Estrellas rusas del ballet clásico derrochan gracia, histrionismo y sensualidad en el Teatro Nacional
La velada congregó a un público en su mayoría mayor de 50 años que se deleitó durante dos horas y 21 minutos de los sincronizados movimientos de cuatro bailarines y seis bailarinas seleccionados de cinco compañías rusas de ballet.
Las estrellas rusas del ballet clásico iluminaron una noche marcada por un cielo nublado y con constante amenaza de lluvia el pasado viernes en la capital dominicana, con un espectáculo que vistió de danza, música e histrionismo la sala principal del Teatro Nacional Eduardo Brito.
“La Gran Gala de las Estrellas Rusas del Ballet Clásico” inició a las 8:50 de la noche con un bosque en el fondo del escenario y “La Sílfide”, uno de los ballets más antiguos del mundo.
La velada, presentada como parte del 51 aniversario del Teatro Nacional, congregó a un público en su mayoría mayor de 50 años que se deleitó durante dos horas y 21 minutos de los sincronizados movimientos de cuatro bailarines y seis bailarinas seleccionados de cinco compañías rusas de ballet.
El espectáculo de danza se dividió en dos partes, con un interregno de 20 minutos de descanso, en las que se escenificaron actos y escenas de emblemáticas obras de ballet y teatro, con un derroche de gracia, vivacidad, sensualidad y nostalgia.
A “La Sílfide” le siguió “Scheherezade”, enfocada en la escena “Zobeida y el esclavo dorado”, con la marcada sensualidad de los bailarines en cada paso y gesto, fieles a la representación de un amor marcado por la tragedia.
La mayoría de las escenas y actos se presentaron en “pas de deux”, ejecutados por dos bailarines, aunque estos tuvieron también la oportunidad por momentos de demostrar en solitario su capacidad para la danza y el mimo, las bailarinas apoyadas en sus zapatillas de punta, y los bailarines en los movimientos suaves e intensos de torso, brazos y piernas.
Como una manera de que la atención se centrara durante toda la noche en los danzadores, como escenografía solo estuvieron las imágenes de fondo alusivas a cada presentación, y como complemento la iluminación sin protagonismo que seguía sus acompasados movimientos.
En la primera parte, “La muerte del cisne” y “El lago de los cisnes” generaron prolongados aplausos del público, al igual que la presentación de “Las llamas de París”, con una imagen de la Revolución Francesa de fondo.
La segunda parte de la gala de danza rusa incluyó “El corsario”, inspirada en un poema de Lord Byron y una ópera de Verdi; “Russkaya”, del ballet ruso imperial; “La Bayadera”, una pieza del ballet clásico creada por el coreógrafo francés Marius Petipa y con la música de Ludwig Minkus; “Romeo y Julieta”, inspirado en el clásico del escritor inglés William Shakespeare, y “Don Quijote”, un ballet basado en la obra cumbre del escritor español Miguel de Cervantes.
La profesionalidad de los artistas rusos se puso de manifiesto con una falla de sonido en la escenificación del tercer acto de “La Bayadera”. Los dos bailarines participantes continuaron su performance “a capela”, pero con un estruendoso aplauso como fondo musical.
El ensamble de las cinco compañías rusas que participó en la gala estuvo integrado por Vladimir Shklyarov y Artën Ovcharenko, bailarines principales; Anastasia Limenko y Ksenia Shevtsova, primeras bailarinas; Evgeny Konovalov, Anna Tikhomirova, María Khoreva y Anastasia Smirnova, primeros solistas; Makar Mikhalkin y Valeria Kuznetsova, solistas.
Una parte de “La Bayadera” en “pas d´action” contó con la participación de cuatro bailarinas integrantes del Ballet Nacional Dominicano.
La gala de las estrellas rusas del ballet clásico fue una producción de César Suárez Pizano, Ema Suárez y Mónica Lagrange para “Starshows”.
La dirección artística estuvo a cargo de Mayumi Sakamoto, una experimentada bailarina con casi tres décadas en el cuerpo de baile en el Teatro de Ópera y Ballet Mussorgskogo- Mikhailovsky de San Petersburgo, Rusia.
Sakamoto posee una maestría en Artes Coreográficas y Pedagógicas de la Academia Agrippina Vaganova y un postgrado en Teoría e historia del arte, además de que ha bailado el repertorio de la mayoría de los clásicos.