La puerta amarilla

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-Aquí están mis memorias.

En algún momento del documental, Boon Jong-ho refirió con esas palabras la esencia de su etapa estudiantil.

En aquella época, todavía era muy joven, y ya amaba el cine. Tal vez su impronta fundacional no alcanzó la fama de la revista Cahiers du Cinéma, pero sirvió como pretexto de agrupar a sus compañeros de clase en busca de un espacio para desentrañar secretos del séptimo arte.

No lo hizo como afición, sino como un tipo de ejercicio cultural. Entre los allí reunidos, con instrumentos poco convencionales, crearon una experiencia para la investigación, la creatividad cultural.

Esa marca se preservó en imágenes, y esas imágenes se acaban de llevar al cine. Y la película, más que otro proyecto para espectadores interesados en la ficción, se detuvo en captar instantes inolvidables donde todos los aprendices iban descubriendo los misterios del celuloide. Y, con el paso del tiempo, los otrora estudiantes se convirtieron en empresarios exitosos, catedráticos universitarios, técnicos calificados y cineastas reconocidos. Bong Joon-ho fue la figura central del movimiento, pero no la única.

Todos los que penetraron por “La puerta amarilla” alcanzaron cultura dentro de ese cine que por décadas impactó al mundo. Refiero producciones de los años sesenta, setenta y ochenta del siglo XX con rostro renovado.

El documental es un legado de experiencias. Rememora lecciones fílmicas, muy distintas a la Nouvelle Vague, movimiento de vanguardia francés, originado por un grupo de jóvenes realizadores que comenzaron a crear de forma distinta. Repito. Fue una especie de revista visual donde las lecciones se impartían siguiendo un esquema crítico ante fotogramas impactantes o escenas célebres. Bong Joon-ho elogia el cuadro de “El Padrino (I)” cuando Luca Brazzi es enviado a espiar a la familia Tataglia. La cámara de Copolla, fija como clímax de intriga y suspenso, la mirada del hermano de Bruno Tataglia junto a la del mafioso Colosso sobre el frío matarife que expone su descontento. Igual sucede cuando comenta la escena de “Toro Salvaje” ante el boche de Robert De Niro cuando le enrostra a Joe Pesci que se está cogiendo a su esposa, para después verlo subir por las escaleras y descargar su furia contra el televisor, ante el asombro de Pesci. En fin, “La puerta amarilla” (título que invoca a la raza oriental) es la oficialización de una de las tantas escuelas que han hecho posible el ascenso del cine coreano a los primeros planos a nivel mundial. Está en la plataforma Netflix y fue estrenado el pasado mes de octubre en el Festival de Busan.

Ficha técnica

  1. País: Corea del Sur.
  2. Año: 2023.
  3. Duración: 84 minutos.
  4. Director: Lee Hyuk-rae.
  5. Género: Documental.
  6. Reparto: Bong Joon-ho, Ahn Nae-sang, Woo-Hyeon, Lee Hyuk-rae y Lim Ji-hoon.
  7. Sinopsis: Este documental explora el surgimiento de jóvenes aficionados al cine en Corea del Sur, incluido Bong Joon-ho.

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