PANORAMA POLÍTICO

Golpe a plan de Medina

El empeño del gobierno y del presidente Medina, particularmente por la seguridad ciudadana, tiene el primer tropiezo en el estado de ánimo violento y de beligerancia mental de muchos dominicanos de todas las categorías sociales. Se trata de una situación sin precedentes que ha motivado la preocupación de todos los sectores y que es una amenaza para el turismo, de lo cual vive el país y al que violencia y epidemias espantan como ocurre en Haití desde los años de 1980. En su programa de gobierno 2012-2016 el presidente Medina ofreció a los electores llevar a cabo diversas acciones para resguardar la seguridad de los ciudadanos, para lo cual propuso continuar los aspectos positivos del Plan de Seguridad Democrática y corregir sus fallos. El tema de la violencia y la beligerancia mental de muchos dominicanos se percibe a diario en los medios de comunicación, que se hacen eco de crímenes al parecer sin sentido y de violaciones a los derechos humanos más de los ciudadanos civiles que de las autoridades. Se diría que la violencia es ahora un fenómeno mundial, el cual tiene que ver con la irrupción del narcotráfico y el llamado sicariato que fue importado desde Sudamérica pero que ya ha echado raíces en el país y amenaza desde aquí a otras nacio nes. Los narcos en HaitíSe cree que la irrupción del narcotráfico y el sicariato en la vida dominicana comenzó en los años de 1980, cuando los Estados Unidos lanzaron una persecución contra los delincuentes sudamericanos quienes se refugiaron en Haití y de ahí pasaron a la República Dominicana. En esa época los sudamericanos de los países productores y exportadores de drogas comenzaron a comprar en Haití apartamentos, casas y fincas, como han hecho aquí en los últimos años, al extremo que han provocado un encarecimiento del negocio inmobiliario. Con los barrios de Santo Domingo y Santiago repletos de ciudadanos vinculados al narcotráfico y con la conquista de muchos jóvenes de los que se dice que ni trabajan ni estudian, la situación dominicana no parece que pudiera ser controlada a corto plazo. Hay quienes creen, sin embargo, que al culpar al narcotráfico de la inseguridad, como ha ocurrido en otros países, los gobiernos dominicanos han eludido enfrentar el problema con firmeza y seriedad, sin que ello implique violaciones de los derechos humanos. Fue lo que ocurrió con las autoridades del régimen de doce años del doctor Fernández y con las del régimen de cuatro años del ex presidente Mejía. En éste último tramo, el ministerio de Interior y Policía se convirtió, hasta hoy, en un ente recaudador del Estado. En esa condición todo el que ha querido comprar un arma la ha tenido sin obviar consideraciones que en otras partes del mundo se toman en cuenta. El resultado es que la sociedad dominicana es una sociedad armada en la cual están artillados hasta los vendedores del mercado. El sicariatoDel llamado sicariato que era desconocido aquí hasta recientemente tuvo algún apogeo en Haití, quizás por la influencia también de sudamericanos que se anidaron en ese país. Se trata de una acción tan peligrosa como el narcotráfico mismo porque implica el irrespeto a la vida. Si se cree que el tema está maduro, quizás hay que pretender que ahora es cuando comienza. El calvario que ha vivido Colombia con la triple combinación de las guerrillas, el narcotráfico y el sicariato está recogido en numerosos libros que han sido éxitos de librería. En su obra La Virgen de los Sicarios, el reconocido periodista e intelectual colombiano, Fernando Vallejo afirma que los sicarios han adquirido rango por su capacidad de imponer la violencia inclusive desde las cárceles donde se creía que las víctimas estaban protegidas. María Auxiliadora, siempre de acuerdo a Vallejo, es una virgen del santoral católico a la cual ruegan los jóvenes descarriados de los arrabales de Medellín, la segunda ciudad de Colombia, para que los bendiga, los perdone, los fortalezca para mantener bien sus “trabajos” y afincar la puntería. Antes de que iniciaran las conversaciones de paz entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC y el gobierno del presidente Santos hace más de un año, las estadísticas hablaban de unas 300 mil personas asesinadas en años anteriores debido a la violencia. El gobierno de Medina está haciendo ahora los esfuerzos que no se hicieron antes, como el poner cámaras de seguridad en las vías públicas, establecer el sistema de 9-1-1, reforzar la vigilancia policial con el auxilio de militares y promover la noción de que el delito es malo. Se podría creer que el problema mayor, aparte del estado de ánimo violento de muchos dominicanos, es el afán de dinero y la aparente certidumbre de que el mismo es lo más importante en la vida, por encima del honor, la vergüenza, la moral y la cívica antes valorados. Quizás por ello antiguos izquierdistas y sus hijos se engancharon hace tiempo al carro del capitalismo. (+)QUÉ DICEN LOS MEDIOSQuizás asumiendo la vinculación entre el narcotráfico y el sicariato, LISTÍN DIARIO afirma en su editorial del miércoles pasado: “Si los Estados Unidos, con todo su poderío económico y militar, asumen un tono pesimista contra el narcotráfico, qué esperanzas nos queda a nosotros para alcanzar un mínimo de éxito frente a este desafío?” El pasado jueves primero de mayo el Diario libre dijo en su editorial: “ya está aquí. Asumido, entendido, adoptado plenamente. La palabra sicario, el término con todo lo que implica, es ya un vocablo común en la prensa dominicana, en el habla diario de los ciudadanos”. El Día, también edición jueves primero, escribe que “el país ya siente los efectos macabros de un monstruo que crecía frente a sus ojos, pero que la sociedad se resistía a ver”. Estima el editorial que “aún estamos a tiempo de detener el avance de esta modalidad del crimen organizado, pero con acciones contundentes”. Los temores generalizados que se han venido expresando entre los dominicanos, quedaron en alguna manera reforzados la semana pasada cuando los generales John Kelly, jefe del Comando Sur y Robert Papp, de la Guardia Costera de los Estados Unidos reconocieron que la situación (del narcotráfico) está empeorando ya que centenares de toneladas de droga se escapan a su control y llegan a las calles de EE.UU.

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