Anthony Hopkins
Anthony Hopkins (Gales, 1937) solo necesitó 17 minutos en “El silencio de los corderos” para pasar a la historia del cine. Aquella cinta le trajo un Oscar, un título de sir y la percepción colectiva de ser lo que el gran público llama “uno de los grandes”.
Sin emgargo, no nació para ser actor. Su inclinación por la música y el teatro fue determinante en su juventud, aunque lo llevaron, por un tiempo, al consumo desproporcionado del alcohol.
Pero como actor llamó la atenión. Su personaje de “Hannibal Lecter” no requería mucho su presencia delante de la cámara. Inspiraba temor, odio y repugnancia. El director de la cinta, Jonathan Demme, decidió sacarlo a escena un tiempo breve, el necesario para ser visualizardo en el yo interior de los espectadores durante toda la película. Que recuerde, en la era del color, ningún protagonista permaneció tan poco tiempo en pantalla, para ser honrado con el premio mayor. Esa es la gran virtud de Hopkins. El actor memorizó la personalidad de Lector, jugó con su aparente educación y sabiduría para ocultar su lado oscuro y solo sacarlo en los momentos climax.
Méritos tanto para él como para el director y el fotógrafo que se lució con los primeros planos de su rostro. Esa configuración creó un matiz distinto en personajes negativos y lo volvió presencial en la memoria durante su ausencia en la pantalla. Este mérito fue copiado por la secuelas de este filme, siempre con Hopkins como protagonista, aunque sin el encanto de su propuesta inicial.
Volviendo a su vida personal, su impronta musical lo ha perseguido hasta nuestros días. No la cambia ni por la mejor de sus cintas. Con el paso del tiempo fue más que una afición, con discos incluidos y una cultura acumulada.
Hoy reside en California, y a sus numerosos premios suma su condición de filántropo. Casi al final de su carrera mereció el Oscar (su segundo) por “El Padre” (Florian Zeller, 2020).
Aceptó encarnar a Hannibal Lecter como segunda opción ante el rechazo de este personaje por la primera selección: Gene Hackman. El protagonista de “La conversaciónº y “Mississippi en llamas” temía que su fama decayera por meterse en la piel de un personaje tan grotezco como “el caníbal”.
Ficha técnica:
País: Estados Unidos.
Título: El silencio de los corderos.
Año: 1991.
Duración: 113 minutos.
Director y guion: Johathan Demme.
Reparto: Anthony Hopkins, Jodie Foster, y Scott Glenn.
Sinopsis: El FBI recurre a Clarice Starling, una brillante licenciada universitaria, experta en conductas psicópatas para atrapar a un asesino en serie.
