de sus hermanos, diez de ellos varones, debían dormir cinco juntos en una sola cama. Su padre trabajando en una finca, no podía, aunque quería, ofrecerles a todos una buena vida, pero estas limitaciones nunca lo dejaron desviarse de su objetivo principal, que era ofrecerles buenos valores a sus hijos y ayudarlos para que estos se formaran académicamente. Su madre, según expresa Rosa, solo se dedica a labores del hogar, que implica entre ellas, atender las necesidades de sus hermanos, desde el mayor de 26 años, hasta las del menor de 5. Casarse representó para esta joven una tabla de salvación y ahora ve las posibilidades de un futuro mejor, más arraigadas que cuando vivía junto a su familia. Su vida cambió pero para bien“Mi esposo me cuida, me mima y es muy tolerante conmigo. Cuando supo que estaba embarazada se puso muy feliz y de inmediato empezó a hacer planes con lo que sería nuestra vida de hoy en adelante”. Así comenta Rosa, mientras sus ojos brillaban y su tono de voz se volvía más agitado. La tierra de Juan Tomás, de donde es oriunda la adolescente, embarga en ella la realidad de millares de jóvenes que diariamente tienen que decidir entre una penosa situación, de vivir en las precariedades de su casa o unirse en matrimonio. Rosa es el ejemplo de las que optaron por la segunda opción y tuvo la dicha de ser lo más conveniente. La noticia para su propia madre, comenta Rosa, fue motivo de mucha alegría, porque ella considera a su yerno como un muchacho de bien, que trata correctamente a su hija y le da todo lo que ella necesita. El padre de la criatura, un joven de 24 años, sabe claramente lo quiere para ella y su hijo en camino, y por eso la incita a que estudie y progrese en la vida, no limitándola al cuidado del hogar, sino estableciendo parámetros para que ambos puedan seguir adelante, no obstante a su juventud y ahora con un bebé bajo su responsabilidad. Rosa ha luchado por salir de la escasez e inestabilidad económica y por eso nunca se ha quedado atrás en sus estudios, así lo comenta mientras hacía rápido movimientos con las manos, tratando de indicar la lejana ubicación de sus clases de Informática en Villa Mella. Esta decisión de casarse, para ella no ha representado un tropiezo en su vida, ya que cursando el séptimo curso de primaria, continúa con el vivo sueño de echar para adelante. “Pienso estudiar y graduarme de la universidad en Derecho. Trabajando duro para darle lo mejor a mi hijo. Que no sea como yo, que no llegué a terminar mis estudios para tenerlo, sino que se prepare primero”, dijo. La maternidad precoz no siempre es mala, sino que también hay “tablas de salvación”, para algunas adolescentes, concluye.

(+)SER MADRE EN LA ADOLESCENCIACon el riesgo de perder a su familia, amigos, estudios u oportunidades de progreso, muchas adolescentes ini-cian su vida sexual sin pensar en el compromiso que esto representa. Las enfermedades son las más temibles de ellas, así como la responsabilidad y entrega que conlleva un embarazo a temprana edad. Existen muchas situaciones como quedar embarazadas sin desearlo o, en el peor de los casos, con la no aceptación de su maternidad por parte del hombre que engendró la futura criatura. Sin embargo, en el caso de la jovencita Rosa América, se respira el deseo de ser madre, al igual que el de su esposo. Su familia también se siente complacida con la llegada al mundo de un nuevo ser.

Tags relacionados