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Una pelicula sobre parejas

Natalia Cabral, protagonista, guionista, productora y directora junto con su esposo Oriol Estrada, del más reciente filme de ambos, acaba de ser distinguido con tres importantes premios, incluyendo Mejor Largometraje, en el Festival Internacional de Cine de Guijón, España.

Fotografas del filme.

Fotografas del filme.

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YARIEL FERRERASSanto Domingo, RD

Cada persona posee un estilo, una esen­cia, un aura única. El ser creativos im­plica una forma dis­tinta de ver las cosas, opiniones y actitudes y maneras de enfren­tarnos. Todo eso nos hace únicos y de alguna forma, especiales. Por eso, cuando observamos algo a lo que no estamos acostumbrados, es probable el nacimiento del de­seo a investigar y a conocer más.

Natalia Cabral es una produc­tora, directora y guionista de ci­ne dominicana. Tanto ella como su esposo Oriol Estrada, también cineasta, son los responsables de filmes como ‘Tú y yo’, ‘El sitio de los sitios’, ‘Miriam miente’ y su creación más reciente, ‘Una pelí­cula sobre parejas’.

La particularidad de Natalia y Oriol como pareja y cómo idean cada paso de sus creaciones nos motivó a entrevistar a Natalia pa­ra conocer el proceso de ejecu­ción de los filmes de ambos así co­mo sus experiencias y proyectos.

¿De dónde nació la idea de este filme? ‘Una Película Sobre Parejas’ na­ció de muchos lugares, como creo suele pasar con muchas películas. Por un lado, nos gus­tan mucho las cintas que tra­tan sobre parejas que son co­legas en el cine y en el arte, la película ‘Donde Yace Tu Sonrisa Escondida’ del cineasta portu­gués Pedro Costa es un referen­te, un documental sobre la pa­reja de cineastas Danièle Huillet y Jean-Marie Straub. Pero tam­bién nos gusta mucho el trata­miento de la ironía y la come­dia en la obra de cineastas como Woody Allen, Elia Suleiman y Nanni Moretti. Todos crean una obra muy autorreferencial don­de el propio mundo es satiriza­do con humor y empatía. Por otro lado, siempre bromeába­mos con la idea de hacerles una película a parejas amigas que conocemos del mundo del cine, y también bromeábamos con hacer una película de nosotros mismos, hasta que llegó la opor­tunidad de hacer esta idea reali­dad, y la aprovechamos”.

¿Por qué el tema de las parejas? “Fue lo que sentíamos que de­bíamos explorar en el momen­to, y como productores también lo sentimos. Era un proyecto pe­queño en términos de produc­ción con el cuál podíamos impro­visar mucho y cuyo material era nuestra propia vida, así que el ac­ceso por supuesto era total, o de­bía serlo si queríamos realmente lograr la empatía de los especta­dores”.

¿Fue un proceso difícil la estructuración? “Escribimos una escaleta y con ella rodamos la película. En ese sentido, no fue difícil estructurar. Pero después del rodaje, a la hora de editar lel filme, era difícil man­tener una distancia del material y a la vez, no dejar de tener un cri­terio subjetivo sobre nuestras ac­tuaciones y nuestra imagen. Los editores, que también son pareja, los españoles Aina Calleja (quien también trabajó con nosotros en “Miriam Miente”) y Javier García Lerín, fueron claves en el montaje del guión, ellos estructuraron so­los la primera versión del monta­je y nos gustó mucho, así que les dimos bastante espacio para que encontraran la estructura tam­bién como co-guionistas”.

¿Aproximadamente cuánto tiempo se tomó el filme? “La idea estuvo viviendo en noso­tros por años, pero una vez que tu­vimos la oportunidad de crear un proyecto pequeño en términos de producción, nos tomó alrededor de dos meses escribir la escale­ta y pre-producir el filme. Luego, el montaje tomó alrededor de un año y el resto de la postproducción unos dos meses”.

¿Con qué presupuesto trabajaron? “El proyecto se financió a través de los incentivos fiscales de la Ley de Cine con un presupuesto rela­tivamente pequeño para ser una película ficcionada, pero la mez­cla de realidad hizo que el presu­puesto no fuera tan elevado, y al ser nosotros también los actores, disponer de nuestra casa, nues­tro propio carro, nuestra propia vida, y de personas que colabora­ron con nosotros porque les gusta lo que hacemos, la película pudo finalizarse”.

¿Qué significado tienen las parejas y qué quieren reflejar con el tema? “Cuando estuvimos en Biarritz, Francia, la primera pregunta que recibimos del público fue qué es una pareja. Yo tartamudeé un po­co al principio porque las pre­guntas más sencillas suelen ser las más complejas de responder. Y aún tartamudeo sólo de pen­sarlo. Qué es una pareja… pue­de tener tantos significados a la vez y esos significados pueden cambiar según la etapa de la vi­da, o hasta del humor que ten­gas en el momento. Supongo que para responder también de una forma sencilla podría decir que una pareja es un compañe­ro de viaje con el cual aprendes sobre la vida y aprendes sobre ti misma.

En cuanto a la película, que­ríamos reflejar lo difícil que puede ser, dirigir y compartir tu vida con alguien, pero también lo absurdo y tierno que pue­de ser. Creo que todos nos po­demos sentir identificados con eso.

¿Cuáles son sus próximos proyectos? “Tenemos varios proyectos en el tintero, pero necesitamos un momento de calma para poder desarrollarlos. Ahora mismo es­tamos viajando mucho, pero te­nemos muchas ganas de rodar en Cataluña, de donde es Oriol”.

¿En qué medida proyectan lla obra fuera del país? “El cine que hacemos inte­resa en diversas partes del mundo y eso es muy gratifi­cante. España es un país im­portante porque Oriol es de allá así que siempre procu­ramos tener un pie peninsu­lar de alguna manera. Pero nuestro trabajo también es bien recibido en países co­mo Colombia, en donde he­mos hecho colaboraciones y tenemos muy buenos amigos. Existen festivales importan­tes en países de Europa que siempre seleccionan nues­tras películas. En los Estados Unidos hay un interés por los conflictos latinoamericanos, en especial, los conflictos ra­ciales y de clases, así que allá también siempre seleccionan nuestro trabajo, no solo pa­ra festivales sino también pa­ra actividades educativas y culturales de universidades e instituciones. Con ‘Una Pe­lícula Sobre Parejas’ hemos viajado ya a Francia y a Ita­lia, y próximamente a España y a la India”.

¿Cómo fue la experiencia en el festival de Biarritz, en Francia? “Percibimos que a los espec­tadores les gustó mucho la obra y disfrutaron de la experiencia de volver a ver cine en una sa­la, de poder reírse con la gente y de poder comentar lcon otras personas al salir. Creemos que el distanciamiento por la pan­demia del Covid nos ha afecta­do mucho a todos y que volver a salas y ver una cinta que te permita reírte un poco es bien agradecido y eso nos llena mu­cho”.

¿En el festival de Roma, cómo fue la reacción del público? Gustó mucho. Recibimos muy buenas críticas, algunos críticos la definieron como la gran sorpresa del festival e, in­cluso, sugerían un estreno en salas en Italia. Esperamos de to­do corazón que eso suceda”.

¿Cómo la crítica han tratado este trabajo? “La crítica ha sido generosa y entusiasta. Teníamos muchos nervios, como pasa con todas nuestras producciones, siem­pre es difícil estrenar y no sen­tir cosquilleos y dudas. Pero esta vez sentíamos que la res­ponsabilidad era mayor por­que también éramos los acto­res principales. El filme cae bien, genera interés, eso nos tiene bastante tranquilos”.

¿Qué se proponen realmente ustedes con cintas como esta? “Nos proponíamos hacer una buena película, la me­jor posible. Claro, siempre quedan muchas dudas, te preguntas qué pudiste ha­ber hecho mejor si pudieses haber tenido más tiempo, más dinero, etc. Pero siem­pre se quiere lograr lo mis­mo, que el producto guste y que pueda tener un recorri­do interesante”.

Usted trabaja, dirige y produce con su esposo… “Sin duda nuestra relación es la clave de arranque del filme, pe­ro creo que su gran mérito es la mirada, el punto de vista, no to­marnos en serio, y sí aceptar el reto de hacer un cine interesan­te, reflexivo y divertido”.

¿Qué se propusieron al manejar los sentimientos de cada personaje? “Expusimos sentimientos rea­les que hemos sentido en al­gún momento y quisimos ser sinceros pero también iróni­cos. No quisimos tomarnos muy en serio porque quería­mos quitarle peso al proyec­to, a qué era realmente real y qué era ficticio. No nos intere­saba hacer un documental so­bre nosotros mismos, más bien queríamos utilizar ese mate­rial que conocíamos tanto y que llevábamos dentro para hacer una película más com­pleja pero a la vez, más diver­tida”.

Su cine es de ficción, pero siempre parte de sus experien­cias como creadores ¿Es este un método que le ha resultado via­ble?

“Yo diría que nuestro cine es una mezcla de ambas cosas, nos gusta mucho planificar los pla­nos pero lo que pase dentro de ellos nos gusta descubrirlo en el mismo momento en que lo esta­mos rodando, así que hay mu­cha libertad en ese sentido para quien esté delante de la cáma­ra. En cuanto a los procesos de edición y sonido, nos gustan muchísimo, nos lo pasamos en grande dándole vueltas a la pe­lícula, no dejamos de escribirla hasta la copia final.

Natalia Cabral y Oriol Estrada en algunos momentos de sus vidas.

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