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TALENTO DOMINICANO

Rebeca Masalles: "Quería ser pediatra, pero quería ser músico, tenía ese dilema” y el violín tocó su corazón

La joven se presenta junto al pianista Galen Dean Peiskee Jr, este viernes 30, a las 8:30 de la noche, en la sala Aída Bonelly del Teatro Nacional Eduardo Brito

Rebeca Masalles de tan solo 22 años ha forjado su camino en la música con su instrumento favorito: el violín.

Rebeca Masalles de tan solo 22 años ha forjado su camino en la música con su instrumento favorito: el violín.

Ganadora del primer lugar en el concurso de música de cámara de la Music Teachers National Association (MTNA), con su cuarteto Red Hills Quartet, Rebeca Masalles de tan solo 22 años ha forjado su camino en la música con pie firme y constante. Esta joven violinista de música clásica se ha convertido en una promesa del talento joven dominicano y ha logrado destacarse tanto dentro como fuera del país.

Luego de haber culminado sus estudios de música en la Florida State University, con una de las becas más prestigiosas que ofrece esta universidad, Rebeca traerá desde Tallahassee a Santo Domingo su recital de graduación, junto con el pianista Galen Dean Peiskee Jr, hoy viernes 30 de junio a las 8:30 de la noche, en la sala Aída Bonelly del Teatro Nacional Eduardo Brito.

“Este viernes 30 de junio estaré tocando con el pianista que normalmente me acompañaba en la universidad de Florida State University, Galen Dean Peiskee Jr, que es un un hombre que tiene un talento increíble para el piano. Él y yo vamos a estar tocando obras de compositores como Debussy, Clara Schumann entre otros. Esta presentación va a ser a las 8:30 de la noche y pues estamos súper emocionados por traer ese repertorio que fue mi recital de graduación, allá en la universidad.”

Rebeca expresó que ahora que no tiene la presión de otro cuatrimestre que se aproxima, está ansiosa de traer a su tierra los recitales que la han acompañado a lo largo de su vida y su recorrido en la música.

sus inicios

Desde temprana edad, el violín se convirtió en la pasión de Masalles. El primer contacto que tuvo con el violín surgió de manera fortuita y por puro instinto a la edad de apenas 4 años.

“Yo comencé con el violín, específicamente a los cuatro años esa fue la edad que yo comencé a tomar mis primeras clases, pero antes de eso yo estaba en clases de estimulación musical temprana. Esos fueron mis verdaderos inicios en la música, cuando todavía tenía meses de edad, y pues llegó un tiempo en que ya uno es suficientemente grandecita como para elegir un instrumento. Me llevaron a una academia, vi algunas clases de violín, de piano, de chelo, de todos los instrumentos que había allá y me decidí por el violín. Simplemente lo vi lo escuché, me llamó la atención y eso fue lo que decidí escoger”.

La joven artista cuenta que la directora de la escuela en ese momento, tuvo que hablar con su padre y convencerlo de dejarla estudiar violín, ya que su padre se inclinaba más hacia el piano por diversas razones.

“La directora de la academia, que era Jacqueline, ella le dijo: -Mira, cuando un niño viene decidido por un instrumento que le llamó la atención y lo señala así sin haber tenido ninguna experiencia previa, hay que dejarlo, porque uno no sabe hasta dónde puede llegar con él”, manifestó.

De esta forma, comenzó una carrera brillante en la música para Rebeca. Sin embargo, confesó, para sorpresa de muchos, que a pesar de amar el violín, también tuvo sueños de dedicarse a la medicina, más específicamente a la pediatría.

“Sí, hubo definitivamente un momento o más bien una etapa, porque yo realmente desde pequeñita, quería ser pediatra, ¡porque me encantan los niños! Eso era lo que yo quería hacer…

Asimismo contó, como a sus 12 años, vivió ciertas experiencias que le dieron la certeza de que el violín, era en definitiva, la profesión que quería llevar a cabo por el resto de su vida.

“A los 12 años, cuando tuve la oportunidad de audicionar a la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil, pues ellos me aceptaron dentro de la orquesta. Comencé a ensayar con ellos y entré en un dilema de vida a los 12 años de que yo no sabía que quería hacer en mi vida, porque yo quería ser pediatra, pero yo quería ser músico, porque me gustaba mucho la música. Entonces ese fue el dilema de mi vida…”.

Después de eso “hubo cosas que me fueron guiando, verdad poco a poco como a que la música era por lo que yo me iba a ir como por ejemplo mi entrada al programa de violín Gabriel del orbe de la Fundación por la música dirigida por Margarita Orfan, donde comencé a tomar clases con profesores estadounidenses y claro, mi profesora Mercedes Ariza, que me fueron moldeando y fueron ayudándome para prepararme a audicionar en la universidad y bueno, por ahí el Señor me fue guiando”.

SU VIDA EN LA MÚSICA

La música se convirtió en lo que sería para ella la mejor aventura de su vida, pues le ha abierto las puertas a nuevas experiencias y grandes logros, que más allá de lo académico, también han trascendido a ámbitos más personales de su vida.

“La música yo creo que me ha ayudado en muchos, muchos sentidos. Fuera de lo linda que es y de lo que me gusta tocar, también me ayudó con lo que es aprender la disciplina, a ser disciplinada. El sentido de autonomía, porque practicar dependía de mí, o sea que de los muchos de los valores y de la ética de trabajo que me representa en este momento, ha sido por medio de ese estudio del instrumento.”

No es sorpresa que esta joven violinista tenga como referentes a grandes artistas que la han inspirado y que han funcionado como un norte para ella en la música. Su padre, el destacado arquitecto y jazzista Jordi Masalles, desde temprana edad le inculcó el gusto por la música clásica entre otros géneros como el jazz o los pachambiques del legendario Juan Luis Guerra.

Junto a su padre, ha participado en eventos como el Festival de Jazz de Santo Domingo y el Festival de Jazz de Sajoma en el año 2022. Salir de su zona de confort, que ha sido siempre la música clásica, ha sido esencial en el desarrollo de sus habilidades como músico, pues explicó que esto le ha sido útil, y la ha inclinado hacia nuevas perspectivas.

De igual forma, aseguró que no está cerrada a explorar nuevos géneros musicales y que entiende que cada género posee su propio valor: “Realmente yo no me cierro a nada. Creo que toda música tiene valor y yo estoy dispuesta a explorar cualquier tipo de género”.

En el marco de su carrera musical, Masalles, además de destacarse por su técnica, también se distingue por la calidad de sus interpretaciones en el escenario, pero para que esto suceda, también necesita de ciertas preparaciones previas que la ayudan antes de salir a tocar.

“Siempre antes de yo salir a tocar tengo que tener un momento de meditación personal, orando y pidiéndole a Dios que me ayude y cuando salgo me siento un poquito temblorosa al principio, pero cuando la música empieza a fluir…uno se siente un poco como flotando.

La audiencia que te escucha no está prestando atención en que tú te estás equivocando, sino en lo que tú estás transmitiendo. Yo quiero transmitir lo que el compositor quiere que yo transmita, hay muchas veces que las piezas vienen con una descripción de lo que el compositor quería dejar dicho.”

Su enfoque en lo que quiere transmitirle al público que la escucha, va más allá de los escenarios y conlleva una conceptualización posterior, así lo dejó plasmado al hablar de su próximo recital.

“Por ejemplo, en el próximo recital que tengo, voy a tocar una pieza de Piazzola que se llama historia del tango. Es básicamente que cada movimiento es un año, es decir, la evolución del tango a través de los años. En el 1900, luego en el 1980 y así, entonces ¿qué yo quiero? que se vean esa presentación y que el público escuche y entienda cómo ha evolucionado el tango. En piezas donde son más emotivas, a veces yo me creo una historia y hasta la escribo y tengo muy claro los sentimientos que yo quiero que la audiencia sienta en lo que yo estoy tocando. Trato de imitar utilizando la técnica y otros aspectos de tocar que me ayudan a transmitir eso, pero son muchas cosas, depende mucho de la pieza, definitivamente.”

Igualmente, así como se prepara para cada interpretación, entendiendo y profundizando en las piezas y los matices sentimentales que estas poseen, Rebeca disfruta de preservar una buena forma física y de mantener su cuerpo activo.

“Para mí es sumamente importante mantenerse ejercitándose, porque es que uno se pasa horas y horas tocando un instrumento y lo que nosotros hacemos depende de nuestro cuerpo, si nuestro cuerpo no está en salud, entonces lo que nosotros hacemos tampoco lo vamos a poder hacer bien”.

sus retos

A pesar de haber dedicado toda su vida al violín, Rebeca atravesó momentos difíciles y de incertidumbre en su carrera. Se sintió abrumada cuando tuvo que enfrentar una nueva etapa como universitaria. Cuenta que estuvo rodeada de músicos virtuosos y cientos de estudiantes que perseguían el mismo sueño que ella.

Masalles confesó que durante su proceso universitario tuvo dudas de continuar con sus estudios y se vió frente a momentos en los que no sabía si valía la pena seguir adelante en su carrera.

“He tenido momentos en los que digo ¡wow!, yo estoy haciendo esto y hay tanta gente haciendo lo mismo que yo, ¿qué es lo que a mí me va a diferenciar de esas personas? He tenido momentos, por ejemplo, en los que ha habido esa duda de ¿por qué uno va a hacer esto si ya hay tanta gente que lo hace tan bien?...”, dijo.

Ella, agregó, se ha dado cuenta de que no se trata de eso. “Primero se trata de lo que yo disfruto y que también tengo cosas que otras personas no tienen para ofrecer y eso es importante también uno saber que cada persona tiene algo diferente que aportar”.

Más allá de los retos que la misma vida le ha puesto, la intérprete a la hora de elegir sus propuestas para llevar al escenario, elige piezas que representen un desafío para ella en cuanto a su complejidad y estilo. Para ella, el mantenerse aprendiendo nuevas obras, ha sido clave en su crecimiento como artista.

“El otro día, una persona me preguntó: - Cuando lees las piezas, ¿Tú eliges algo que lo puedes hacer muy bien o algo que te dé trabajo? - Y yo le decía, bueno, yo siempre escojo y siempre, con mi profesora, he debatido piezas que son y van a ser un reto para mí. Que tienen cosas y elementos que yo no no supero, que no logro hacer todavía, porque de esa manera es que uno lo practica y lo perfecciona, haciéndolo… A veces da miedo porque uno coge exactamente eso, lo que te da miedo…

Tú dices - wow, eso tiene todo eso que yo no sé hacer, pues esa es la que yo voy a tocar para poder trabajar en esos elementos que tengo que perfeccionar.-”

Ganadora del primer lugar en el concurso de música de cámara de la Music Teachers National Association (MTNA), con su cuarteto Red Hills Quartet, Rebeca Masalles de tan solo 22 años ha forjado su camino en la música con pie firme y constante. Esta joven violinista de música clásica se ha convertido en una promesa del talento joven dominicano y ha logrado destacarse tanto dentro como fuera del país. Video

Rebeca Masalles: El violín tocó su corazón


para la juventud

“Los padres son las figuras más importantes para un joven que quiere desarrollarse en la música. Si no hay apoyo del padre, es muy difícil, se pueda, hay personas que lo han hecho, pero más que a los jóvenes, es como decirle a los padres que no se trata de qué es lo que me va a dejar más dinero… sino que sea una fuente donde uno sepa que uno vaya a crear”.

Así lo describió la violinista cuando habló de lo que cree que es más importante para los jóvenes dominicanos que desean incursionar en el mundo de la música o cualquier otra disciplina. Alentando a los padres a que apoyen a sus hijos en lo que estos elijan hacer.

También, enfatizó lo crucial que es prepararse en el inglés y las oportunidades que este idioma te puede otorgar: “Es sumamente importante, si quieren estudiar de manera profesional y si quieren irse del país, lo que toca muchas veces es el inglés. Definitivamente, qué aprendan inglés es lo más importante para que ellos sigan”.

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