Desde la última butaca

Nuevo Orden

El cine es cine. Y un toque de realismo no le viene mal.

El cine es cine. Y un toque de realismo no le viene mal.

El cine es cine. Y un toque de realismo no le viene mal. Y de comedia, tampoco. Todo es posible, pero sin abusar, y sin olvidar que con él no sólo se hace dinero, sino arte. El naturalismo tampoco viene mal cuando se mezclan arte e hiperrealismo. Pero, si se abusa de alguno de estos guetos, el público saltará a decir: “Oye, despierta, la vida no es del color de los buenos, ni arma de venganza contra nadie. Tampoco es pujo de mal gusto. El cine, tal y como es, echó a andar porque se parece a la vida”.

Hay muchas variantes del naturalismo usadas y desusadas que componen una película. Pero jamás podrá ser prefabricada, hecha para aguarle la fiesta a nadie. El hecho de respirar ideología no la aparta de la reflexión. A pesar de lo esquemático que pueda resultar un guion calcado de hechos reales, no debe perder su mirada provocadora.

Hablo del buen cine. Y en concreto, de ese que cae en la categoría de cine “político”.

En los años sesenta del pasado siglo, sentó cátedra el griego Constantino Costa Gavras (Iraria, Grecia, 1933), con sus sonados éxitos “Z” (1969) , Missing (1982), “Music box” (1989) y ‘Estado de sitio’ (1972). Ya en el siglo XXI, amplia esta temática, con “El capital, 2012” o “A puertas cerradas”, 2019.

“Nuevo orden” (con letras al revés), es una cinta donde es necesario usar un bisturí político para entenderla, aunque al final se pase por alto debido a su aureola distópica y a ese martilleo dictatorial de su guion convertido en instrumento de manipulación política en momentos en que la humanidad intenta escapar de formas de asumir el poder. A pesar de haber sido Premio del Jurado en la Muestra de Venecia (2020) su idea corresponde a contexto muy anterior: la era de los Golpes de Estado. Sin embargo, el que se reproduce en “Nuevo Orden” está traído por los pelos como si estuviéramos viviendo otro contexto. Parece que los realizadores no descubrieron una cinta como la argentina “1985” donde el Golpe de Estado es un simple trasfondo, para poner a todo color una obra sobre la justicia dentro de un tribunal y la participación de la juventud profesional en busca de cambiar las reglas del juego.

Ficha técnica

  1. Países: México-Francia. 
  2. Año: 2020. 
  3. Duración: 82 minutos.
  4. Dirección y guion: Michel Franco. 
  5. Distinción: Selección Oficial y Premio Especial del Jurado, Muestra de Venecia. 
  6. Reparto: Naian González, Diego Boneta, Mónica del Carmen, Fernando Cuautle y Eligio Meléndez.

Sinopsis: En México D.F. se celebra una fastuosa boda de alta alcurnia mientras en las calles cercanas se viven violentas protestas. La tensa situación culmina en un golpe de estado. Todo es visto a través de la joven novia, y de los sirvientes que trabajan para su pudiente familia.