“España y República Dominicana compiten en producción de cine”

a española Ángeles González-Sinde es una guionista, directora de cine y escritora, por mencionar algunos de sus lauros en esta presentación formal. Ella estuvo de visita recientemente en República Dominicana para sostener un conversatorio en el Centro Cultural de España sobre la pasión que la ha puesto en grandes pódium para recibir premios Goya al Mejor Guión y Película, y el Mestre Mateo de la Academia Gallega; más su experiencia de Ministra de Cultura del Gobierno de España y su actual posición de presidente del Patronato del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Ella, en una tarde tranzó de alguna manera, su experiencia personal de una guionista y directora con los cambios que hay en el entorno del negocio audiovisual, como es el cine, un trabajo creativo en el que a diferencia de otras disciplinas artísticas su desarrollo está condicionado con la tecnología y las condiciones económicas en que se producen las películas. Ángeles es hija del productor de cine y guionista Jesús María González, Siendo muy joven decidió estudiar una licenciatura en Filología Clásica, luego un máster de escritura de guión cinematográfico por la Universidad Autónoma de Madrid. Durante su efímera estadía en la media isla, cambió su bronceado en las playas de arenas blancas por un banquete cultural en los museos del Mar, en la Ciudad Colonial, y el Centro León, en Santiago. Es en este punto de la conversación que le pregunto: ¿Si un productor o empresario dominicano le hace una propuesta de escribir un guión o producir una película sobre qué o quién lo haría? Su respuesta: “Me ha gustado la historia de Nadal Walcot. Se refiere a un artista que nació en 1945 en el Ingenio Consuelo, de San Pedro de Macorís, provincia de la República Dominicana. Sus raíces se extienden desde Saint Martin y las islas Saint Kitts y Nevis en el Caribe. Walcot fue un artista autodidacta, descendiente de esclavos africanos de las islas inglesas del Caribe, que vinieron a trabajar en la industria de la caña de azúcar desde finales del siglo XIX. “Esa mezcla de disferente lenguas y culturas y la manera de vivir la negritud es una fuente de historia que no ha sido contada y me inspira”, comenta Ángeles.

¿Cómo ve el cine dominicano? El cine dominicano ha cobrado un impulso importante en los últimos 10 años con la Ley 108-10 para el Fomento de la Actividad Cinematográfica en República Dominicana que en su capítulo VI establece el Régimen de Estímulo a la Actividad Cinematográfica en y las posibilidades de financiación. Esto le ha dado un vuelo enorme al cine porque éste no es un arte que se puede producir espontáneamente sin un contexto que lo favorezca. Es muy caro y su difusión y su producción depende de muchas herramientas, incluyendo legales y jurídicas.

¿Estamos preparados para atraer producción e inversiones? Visité el estudio cinematográfico Pinewood Indomina, ubicado en Juan Dolio (en la provincia San Pedro de Macorís) y el mismo es una apuesta importante para traer buena producción a la isla e inversiones que dejan mucho dinero en los lugares donde se filma y, en ese sentido, España compite con República Dominicana porque es un destino de rodajes internacionales que intenta atraer esa misma inversión.

¿Cuáles son las ventajas de promover estas iniciativas en el país? Ahora, Republica Dominicana tiene la posibilidad de crear muchos empleos, la incorporación de más talentos locales, y que el nivel del cine propio se vaya fortaleciendo con estos conocimientos.

¿Qué nos hace compatible en este negocio? Los españoles y dominicanos compartimos una lengua y es un patrimonio que muchos de los países del mundo no tienen y nosotros hemos estado conscientes, pero las plataformas como de Estados Unidos es que les ha sacado más provecho. España tiene una ley de cine y una tradición de rodaje de los años 50 pero ahora el Gobierno trabaja para atraer más inversiones de rodajes que mueven grandes equipos de cientos de personas. Ambos compartimos muchas horas de luz, paisajes distintos, República Dominicana tiene una academia de cine que como la de España, de la que fui presidente del 2006 al 2009, busca fomentar esa difusión y promoción de las películas para que el público local la conozca y así vaya adquiriendo prestigio que las llevan a festivales internacionales.

¿Le gustaría a España venir a filmar aquí? Lo ideal es que nuestras series y películas puedan viajar y compartir mercados naturales locales con los iberoamericanos. Me gustaría mucho; a los cineastas nos gusta más el desafío de lo desconocido, al final es el motor que impulsa a elegir esa producción. Te dedicas al cine porque quieres ver la vida desde el punto de vista del otro. Es natural a la propia vocación de contar historias.