ENTREVISTA
Miolán ha vencido el tiempo y tempestades
AÚN TIENE LA ENERGÍA QUE REQUIERE SU EJEMPLO PARA LLAMAR AL ORDEN EN EL PARTIDO QUE AYUDÓ A FUNDAR, EN CUBA, HACE YA SIETE DÉCADAS
SANTO DOMINGO.- El más viejo y robusto roble de aquella gloriosa plantación, está tirando ya las últimas hojas de un otoño cargado de honradez, honor y dignidad, como ha sido su larga y dinámica existencia. Ha vencido el tiempo, los vientos huracanados y todos los fuegos de la florestaóque han sido muchos y voraces--, para mantener incólume el follaje que da sombra a casi cinco generaciones de dominicanos y la raigambre de una estirpe política en extinción.
Ángel Miolán tiene casi 97 años, los cumple en unos meses. Y aunque sus labios a veces tiemblan y no reaccionan con la velocidad de su lúcida memoria, aún tiene las energías que requiere su ejemplo para llamar al orden en el partido que ayudó a fundar hace ya siete décadas junto a figuras legendarias de la talla de Juan Bosch, Cotubanamá Henríquez, Juan Isidro Jimenes Grullón, Nicolás Silfa y Ramón A. Castillo, entre otros exiliados de la tiranía trujillista, reunidos en La Habana, Cuba, en el l939.
No reclama méritos ni se atribuye glorias. Simplemente cree que hizo lo debido cuando la Patria le demandó presencia. Pagó cara la osadía de intentar matar al jefeójunto a un grupo de patriotas, en el Centro de Recreo, de Santiago, en el l934--, acontecimiento del que escapó milagrosamente cruzando la frontera por Montecristi para irse a un exilio que se prolongó hasta el l961, durante 27 largos años.
No tiene riqueza material, pero le sobra fortuna moral. Su ancianidad de hoy es digna gracias al amor y la protección de sus hijos Carmen y Ángel y de su esposa doña Carmen Palacios, con quien lleva casi 70 años de casado. Su hijo mayor, Rafael, murió hace poco más de un año. A poco de cumplir los 100 añosólo que ocurrirá, si Dios quiere, en apenas 40 mesesódon Ángel tiene una excelente salud física y mental; no sufre de ninguna de las enfermedades catastróficas tan comunes en estos tiempos, como la hipertensión, la diabetes o coronaria, y es capaz de recordar con lujo de detalles acontecimientos, fechas y nombres de personas a quienes conoció y trató en su mocedad.
Sus inicios políticosÁngel Miolán no había cumplido aún los 20 años cuando ya andaba conspirando contra el gobierno de Trujillo, que recién se iniciaba. Transcurrían los primeros años de la década del l930 y siendo aún un mozalbete, recién llegado a Santiago desde Dajabón, su pueblo natal, comienza a reunirse con jóvenes opuestos al régimen que planeaban matar a Trujillo. Organizaron un complot con ese propósito en el mes de mayo del l934, aprovechando que el tirano acudiría a una fiesta en el Centro de Recreo de esa ciudad. El magnicidio fue frustrado porque uno de los complotados, cuya novia iría a la fiesta con sus padres, le pidió que no asistiera. La novia era hija de uno de los jefes militares regionales, quien al enterarse de tan extraña petición lo informó a los organismos de inteligencia. De allí al develamiento del complot medió sólo un paso.
Apresados casi todos los integrantes del grupo, Miolán tuvo que ocultarse por la persecución implacable que se desató en su contra y fue a parar a casa de una “amiga” que estaba casada con uno de los jefes militares que le buscaban. Pasaron pocos días allí sin que el marido de la mujer se diera cuenta. Todos los lugares donde se pensaba que podía estar oculto el fugitivo fueron rastreados por los agentes de la seguridad del régimen.
La osadía de un jovenPoco después pudo burlar la vigilancia, se trepó en la cola de un motor de un conocido que iba a Tamboril y de allí tomó un carrito “lleno de haitianas” que se dirigía a Montecristi, donde comenzó una nueva odisea para tratar de cruzar la frontera con Haití.
Resulta que al llegar a Montrecristi y dejar a las haitianas a corta distancia de la frontera, Miolán le pidió al chofer del carro público que lo llevara a la sección de Los Conucos, con el pretexto de que allí se encontraría con su papá, que era de esa región. El chofer encontró sospechoso al joven sobre todo porque en Santiago se comentaba ya sobre el complot contra Trujillo, y de regreso se detuvo en un puesto militar y denunció el caso. Cuando los militares llegaron al lugar, ya Miolán iba rumbo a la costa en compañía de un pescador llamado Ramoncito Jerez, que era un contacto que tenía otro de los complotados, Daniel Ariza, propietario de un bote de remos en el que logró entrar a Haití por la zona de Cabo Haitiano.
Ángel Miolán recuerda aquel episodio como si fuera ayer, a pesar de que ocurrió hace casi 80 años. Habla de una parada que hicieron antes de abordar el bote, en un comedor de una señora conocida como “Doña Lulú”, famosa por los pescados y mariscos que cocinaba, y rememora su primer encuentro con un ciudadano haitiano a quien describe como un hombre muy alto, de más de seis pies de estatura, quien le salió al encuentro en actitud aparentemente poco amistosa y que resultó ser un gran amigo de su padre, que para esa época ya vivía en aquel lado de la isla.
Vínculos con HaitíEntre l927 y l930, período en el que Trujillo se abalanzó sobre el poder, Ángel Miolán vivió en el pobladito haitiano de Quartier Morin, cerca de Cabo Haitiano. Su padre tenía allí una plantación de tabaco, y él, como hijo único, vivió su adolescencia en ese ambiente rural, pero estudió como pudo y aprendió a hablar perfectamente el patoit, lo que le ayudaría años después a salvar la vida en aquel encuentro fortuito con el haitiano de alta estatura.
A los l8 años Miolán llegó a Santiago con el propósito de estudiar, pues tanto en Haití como en Montecristi y Dajabón había muchas limitaciones para un joven con deseos de progresar y de ser algo más que agricultor. Es por eso que su retorno a Haití, menos de cuatro años después, no se le dificultó tanto como a algunos de sus compañeros en la trama contra Trujillo que también intentaron cruzar la frontera para evadir la persecución.
Y es que además de haber vivido casi cuatro años en el pobladito de Quartier Morin, del otro lado de la frontera, Miolán nació y se crió en Dajabón. Su apellido es de origen francés, pues su abuelo, monsieur Leoncé Miolán, llegó al país desembarcando por Puerto Plata en el l870, y se estableció en Tamboril, donde se casó con Adela Rodríguez Castro y dejó una descendencia poco numerosa, por lo que el apellido no es común en el país. Debido a que sufría de asma y le desfavorecía el clima húmedo de Tamboril, Messié Miolán se trasladó con su familia a Dajabón donde dejó su descendencia. De ahí que el creole que se habla en Haití, por su origen francés, no le resultara ajeno cuando tenía la necesidad de comunicarse en el vecino país.
Cuando sí le resultó inútil ese vínculo fue en el momento en que el dictador Trujillo, enterado de que Miolán estaba en Haití, solicitara su extradición a la República Dominicana. Fue apresado por agentes del gobierno haitiano y trasladado a Puerto Príncipe, donde pasó cuatro meses en prisión, a pesar de que solicitó asilo y se declaró perseguido político. Salió bajo protección diplomática gracias a las gestiones de un oficial del Ejército norteamericano de apellido Porland, de quien Miolán dice le salvó la vida al exigirle al gobierno que le extendiera salvoconducto para viajar a Cuba porque ciertamente se trataba de un asilado político.
Miolán viajó a Santiago de Cuba en un pequeño avión de Suize Air-Lane que salía de Puerto Príncipe. Salió sin un chele en el bolsillo porque ni siquiera dejaron que sus familiares más cercanos lo despidieran en el aeropuerto.
Su llegada a CubaAl llegar a Santiago de Cuba, Ángel Miolán tuvo que vivir arrimado en la casa de un ciudadano francés apellidado Picañolle, que tenía una hija llamada Ivelisse, que a su vez era amiga de una joven de nombre Carmen Palacios, cuyos padres manejaban una institución académica con internado. Después de tratarse por varios días, los jóvenes se simpatizaron mutuamente y Carmen pidió a sus padres que acogieran a Ángel en la academia como profesor. Allí vivió Miolán hasta que la familia de la joven se fue a vivir de Santiago a La Habana, donde le seguiría meses después. Conquistó a la joven y se matrimoniaron en la capital cubana.
Hasta entonces Miolán no había tenido paz y ni siquiera había podido “calentar pupitre” en la escuela o en la universidad. Sus años mozos habían transcurrido muy de prisa, en actividad política o perseguido a muerte por la tiranía trujillista o por agentes de la policía represiva haitiana. Por primera vez se sentía un poco tranquilo en Cuba, pero su futuro inmediato parecía incierto en un país extraño y con compromiso de familia luego de su matrimonio.
Es así como inicia un periplo que lo lleva de un país a otro: De Cuba a Venezuela, de Venezuela a México, de México de regreso a La Habana, de La Habana a Costa RicaÖ.Y así transcurren los años. En Ciudad de México, en una reunión del exilio dominicano, conoció a Cotubanamá Henríquez, de quien ya tenía referencias por compatriotas suyos y con quien se carteaba para contarse cosas sobre el exilio y los planes para tumbar a Trujillo. A Juan Bosch lo había conocido en Santiago de Cuba, donde siendo profesor de la Academia Santa Ana, le visitó el escritor vegano para que le ayudara a promover la venta de su novela “Camino Real”. Para la época Bosch ya realizaba una investigación sobre la vida de Eugenio María de Hostos, tema del que hablaron profusamente y que daría como resultado la obra “Hostos, el Sembrador”.
PersecucionesEn esa visita a Santiago de Cuba Bosch y Miolán establecieron una relación que continuaría más adelante a través de correspondencias que forman parte de la historia política dominicana y que algunos años después los colocaría en aceras opuestasótras un largo camino de más de 20 años de exilio, de persecuciones, de acechanzas y de momentos de registros históricos trascendentes, como la formación del PRD en el 1939ó y después de que juntos ganaran las elecciones del l963, para separarse políticamente por toda la vida.
La fundación del PRD juntó a una gran parte de lo que constituía lo más granado del exilio dominicano anti-trujillista. El autor de la idea, según todos los registros históricos, fue Cotubanamá Henríquez, quien convidó las primeras reuniones con ese propósito en La Habana. Doce años después de la formación del PRD, llegó la decapitación de la dictadura. Trujillo fue asesinado el 30 de mayo del 1961, y de inmediato comenzaron los arreglos en la cúpula del PRD para organizar el retorno a la patria.
Los principales dirigentes perredeístas se convocaron en Costa Rica, y durante varios días discutieron, en presencia del presidente José Figueres (Don Pepe) los pormenores de la avanzada que llegaría al país acogiendo las garantías que ofrecía el Presidente Joaquín Balaguer, a la cabeza del régimen de facto que gobernaba el país aún con la presencia de los familiares del dictador.
EL DEBATE EN TORNO A QUIEN DIRIGIRÍA AL PRDLas discusiones se extendieron por varios días.
Ramón A. Castillo proponía que Bosch encabezara la comisión, la cual integrarían además de él—Castillo— Miolán y Nicolás Silfa. Las discusiones se agriaron tanto—dice Miolán—que en algún momento Bosch golpeó tan fuerte la mesa que hizo añicos su reloj pulsera.
Finalmente convinieron en que llegaran Miolán, Silfa y Castillo, cosa que ocurrió el 5 de julio, a sólo 36 días de la muerte del dictador.
Bosch viajó a Caracas con la encomienda de levantar recursos económicos para sostener el partido y mantener aquí a los comisionados que llegaron sin dinero. Miolán dice que Bosch cumplió esa tarea a cabalidad.
Miolán recuerda que Pepe Figueres se negó a firmar el acta designando a los integrantes de la avanzada del PRD alegando que sentía mucho cariño por los tres voluntarios, a quienes consideraba “hombres muertos” en cuanto pisaran tierra dominicana.
Desde entonces ha corrido mucha agua bajo el puente.
Todos cuentan la historia a su manera….
... Pero lo que nadie puede ignorar es que la vida de Miolán ha estado siempre en un tris… Los últimos han sido sus mejores años.
Porque nunca como ahora había podido estar en la tranquilidad del hogar, disfrutando la familia. Aunque haya llegado el otoño y cada día esté más cerca el invierno.
A fin de cuentas ahí está su vida…para la historia.
Es, en definitiva, el último roble de aquella plantación legendaria que sólo pudo germinar abonada con la sangre de la patria.