Cómplices de la risa: Chelsy se abre camino en el canto, pero hereda el humor de Cheddy García
Entre Cheddy García y su hija Chelsy Bautista hay una complicidad muy especial. Madre e hija son actrices (aunque la joven busca marcar camino en el canto) y cada una ha sabido asumir con responsabilidad las oportunidades que la vida le ha brindado en los medios.
Cheddy es una humorista natural, hija de las entrañas del pueblo. Pasaron muchos años para que un sector social la aceptara y viera en ella lo valiosa que es en su terreno.
Su hija mayor, Chelsy (23 años), no creció ajena a cada uno de los pasos dados por la madre en el ambiente artístico. La joven aprendió, valoró y supo cómo inspirarse en la vida de una progenitora que luchó con uñas y dientes cada espacio ganado en la sociedad.
Hoy gozan del cariño de un público que valora y disfruta su trabajo en la televisión, el cine y ahora de Chelsy en el canto.
Estilo propio
Desde muy pequeña Chelsy marcó su sello. Siempre será la hija de Cheddy, pero su trabajo ha caminado por sí solo.
“Siempre me sentí orgullosa de esa etiqueta (ser la hija de Cheddy) y de mi origen. De hecho, trabajé para que la gente entendiera lo importante que era mi madre en mi mundo e hice mi trabajo. Empezaron a distinguirme por mi propia identidad artística”, confiesa Chelsy al responder preguntas del LISTÍN DIARIO.
Cuando Cheddy supo que llevaba una niña en su vientre nunca proyectó que fuera a traer la vena del humor, pero cuando la pequeña comenzó a hablar y a dar señales de su personalidad no le quedó la menor duda de que había alumbrado a una artista.
“Yo siempre estuve muy enfocada en el compromiso de ser madre, y lo que quería era ser una buena madre y poder formar una buena ciudadana, una buena hija y una gran mujer. Ese fue mi compromiso, pero las cosas fueron fluyendo”, cuenta.
Recuerda que desde que la niña comenzó a intentar hablar, en su limitado len
guaje, todo era motivo de risa para la familia por la gracia que exhibía.
Chelsy es humorista
Chelsy tuvo un gran potencial para la comedia y desde muy pequeña acompañó a su madre en la televisión, ya a los 10 conducía su propio espacio “Chelsymanía” por Telemicro, canal 5 y Digital 15.
De ahí su paso al cine fue inminente. La niña se ganó el cariño de la gente con el personaje de “Susanita” en las tres entregas de la saga “Lotoman”.
“Chelsy es una comediante natural y muy jocosa aunque es muy formal, muy seria en las cosas que emprende y hace, tiene esa vena cómica que de vez en cuando la deja fluir”, asegura la orgullosa madre.
Su inspiración
Como es natural Cheddy fue el norte a seguir de Chelsy. “Mi mamá fue quien me enseñó a descubrirme a mí misma como artista y a enamorarme de lo que el artista puede lograr con su arte, por ende, sí fue mi inspiración”, confiesa Chelsy.
Por otro lado, la niña quería ser médico, y no niega que le asustaba seguir los pasos de la mami, por todo el trabajo que la vio pasar y lo duro que es la carrera artística.
“Hasta que entendí que esa también era yo y que yo también quería luchar para ser una gran artista como ella”. Luego agregó: “Admi ro cómo puede hacer tantas cosas al mismo tiempo y hacerlas bien. Siento que como madre ha dado el 100% y con lo ocupada que es su profesión, eso es una hazaña. Quisiera tener la misma fuerza de ella para luchar por todo lo que amo”.
Madre e hija son dos almas que se complementan. Cheddy siempre ha estado acompañando y guiando a su hija; y nunca sobran los consejos.
“Hablo con Chelsy de lo que significa el resultado que va acompañado de la palabra esfuerzo. He tratado de inculcarle los valores familiares porque esta es una carrera cruel”, afirmó.
DE CERCA
El canto.
Ahora Chelsy emprende un nuevo camino en la música, interpretando el género urbano. Sus aspiraciones son llegar a ser músico completo, producir sus canciones, tocar el piano de forma fluida y fusionar ritmos típicos dominicanos con el estilo urbano.
Desde niña.
“Siempre cantaba desde pequeña en mi vida social. Amaba escribir poemas, y rimando me di cuenta que podía rapear. El resto del amor por la esencia urbana me surge por mi propia personalidad”.
Madre confiada.
En esta nueva etapa, la madre está confiada en Dios en que su hija está preparada para asumir los retos que lleva la carrera artística. “Estoy confiada porque mi hija tiene la madurez necesaria para enfrentarse a lo que venga. Tienen la disciplina, el coraje y la valentía”, expresa Cheddy.